
Los caballistas
Los caballos de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre son magníficos ejemplares que, durante gran parte de la mañana, han recorrido el Real para el disfrute de todos los asistentes.

Entre riendas y albero, Jerez cabalga su tradición
La imagen muestra una escena típica y emblemática del Día del Caballo en la Feria de Jerez. En primer plano, dos jinetes elegantemente vestidos con el tradicional traje corto andaluz conducen un carruaje engalanado, tirado por caballos adornados con borlas y flores, en un desfile que recorre el Real de la Feria. Al fondo se aprecian las características luces, así como otros asistentes.

La venta ambulante
La venta ambulante es una forma de vida para muchos durante los días de Feria de Jerez. Personas de todas las edades se convierten en vendedores informales, cargando con todo tipo de productos que atraen a los asistentes. Gafas de sol coloridas, juguetes, luces y accesorios de moda se ven por todas partes, mientras los vendedores ofrecen sus mercancías con distintas técnicas persuasivas.

Mortala el feriante
Mortala, un feriante de 47 años que cuenta con presencia en TikTok, viene cada año desde el centro de Murcia para recorrer las ferias de Andalucía vendiendo pulseras. Asegura llevar una vida tranquila y sin excesos. Explica con orgullo que, cuando a su madre le falta dinero, él se lo manda sin pensarlo, demostrando el fuerte vínculo familiar que mantiene a pesar de su vida nómada entre ferias.

Bajo el sol de Jerez, cabalga la feria
La fotografía capta un momento vibrante del Día del Caballo en la Feria de Jerez. En el centro de la escena, tres caballos bellamente enjaezados desfilan por el Real, montados por jinetes vestidos con trajes tradicionales y sombrero cordobés. La avenida, flanqueada por palmeras y farolas adornadas con luces de feria, está llena de paseantes que disfrutan del ambiente festivo bajo el sol.

Dos cabalistas bajo el sol del Real
En primer plano, dos caballistas cabalgan con elegancia bajo el sol del mediodía, recorriendo el albero del Real en el Día del Caballo. Al fondo, las nuevas luces de la Feria lucen con orgullo el escudo de Jerez.

Dos hermosos caballos
La imagen refleja la majestuosidad del caballo en esta jornada especial, donde se celebra no solo su belleza, sino también el arte ecuestre y la tradición andaluza que hacen de la Feria de Jerez un evento único en el mundo. Al fondo, dos cocheros vestidos con levita y chistera, símbolo del estilo clásico en las exhibiciones de enganches.

Las fotos sobre caballos
Todo el mundo quiere llevarse un recuerdo de la Feria de Jerez, y los caballistas no son menos. Algunos de ellos, aprovechando la recta final de la semana, han decidido venir al Real a pasar el día, pese al intenso calor.

Pepe Sumariva, pintor de ferias
Pepe Sumariba, un hombre de 70 años natural de Sanlúcar, cuenta que ha estado vinculado al mundo de la pintura toda su vida. Aunque esta no es la primera vez que acude a la Feria de Jerez, explica que en años anteriores ha venido de forma más discreta, acompañado de su “libretita chica” y dedicándose a hacer apuntes y pequeñas obras. Afirma que siempre va observando y anotando, ya que la observación y la expresión son fundamentales en su forma de trabajar.
Pintar en la feria le resulta una experiencia particular. Comenta que elige cuidadosamente un rincón tranquilo y con sombra, para no molestar ni sentirse molestado, y poder concentrarse en su arte, incluso a pesar del “polverío” que se impregna en la acuarela. Recalca que no es un aficionado, sino que ha vivido toda su vida de la pintura y, más aún, para la pintura. Dice que comenzó a pintar desde joven y que con 17 años se fue a París, donde empezó a hacer retratos. Desde entonces no ha dejado de dedicarse al arte, y afirma que es en la pintura donde realmente se expresa como persona. Para él, esa es su vida.

