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El rojo predomina en las filas de plantas de un inmenso espacio ubicado en la calle Pl Martillo A, en la Cañada Esquivel, en El Puerto. La flor de pascua destaca entre todas en Viveros El Lago durante estas fechas navideñas, en las que se pone especial atención a la decoración. Juan Domínguez Muñoz y Manoli Chávez Laínez, conocen muy bien esta especie que se popularizó en Estados Unidos y adorna las casas de España. Llevan 35 años vendiéndola y llenando de vida jardines, oficinas o chalets. El matrimonio arrancó en el mundo del vivero en 1990 con Viveros Domínguez en Rota, su ciudad natal.
“Lo montamos con nada y menos y, poco a poco, se fue agrandando”, dice Manoli remontándose a los inicios de esta empresa familiar. Sus hijos Juan y Miguel Ángel Domínguez Chávez, su nuera Rosa María Mengual, y otros encargados, conductores y especialistas en diferentes áreas, forman un gran equipo.
Fue en 2002 cuando la familia se trasladó de Rota a El Puerto. Una decisión que tomó al comenzar la urbanización de la zona donde se encontraban. “Construimos una casa, pero el vivero se nos quedaba pequeño y nos trasladamos”, explica la roteña, que añade que, durante un tiempo, sacaron adelante ambas instalaciones.
Con ilusión, continuaron su proyecto familiar en el Pago de Cantarrana, en un recinto que contaba con un especial atractivo. En su interior había un lago natural con patos que, sobre todo a los más pequeños, les encantaba observar. A lo largo de todos estos años, son muchas las personas que se han acercado a este coqueto vivero en busca de útiles o, simplemente, para pasear y dar una vuelta. Entre árboles ornamentales y frutales, se observaban esculturas de piedra o piezas de cerámica que aportaban su encanto al lugar.
Viveros El Lago sigue manteniendo su esencia desde que el 27 de noviembre se mudó de nuevo. Aunque, esta vez, en la misma ciudad en la que ya se ha ganado el cariño de muchos. “Cuando hicieron la autovía, era difícil entrar, había que dar muchas vueltas para poder acceder a los viveros y mi marido, que es el cabeza pensante, decidió comprar una parcela que tuviera un acceso más fácil”, explica Manoli a lavozdelsur.es.
Así, tras adquirirla, han ido llenando el nuevo espacio de forma progresiva con las plantas, cactus, bonsáis, semillas o macetas. “No ha sido de un día para otro, todo lo que comprábamos, lo íbamos colocando aquí”, comenta la roteña, rodeada de orquídeas.
En los viveros, se encuentran herramientas para cuidar el jardín, jardineras, platos, macetas, vallas, mallas, césped artificial, abonos, mobiliario y curiosos artículos de decoración. “Tenemos una exposición con objetos de piedra o cerámica”, añade Manoli, que también destaca la gran variedad de sustratos. Así, es posible encontrar el sustrato necesario para cualquier tipo de planta, ya sea de exterior o de interior.
Según explica la roteña, “cada temporada tiene su producto estrella, ahora son los abetos y la flor de pascua”. Por ello, el vivero está durante todo el año en constante cambio. En una visita en verano es posible admirar las buganvillas o las margaritas, mientras que, en otoño, crecen las caléndulas o las hortensias.
Además, es habitual que reestructuren de forma continua las zonas de exposición, dando vida a este lugar que sorprende en cada época del año. Con el tiempo, este vivero se ha afianzado una buena clientela no solo de El Puerto, sino también de Chiclana, Cádiz y otras partes de la provincia gaditana. Incluso a los clientes, que ya les elegían en Rota, no les ha importado desplazarse al municipio portuense para seguir adquiriendo sus plantas.
“Aunque nos hayamos cambiado de ciudad, siguen viniendo”, dice Manoli agradecida. Y no solo atienden a particulares, sino también trabajan con distintos ayuntamientos de las provincias de Cádiz y Sevilla.
Viveros El Lago sigue asesorando a sus visitantes, que pueden llegar a 200 en un mismo día, en los momentos más especiales como la Semana Santa, el Día de la Madre, el de los enamorados o la Navidad. Cualquier época es buena para embellecer el jardín o hacer un regalo a los seres queridos.
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