El pulmón que hace palpitar a una ciudad son sus negocios. Esos luchadores que siguen apostando por el comercio local contra viento y marea, miman el producto de cercanía y regalan sonrisas -ahora tapadas- a cada persona que entra en el local.
La pandemia ha arrasado con muchos de ellos. El pago del alquiler y la tendencia a las compras online desde que el bicho circula desatan los cierres inminentes en municipios como Cádiz, con su casco histórico golpeado duramente. Para ayudar a los pequeños negocios y marcas locales nace un proyecto que se coció en mitad de la crisis y vio la luz en marzo de 2021.
Una agencia de comunicación, creatividad y publicidad especializada en las tiendas de barrio que busca darles un impulso en un mundo invadido por el clic y los camiones de Amazon. Las mentes de La Vecina son el zaragozano Santiago Silvero, de 35 años, y la gaditana Sonia Romero, de 34, marido y mujer que decidieron emprender tras sufrir un duro golpe.
“Llevamos trabajando más de 10 años en publicidad y comunicación en Madrid y Barcelona, pero tuvimos que volver a Cádiz, mi padre falleció y nuestra vida dio un giro”, cuenta Sonia, que ha participado en campañas de grandes marcas como Audi, Campofrío, Skoda o Burger King.
“El pequeño comercio forma parte de nosotros, conozco sus necesidades y sus problemas”
Así, volvieron a la ciudad natal de ella y la idea para apoyar al comercio local en tiempos difíciles fue seleccionada por un proyecto de emprendimiento femenino. A Sonia, los pequeños negocios no les resultan extraños. Su padre, Paco Romero, era el dueño de la tienda Deportes Romero, en la tacita de plata. “El pequeño comercio forma parte de nosotros, conozco sus necesidades, sus problemas y sus miedos porque lo he vivido. He trabajado muchos veranos con él”, recuerda la gaditana que se sumergió junto a su pareja en su primer emprendimiento.
Le bautizaron La Vecina en honor a esas personas que conviven y prestan sus paquetes de sal cuando falta para el puchero. “El confinamiento aumentó la relación entre vecinos, nos dimos cuenta de la gente que teníamos cerca. Nos parecía una palabra muy bonita para representar la cercanía que queremos transmitir”, explica Sonia.
Convencidos de que la publicidad no es solo para grandes marcas, ambos analizaron el sentir del pequeño comercio realizando entrevistas por la calle. “Necesita digitalizarse, nuestra forma de consumo ha cambiado y la compra online ha venido para quedarse”, comenta. La crisis acentuó el temor a salir a la calle, por eso, este tipo de negocios tiene la oportunidad de adaptarse a los tiempos sin perder su esencia.
“Los comercios pequeños necesitan estar presentes en los medios digitales y comunicar todo lo bueno que tienen, su cercanía, el trato personal, los consejos que dan”, explican los impulsores, que detectan que, a veces, tienen miedo de realizar una inversión en publicidad.
Según cuentan a lavozdelsur.es, “hace dos años, hubiera sido muy complicado, pero ahora, son cada vez más conscientes de que es importante hacerlo”. Actualmente, quien no está en Google, no es nadie. Lo saben las empresas y, también, las administraciones que, en ocasiones, destinan ayudas a la digitalización.
La Vecina está para escuchar a todas aquellas familias que plantan cara al temor y buscan una solución. “Los que quieren seguir luchando por su negocio hacen ese esfuerzo”, dice la graduada en gestión comercial y marketing.
Cuando alguien llama al número uno de la calle José del Toro, en pleno centro de Cádiz, lo primero que hace La Vecina es descubrir la historia de su tienda. “En base a ella organizamos un plan enfocado a sus necesidades tanto digitales como en el local que les ayude a transmitirla. Las personas ya no compran solo productos sino historias”, cuenta el matrimonio que rebusca las ventajas de sus clientes para ponerlas en valor.
“Las personas ya no compran solo productos sino historias”
En la actualidad, más de 40 negocios han pedido a La Vecina que les eche una mano. Al principio, marcas de otros lugares y, en poco tiempo, creadas en la provincia de Cádiz. Entre ellos se encuentran la peluquería One Day -la primera que se animó- una joyería de Sanlúcar y hasta una marca de cervezas de Sabadell.
“También marcas sostenibles de chicas que abandonan la moda fast fashion o muchos emprendedores que se han dado cuenta de que lo que hacían no era lo que querían”, añade Sonia.
Además de consolidarse como un servicio “de tú a tú”, La Vecina no se calla y realiza campañas de concienciación “para que la gente baje más a la calle a comparar y se de cuenta de su forma de consumo”. Para esta agencia, nada cambia si la sociedad no da ese paso, por ello, se plantean un doble reto: ayudar al comercio local y zarandear conciencias a través de acciones en sus redes sociales o mercadillos de segunda mano. Dice La Vecina que si le ayudas a subir las bolsas, que acaba de llegar de la plaza.