Rubén Rubiales y Alberto Portillo son los creadores de la primera máquina que fabrica crema facial personalizada y adaptable. Un sueño en el que están inmersos desde marzo de 2016 para crear Lesielle Cosmetics, un proyecto totalmente novedoso en el sector de la cosmética al que más tarde se sumaron la diseñadora Inma Santiago, de A Coruña y de 25 años de edad, y la publicista jerezana Cristina Moreno, de 24. "Antes lo hacía todo a mano un farmacéutico y nosotros hemos creado una máquina que lo hace posible. Somos los primeros del mundo", destaca Rubén, al tiempo en que él mismo se maravilla al escuchar sus palabras.
Todo surgió una mañana, mientras Rubén, licenciado en Farmacia por la Universidad de Sevilla y de 32 años, desayunaba junto a su pareja Sophie Suter, en Suiza. "No encontraba el cosmético que yo quería para mi. Llevo utilizando crema hidratante desde los 17, creo, pero nunca he encontrado la crema facial perfecta, siempre había algo que fallaba", incide. Fue entonces, mientras tomaba café con Sophie, cuando ambos empezaron a darle vueltas al tema. Empezaron a darle forma a una idea: diseñar una máquina que diese la posibilidad de crear una base adaptable con diversos activos vitamínicos para que la persona pudiese variar de crema hidratante en base al clima o las hormonas. Pero... ¿cómo materializarlo? Ahí es cuando entra en acción su amigo y vecino (del barrio El Almendral), Alberto, licenciado en Ingeniería Aeronáutica por la US y de 28 años.

"Alberto, tenemos que hablar", le dijo Rubén vía WhatsApp. Y tampoco le hizo falta mucha explicación para implicarse a fondo en el proyecto. "Yo por entonces estaba trabajando en Barcelona", indica el ingeniero. Empleo en un departamento en I+D en Ingeniería en una multinacional que no dudó en abandonar para diseñar desde cero una máquina que hiciese posible esa incipiente idea de su amigo. Y es que aunque Rubén inició el proyecto porque tiene conocimientos sobre cosmética, a Alberto —que ha participado en la creación de los dos primeros coches del equipo sevillano ARUS Andalucía Racing de Formula Student— lo que le emocionó de emprender Lesielle era crear algo totalmente nuevo, "porque para mí esa es mi pasión".
De vocación, innovación y satisfacción trata Lesielle. Un nombre francés que decidieron utilizar porque engloba a ambos géneros con 'le' y 'elle', por la importancia que tiene el sector en el país galo y porque en fránces Lesielle recuerda a Le ciele (cielo). Cielo que en breve alcanzarán cuando acaben la campaña de crowfounding que están llevando a cabo para financiar la producción y distribución de la máquina Lesielle, junto con un pack básico de bases y activos vitamínicos a los primeros consumidores. Hasta el momento, ya tienen cerca de 120 compradores que apuestan por su proyecto y que desean utilizar Lesielle. Pero... ¿cómo funciona?
En la máquina hay un pequeño compartimento donde se deposita la base, que varía en función de la piel que cada persona tenga (grasa, seca, mixta, normal o sensible), y luego, en la zona superior es donde se introducen hasta cuatro activos, en base a lo que cada uno quiera corregir o prevenir en el rostro (anti-edad, antioxidantes, imperfecciones, tono y manchas, protección o rojeces). Una vez listos, por el dispensador que se encuentra a media altura, saldrá una pequeña dosis de toda la mezcla. ¿Por qué solo un dedo de crema facial? Según afirma el farmacéutico del equipo, algunos activos pierden eficacia si se conservan juntos, de ahí que todos estén por separado. "Esta máquina separa la hidratación y textura, en función del tipo de piel y del tratamiento que le quieras dar. Y puedes estar creando variaciones de cremas todo el tiempo", explica Rubén.