Mientras la población permanece adormecida, sin prestar atención a una tragedia que les afectará en un futuro no muy lejano, asistimos a una demostración más de esa ceguera colectiva que nos impide atender lo común
Durante estos días de verano, al visitar la playa, no puedo evitar observar las diferencias y el trato desigual que la cultura ha modelado según nuestro género
La democracia implica que las decisiones importantes se adoptan por la mayoría por mayoría, pero también que hay cuestiones sobre las que no se puede decidir ni siquiera por mayoría, como los derechos humanos
Los gritos, las peleas, las palmadas fuertes en la espalda, el lenguaje soez y altanero, las novatadas... todo esto reflejaba una constante necesidad de acreditar una hiperhombría que no teníamos
Nuestro cerebro está lleno de marcos mentales de los cuales no somos plenamente conscientes. Estos marcos nos permiten creer que somos quienes decimos ser y rechazar cualquier idea que no se ajuste a ellos
Tradicionalmente se ha criticado mucho al mundo sindical y laboral por centrar casi exclusivamente sus reivindicaciones en el salario, dejando de lado otros aspectos importantes de la relación laboral
La inmensa mayoría de los votantes de Trump, Milei, Meloni, Bolsonaro, Abascal o el tal Alvise son hombres de raza blanca, desencantados, frustrados, indignados y “abandonados” ante la política tradicional
Estos hombres son los que, en las encuestas y redes sociales, dicen sentirse despechados, abandonados en un mundo que no les comprende, culpando de sus problemas al feminismo y a las políticas de igualdad
Es crucial contar con asociaciones y fundaciones que brinden apoyo a los hombres maltratados, no para defendernos de las mujeres, sino de nosotros mismos