Arriesgar en plena pandemia con mucha ilusión para sacar a flote a su familia. Las protagonistas de esta historia son las sevillanas Carmen Cabello, de 30 años, y Rosa María Antrás, de 34 años, dos madres emprendedoras que pusieron en marcha el negocio Mariquitas con Alma cuando parecía que el mundo se les caía encima. Todo comenzó en julio de 2019 con el nacimiento de sus pequeños. “El tener a los niños es lo que nos hizo cambiar realmente, necesitábamos un cambio, pasábamos muchas horas fuera y queríamos hacer algo que nos permitiera dedicarles más tiempo a nuestros hijos”, explican las “primas políticas”, como ellas dicen, unidas “desde hace muchísimos años”.
Carmen, natural de Gines, era la encargada de un centro de dietética y nutrición, pero cuando se quedó embarazada, durante la baja maternal, su empresa se traspasó y la cerraron. “Me quedé sin trabajo realmente”, recuerda al otro lado del teléfono. No quedaba otra que salir adelante, y lo hizo de la mano de Rosa, nacida en Sevilla capital, especializada como técnica en depilación láser que iba de centro en centro al mismo tiempo que hacía retratos por encargo. Estudió Bellas Artes, pero “el arte es sacrificado, no se valora”, expresa, por ello, decidió tomar otro rumbo sin desligarse de su pasión, que, por circunstancias de la vida, ha terminado siendo su trabajo. “Cuando nuestros hijos eran pequeñitos, la situación laboral era complicada”, comentan las sevillanas. Por esa razón, “las dos pensamos: - ¿por qué no nos unimos y fundamos un negocio de moda infantil, puericultura y artículos personalizados?”. Y sin más preámbulos eso es lo que hicieron.
Llenas de motivación crearon este proyecto al que llamaron con el nombre de su insecto favorito, que según cuentan, “simboliza a la suerte”, y lo fusionaron con “el alma porque le ponemos mucho cariño y dedicación a todo lo que hacemos”. Rosa y Carmen iniciaron su andadura en el sector con la venta online. “Empezamos en el salón de mi casa, ese era el taller”, explica Carmen. La idea fue floreciendo y, con muchas ganas, el 31 de agosto del pasado verano, en mitad de una masacre comercial causada por la pandemia, las compañeras apostaron por ellas mismas. Esquivando las dificultades inauguraron la primera tienda física de Mariquitas con Alma, en la calle Resolana, junto a la Basílica de la Macarena.
“Necesitábamos un lugar para desarrollar nuestro trabajo, hemos sido unas valientes”, confiesan siendo conscientes de que no ha sido nada fácil hacer realidad esta aventura empresarial. Pese a todo, tenían “un poquito de seguridad de que la gente que ya nos conocía repitiera”, explican desde el mostrador de la tienda. Tras siete meses de cara al público, reconocen que, en estos tiempos de crisis, “nosotras vendemos a toda España y eso es lo que ha sido nuestra salvación realmente”.
Cuando se disponen a hablar de los productos que personalizan las jóvenes aseguran que, “de todo, no tenemos límites”. Ambas enumeran una larga lista de artículos pensados tanto para bebés como para adultos. Baberos, bolsos, baberos, cambiadores, capas de baño, chupeteros, cojines antivuelcos, sacos para carros, mantas, zapatillas, biberones y hasta sombrillas. Cualquier idea es bienvenida en este local donde no ponen barreras a la imaginación y todos los pedidos están hechos a mano.
Rosa, la artista, se encarga de dibujar cada trazo de los diseños que solicita la clientela. “Yo primero lo hago a lápiz sobre el tejido, y después lo pinto encima”, explica la emprendedora. Cada artículo está estampado artesanalmente sin precisar de máquinas industriales, solo sus dedos, su habilidad y una pintura especial que permite lavar las prendas sin que se borren. Normalmente, las personas le envían las imágenes que desean ver plasmadas en los complementos de sus bebés. “El 50% la mandan y el otro 50% nos deja elegir porque confía ne nosotras”, añaden.
Las emprendedoras han visto todo tipo de diseños, desde los más tradicionales hasta los más extravagantes. Para gustos, los colores. “A la gente le gusta mucho Mickey y Minnie, el mundo Disney es lo que más piden, pero, por ejemplo, algunos solicitan sus mascotas como un recuerdo”, explica Carmen, que también menciona los personajes del universo friki como otra opción.
A su vez, Mariquitas con Alma elabora “cajitas temáticas” que “son como las que suelen regalar en el hospital cuando nace un bebé, una cesta regalo”, describen. En su interior, los clientes eligen los artículos que quieren meter y las sevillanas personalizan hasta la tapa de la caja. Rosa recuerda que ha llegado a pintar la cara de Camarón en un body o el perro de una familia en unas zapatillas. “También hacemos cajas por oficios, nos han pedido de fontanero o mecánico, por ejemplo, el sonajero del albañil es un martillo o el del panadero una rosquilla”, comentan. Ejemplos de lo más curiosos a los que se suman los que demandan los fanáticos de la Semana Santa.
En la capital hispalense es común que algunas familias quieran estampar los complementos con elementos de las hermandades. Según cuentan, “una vez nos pidieron colchas con una virgen de una cofradía de Granada y zapatitos con las mariquillas de la Macarena”. También se han puesto en contacto con ellas padres surferos que buscaban un “monigote con la tabla”.
La variedad es muy amplia, pero a Rosa y a Carmen no se le escapa ni el más mínimo detalle, e incluso buscan la originalidad a la hora de traer a la tienda prendas de bebé y puericultura. En definitiva, objetos raramente vistos en otros sitios que se conviertan en regalos para recién nacidos, bautizos o cumpleaños, personalizados al máximo.
Desde que abrieron la tienda física, las sevillanas notaron el golpe de la pandemia, sobre todo en el horario de cierre. “Abrir en plena pandemia y con niños pequeños nos ha dificultado muchísimo, pero, aquí seguimos gracias a Dios, intentando flotar y sobrevivir a los que estamos viviendo”, señala Carmen. Con mucha fuerza continúan desde la capital sevillana con la esperanza de perdurar en el tiempo.
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