Arcos de Flores
La Feria del Caballo de Jerez, una de las celebraciones más emblemáticas de la ciudad, se vive con intensidad en cada rincón del recinto ferial. En el templete municipal, un grupo de mujeres disfruta del ambiente festivo mientras el sol de la tarde baña el lugar con su cálida luz. Con la música de fondo y el murmullo de las conversaciones, estas mujeres se dejan llevar por el espíritu de la Feria, disfrutando de cada momento en compañía de amigas.

De paseo por el Real
Este jueves es el gran día del paseo de caballos de la Feria de Jerez, un evento esperado con ansias desde el principio. Sin embargo, el calor sofocante del mediodía ha obligado a la mayoría de los participantes a hacer una pausa para refrescar a sus caballos y dejarlos descansar en el Real. Aunque no son muchos los que están paseando en este momento, la expectación y el entusiasmo siguen siendo palpables.

En búsqueda de clientes
Desde lo alto de sus carros, los sanluqueños y sanluqueñas que trabajan en la Feria de Jerez ofrecen a los visitantes una perspectiva única de la celebración. Recorriendo las calles del Real, aportan un toque de tradición a la Feria. Mientras cabalgan, permiten que los asistentes disfruten de una visión diferente de la fiesta, una que combina la belleza de los caballos con la riqueza cultural y festiva de Jerez.

Charla entre amigos
En medio del bullicio y el ruido de la Feria de Jerez, dos carruajes se detienen un momento para permitir que sus conductores se saluden y charlen. La familiaridad entre ellos es evidente, y se nota que se conocen bien. Mientras conversan, una ambulancia se desliza discretamente por detrás de ellos, un recordatorio de la importancia de la seguridad en medio de la celebración.

Hoy reina el sol
El calor sofocante y asfixiante que impera en ciertas ocasiones del día en el Real de la Feria de Jerez se ve mitigado en parte gracias a la presencia de paraguas y abanicos que se ven por todas partes. Estos elementos tradicionales no solo ofrecen protección contra el sol abrasador, sino que también añaden un toque de color y tradición a la celebración. Mientras la gente busca refugio del calor, las sombrillas y abanicos se convierten en compañeros inseparables, permitiendo disfrutar de la feria sin renunciar a la comodidad

Rosa María, la heladera
Rosa María, originaria de El Puerto de Santa María, cuenta que trabaja en la heladería desde que comienza la Feria. Esta es su primera experiencia en la Feria de Jerez y, por ahora, la valora de forma positiva. Afirma que están vendiendo muchos helados, especialmente por el intenso calor de estos días. No ofrece una cifra exacta de los helados que venden a diario, pero asegura que son muchos los que se acercan a comprar a lo largo de la semana.

Caballos al atardecer
La luz dorada de la tarde baña el Real de la Feria de Jerez, resaltando el brillo y los matices de los caballos que desfilan majestuosamente. Los colores cálidos del sol realzan la belleza de estos animales, destacando la riqueza de sus pelajes y la elegancia de sus movimientos. En este momento, la combinación de luz y sombra crea un espectáculo visual impresionante, donde cada caballo se convierte en una obra de arte viva y en movimiento.

La vendedora de flores
Por las calles del Real de la Feria de Jerez, mujeres gitanas caminan con determinación, ofreciendo claveles a los asistentes. Se convierten en un símbolo de la tradición y la cultura gitana en la Feria. En ocasiones, se toman un descanso y se sientan en una silla, permaneciendo inmóviles por un momento, antes de seguir con la venta de sus hermosas flores. Su presencia añade un toque de autenticidad y calidez a la celebración.

Cristo Jesús, entre almendras y claveles
Junto a una palmera, en busca de algo de sombra, Cristo Jesús vende a quien quiera pararse en su humilde puesto, desde almendras a claveles, dos de los productos estrella de la fiesta.

