Lo lógico es pensar que para que te conquiste algo tan dependiente del olfato como el incienso es necesario estar en el sitio para olerlo. Sin embargo, aunque sigue siendo algo fundamental, existe un rincón en Sevilla que ha conseguido romper esta barrera.
Tras el nombre de Inciensos de Sevilla se encuentra Antonio Juviñá. Posiblemente aquellos que buceen de vez en cuando en redes como TikTok o Instagram se lo hayan encontrado alguna vez presentando sus productos. Gracias al uso de estas plataformas ha conseguido exportar, junto a su equipo, los inciensos que realiza en su taller de forma artesanal creando una comunidad más que fiel.
Llegó a estas redes por presión de sus colaboradores. Ahora, echando un vistazo, se confirma que fue una decisión acertada. Sus 30.000 seguidores en TikTok y los 25.000 de Instagram pueden dar fe de ello.
"Más que seguidores me gusta llamarlos 'los amigos de Incienso de Sevilla' porque se crea un vínculo más estrecho de lo que pueda parecer. Cada vez que pasan por Sevilla vienen no ya para comprar, porque pueden online, sino por saludar y charlar un ratito", cuenta sobre la comunidad que se ha creado.
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La cercanía con los seguidores ya ha provocado algún café con ellos. "Como subo todas las mañanas mi primer café, muchos cuando vienen me dicen 'Antonio, venga, vamos a tomarnos un café' y charlamos de nuestras cosas", explica. En los directos de Instagram que realiza cada lunes reúne a un millar de personas, aunque durante la pandemia la cifra llegó a los 9.000.
Con TikTok pasa una cosa curiosa y es que el público que utiliza esta red social es muy joven y la mayor parte no tiene poder adquisitivo para ser comprador de los productos que ofrece Inciensos de Sevilla. Antonio lo sabe y reconoce que "la mayor parte no es comprador", aunque también existe ese sector. "Son amigos que por la calle me saludan". Este éxito ha provocado que muchos niños vayan expresamente para participar en estos vídeos. "Si me ven en la tienda llegan y me dicen 'vamos a grabar un TikTok', vienen pensando en ello".
Aunque la popularidad de este comercio puede hacer pensar otra cosa, lo cierto es que es relativamente joven. Antonio empezó con sus inciensos hace siete años vendiendo de forma online, a pesar de que había estudiado arquitectura técnica y haber probado en el sector inmobiliario, "prácticamente nos conocía más gente de fuera de Sevilla que de Sevilla". No obstante, esto fue cambiando y poco a poco las colas en el taller para comprar fueron aumentando.
"Ha ido creciendo muy rápido. La forma de hacer los inciensos ha gustado mucho porque basándome en la tradición uso técnicas que no se habían usado antes", explica sobre el éxito. Como anécdota cuenta que cuando no era conocido en Sevilla, en Málaga sí le paraban por la calle.
La multitud que visitaba el taller y lo que aquello significaba para trabajar de forma tranquila le obligó a dar el paso de buscar un local. Y lo encontró en la calle Águilas tras lo más duro de la pandemia. No fue hasta noviembre desde 2021 cuando abrió sus puertas.
No desvela el secreto, pero algo tendrán los inciensos cuando más de 280 hermandades de toda España piden uno personalizado para sus salidas procesionales. Una de las más lejanas es Pasión de Santander. Sin dar muchas pistas, Antonio señala que tradicionalmente el incienso se ha endulzado con vainilla, sin embargo él tiene nueve productos diferentes para hacer este procedimiento.
Del taller ha pasado a estar delante de las cámaras con sus vídeos diarios. "Al principio a lo mejor grababa el vídeo 15 veces", dice. Eso ya no pasa. Además, ha encontrado la forma de que guste lo que comparte. "Los primeros no tenían repercusión porque quería mostrarme de una forma. Ahora lo que hago es mostrarme como soy y a la gente le gusta".
Ahora es la época de mayor trabajo, como es lógico. Con lo que se factura durante la Cuaresma y la Semana Santa prácticamente tienen que vivir el resto del año, aunque la tienda permanece abierta.
Este Sábado Santo tendrá lugar el Santo Entierro Magno en Sevilla y eso ha provocado una multitud de solicitudes y peticiones hasta el punto de que Antonio y su equipo han tenido que modificar los horarios de apertura. "Nos ha escrito gente de toda España que viene a pasar el día, hasta de Barcelona", dice.
"No íbamos a abrir el Sábado Santo para disfrutar nosotros, pero vamos a abrir, no tanto por lo mercantil, sino para encontrarnos con esta gente que interactúa y que quizás no vuelva a Sevilla", afirma sobre lo que se vivirá durante este día en Sevilla.
El cariño que recibe hizo que de la inauguración de la tienda saliera un nuevo incienso personalizado. Los mensajes de apoyo acabaron con Antonio en el taller tras la apertura realizando un incienso que bautizó como 'Calle Águilas'. Sentía un cariño sano que transformó en manzana y dedicó a sus seguidores.
Cuando registró la marca Incienso de Sevilla estuvo a punto de hacerlo también con Málaga, pero no lo hizo por el temor a que nadie de la Costa del Sol se lanzara a comprar. "No te puedes imaginar cómo Málaga ha aceptado Incienso de Sevilla. Estuve en la magna y me paraban para decirme lo que les gustaba. No era haberme visto en redes".
Este es uno de los tópicos que rompe Antonio con su tienda. El otro es la toxicidad de las redes. A pesar de que el ambiente de Twitter no le convence, sobre el resto asegura que "las redes bien llevadas son buenas, "la cuestión es saberlas llevar y distinguir entre lo que es verdad y lo que no lo es". "Sin las redes podría haber llegado a todas las hermandades, pero lo hubiese hecho más tarde", sentencia.
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