Un proyecto educativo y emprendedor pionero en el trabajo con algas del Estrecho
La asociación de alumnas ‘Algas del Estrecho’ es un grupo de mujeres de la Sección de Educación Permanente de Tarifa - Seper (centro educativo para adultos) y de sus grupos de empoderamiento femenino. El proyecto educativo ‘Extractos algales del Estrecho’, liderado por Antonio Vegara, es un grupo de ecoemprendimiento que tiene como objetivo principal llevar a cabo actuaciones sociales, económicas y educativas en la zona de actuación de la Sección de Educación Permanente Tarifa. Dentro de este proyecto, se constituyen una serie de “miniempresas” impulsadas por mujeres tarifeñas que trabajan con las algas. El trabajo de estas emprendedoras se encuentra alojado en la web ‘Tarifa mar de algas’. Algaluz es la miniempresa más antigua dentro de este programa de Seper.
Esta es la historia de unas mujeres emprendedoras tarifeñas con ganas de aprender y compartir y de un proyecto que les facilita las claves y las herramientas para desarrollar su creatividad. Según Luz Pelayo Cote, una de las alumnas veteranas y presidenta de la asociación, “es un proyecto de cultura emprendedora que a mí personalmente me lo da todo”.
El objetivo de este proyecto es sencillo: aprender a conocer y recolectar algas para luego transformarlas en un ingrediente cosmético. En este camino, hay un grupo de mujeres que cada día aprenden y disfrutan, ya sean caminando por Bolonia para recoger algas o descifrando las formulaciones exactas para generar los productos que fabrican. La problemática de las algas invasoras del Estrecho la transforman en una oportunidad, sacando todos los beneficios posibles de estas algas al mismo tiempo que realizan una importante labor de cuidado del medio y de conciencia ecológica.
Dentro de la asociación hay diferentes proyectos, como Baixamar, creado por Beatriz Millón Pintos, una gallega tarifeña de adopción que está trabajando en la fabricación de una crema corporal con acción anti-celulitis o Entre2Algas, con productos en los que introducen sebo de retinto junto a las algas. La sabiduría de las cocineras de Facinas haciendo chicharrones la trasladan a esta nueva forma de hacer jabones, gel para las piernas cansadas o gel íntimo, todo con algas y sebo de retinto. Gema Pérez Écija realiza en Casimar repelentes de mosquitos y calmantes para picaduras; mientras que en Caminando entre algas, Mariluz Caballero ha cambiado de objetivo social y ahora interpreta el entorno costero del parque natural del Estrecho, donde recolectan con mejor y mayor calidad las algas de arribazón.
Luz Pelayo es la que tiene el proyecto con más solera, Algaluz, una línea de productos naturales de origen orgánico y con las máximas certificaciones ecológicas posibles. En la asociación promueven la recolecta a mano, sin meter vehículos en las playas, la protección del medio natural y la creación de puestos de trabajo. Tienen permiso para comercializar solo dentro de la asociación, bajo un plan de ensayos cosméticos. “Todo el dinero que generamos se revierte en la propia asociación”, explica Luz.
Respecto al papel de Antonio Vegara, impulsor de este programa, explica que “es el maestro de todo. Él es el que nos guía y nos enseña los entresijos para nuestras formulaciones”.
El trabajo que realizan aquí no sólo es relevante por la capacidad de emprender o por la viabilidad comercial de estos productos, es sobre todo relevante por el punto de unión que supone para estas mujeres: “Estar aquí me aporta muchísimo, también el poder explicar todo a las compañeras que llegan nuevas. Aquí no te dan títulos, te llevas lo que has aprendido y cada día aprendes una cosa nueva. Hay gente que se matricula solo por aprender. A nivel personal aporta mucho y también es fundamental el trato con los compañeros”, relata Luz sobre la experiencia como parte de esta asociación.
“También hacemos oferta educativa, enseñamos a los niños la importancia de cuidar el medio natural y ellos lo agradecen muchísimo”, añade Luz.
Hasta la fecha, este proyecto sigue creciendo y cada año se unen mujeres nuevas que siguen aportando otras ideas. Las veteranas, siguen trabajando o se reinventan con objetivos distintos aunque siempre relacionados con las algas. El objetivo es que sean dueñas de su propio proyecto y que en el futuro, si lo desean, puedan comercializar de forma autónoma estos productos.
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