El baile por bulerías
Un grupo de mujeres de una academia de baile se deja llevar por el ritmo y la pasión de las bulerías, y de repente se arranca a bailar en un círculo improvisado. Con movimientos fluidos y expresivos, las bailaoras se animan mutuamente a salir al centro del círculo, donde el arte y la energía se concentran. Los pies golpean el suelo con fuerza, las manos aplauden y los brazos se elevan al ritmo de la música, creando un espectáculo emocionante y auténtico de flamenco.

Los caballistas
Los caballos de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre son magníficos ejemplares que, durante gran parte de la mañana, han recorrido el Real para el disfrute de todos los asistentes.

Entre riendas y albero, Jerez cabalga su tradición
La imagen muestra una escena típica y emblemática del Día del Caballo en la Feria de Jerez. En primer plano, dos jinetes elegantemente vestidos con el tradicional traje corto andaluz conducen un carruaje engalanado, tirado por caballos adornados con borlas y flores, en un desfile que recorre el Real de la Feria. Al fondo se aprecian las características luces, así como otros asistentes.

La venta ambulante
La venta ambulante es una forma de vida para muchos durante los días de Feria de Jerez. Personas de todas las edades se convierten en vendedores informales, cargando con todo tipo de productos que atraen a los asistentes. Gafas de sol coloridas, juguetes, luces y accesorios de moda se ven por todas partes, mientras los vendedores ofrecen sus mercancías con distintas técnicas persuasivas.

Mortala el feriante
Mortala, un feriante de 47 años que cuenta con presencia en TikTok, viene cada año desde el centro de Murcia para recorrer las ferias de Andalucía vendiendo pulseras. Asegura llevar una vida tranquila y sin excesos. Explica con orgullo que, cuando a su madre le falta dinero, él se lo manda sin pensarlo, demostrando el fuerte vínculo familiar que mantiene a pesar de su vida nómada entre ferias.

Bajo el sol de Jerez, cabalga la feria
La fotografía capta un momento vibrante del Día del Caballo en la Feria de Jerez. En el centro de la escena, tres caballos bellamente enjaezados desfilan por el Real, montados por jinetes vestidos con trajes tradicionales y sombrero cordobés. La avenida, flanqueada por palmeras y farolas adornadas con luces de feria, está llena de paseantes que disfrutan del ambiente festivo bajo el sol.

Dos cabalistas bajo el sol del Real
En primer plano, dos caballistas cabalgan con elegancia bajo el sol del mediodía, recorriendo el albero del Real en el Día del Caballo. Al fondo, las nuevas luces de la Feria lucen con orgullo el escudo de Jerez.

Dos hermosos caballos
La imagen refleja la majestuosidad del caballo en esta jornada especial, donde se celebra no solo su belleza, sino también el arte ecuestre y la tradición andaluza que hacen de la Feria de Jerez un evento único en el mundo. Al fondo, dos cocheros vestidos con levita y chistera, símbolo del estilo clásico en las exhibiciones de enganches.

Las fotos sobre caballos
Todo el mundo quiere llevarse un recuerdo de la Feria de Jerez, y los caballistas no son menos. Algunos de ellos, aprovechando la recta final de la semana, han decidido venir al Real a pasar el día, pese al intenso calor.

Pepe Sumariva, pintor de ferias
Pepe Sumariba, un hombre de 70 años natural de Sanlúcar, cuenta que ha estado vinculado al mundo de la pintura toda su vida. Aunque esta no es la primera vez que acude a la Feria de Jerez, explica que en años anteriores ha venido de forma más discreta, acompañado de su “libretita chica” y dedicándose a hacer apuntes y pequeñas obras. Afirma que siempre va observando y anotando, ya que la observación y la expresión son fundamentales en su forma de trabajar.
Pintar en la feria le resulta una experiencia particular. Comenta que elige cuidadosamente un rincón tranquilo y con sombra, para no molestar ni sentirse molestado, y poder concentrarse en su arte, incluso a pesar del “polverío” que se impregna en la acuarela. Recalca que no es un aficionado, sino que ha vivido toda su vida de la pintura y, más aún, para la pintura. Dice que comenzó a pintar desde joven y que con 17 años se fue a París, donde empezó a hacer retratos. Desde entonces no ha dejado de dedicarse al arte, y afirma que es en la pintura donde realmente se expresa como persona. Para él, esa es su vida.

