La situación de la vivienda en Sevilla, y especialmente en el centro, no es nada fácil. Los precios se han ido incrementando cada año, una subida especialmente pronunciada después de la crisis sanitaria. Influyen muchos factores, como la falta de promociones nuevas, o que hay viviendas que se emplean para usos turísticos.
Y para los salarios más moderados, no hay tampoco muchas oportunidades. El piso más barato del centro de Sevilla en estos momentos es un estudio de 30 metros cuadrados, que se va a un precio de 120.000 euros.
Una minivivienda a la venta en la calle Sales y Ferré, junto a la plaza Cristo de Burgos, que vende la inmobiliaria Urbanarte.
El estudio está recientemente reformado y cuenta con cocina equipada al completo, según señala el anuncio, que asegura que está además "muy bien distribuido, con los metros perfectamente aprovechados". Sin embargo, respecto a la cocina, lo cierto es que apenas es una vitrocerámica mini, un grifo que no está directamente a la mano para fregar platos, y, eso sí, importante en un salón-dormitorio-cocina, con campana extractora.

Consiste en una enorme ventana que da directamente a pie de calle, al ser un bajo. La cama está en alto para aprovechar la zona inferior, a modo de mini salón-cocina. Difícil encontrar, por ejemplo, la ubicación para un televisor, o para una mesa escritorio para teletrabajar o estudiar con un ordenador. El baño, al menos, está cerrado al completo y no conecta directamente con las estancias.
Sin embargo, cuenta con una gran desventaja, y es que oficialmente no puede ser una vivienda: "Se trata registralmente de un local comercial que se transmite como tal, aunque físicamente está adecuado para el uso de vivienda, aunque no se ha realizado el cambio de uso", advierte el propio anunciante.