Arcos de Flores
La Feria del Caballo de Jerez, una de las celebraciones más emblemáticas de la ciudad, se vive con intensidad en cada rincón del recinto ferial. En el templete municipal, un grupo de mujeres disfruta del ambiente festivo mientras el sol de la tarde baña el lugar con su cálida luz. Con la música de fondo y el murmullo de las conversaciones, estas mujeres se dejan llevar por el espíritu de la Feria, disfrutando de cada momento en compañía de amigas.

De paseo por el Real
Este jueves es el gran día del paseo de caballos de la Feria de Jerez, un evento esperado con ansias desde el principio. Sin embargo, el calor sofocante del mediodía ha obligado a la mayoría de los participantes a hacer una pausa para refrescar a sus caballos y dejarlos descansar en el Real. Aunque no son muchos los que están paseando en este momento, la expectación y el entusiasmo siguen siendo palpables.

En búsqueda de clientes
Desde lo alto de sus carros, los sanluqueños y sanluqueñas que trabajan en la Feria de Jerez ofrecen a los visitantes una perspectiva única de la celebración. Recorriendo las calles del Real, aportan un toque de tradición a la Feria. Mientras cabalgan, permiten que los asistentes disfruten de una visión diferente de la fiesta, una que combina la belleza de los caballos con la riqueza cultural y festiva de Jerez.

Charla entre amigos
En medio del bullicio y el ruido de la Feria de Jerez, dos carruajes se detienen un momento para permitir que sus conductores se saluden y charlen. La familiaridad entre ellos es evidente, y se nota que se conocen bien. Mientras conversan, una ambulancia se desliza discretamente por detrás de ellos, un recordatorio de la importancia de la seguridad en medio de la celebración.

Hoy reina el sol
El calor sofocante y asfixiante que impera en ciertas ocasiones del día en el Real de la Feria de Jerez se ve mitigado en parte gracias a la presencia de paraguas y abanicos que se ven por todas partes. Estos elementos tradicionales no solo ofrecen protección contra el sol abrasador, sino que también añaden un toque de color y tradición a la celebración. Mientras la gente busca refugio del calor, las sombrillas y abanicos se convierten en compañeros inseparables, permitiendo disfrutar de la feria sin renunciar a la comodidad

Rosa María, la heladera
Rosa María, originaria de El Puerto de Santa María, cuenta que trabaja en la heladería desde que comienza la Feria. Esta es su primera experiencia en la Feria de Jerez y, por ahora, la valora de forma positiva. Afirma que están vendiendo muchos helados, especialmente por el intenso calor de estos días. No ofrece una cifra exacta de los helados que venden a diario, pero asegura que son muchos los que se acercan a comprar a lo largo de la semana.

Caballos al atardecer
La luz dorada de la tarde baña el Real de la Feria de Jerez, resaltando el brillo y los matices de los caballos que desfilan majestuosamente. Los colores cálidos del sol realzan la belleza de estos animales, destacando la riqueza de sus pelajes y la elegancia de sus movimientos. En este momento, la combinación de luz y sombra crea un espectáculo visual impresionante, donde cada caballo se convierte en una obra de arte viva y en movimiento.

La vendedora de flores
Por las calles del Real de la Feria de Jerez, mujeres gitanas caminan con determinación, ofreciendo claveles a los asistentes. Se convierten en un símbolo de la tradición y la cultura gitana en la Feria. En ocasiones, se toman un descanso y se sientan en una silla, permaneciendo inmóviles por un momento, antes de seguir con la venta de sus hermosas flores. Su presencia añade un toque de autenticidad y calidez a la celebración.

Cristo Jesús, entre almendras y claveles
Junto a una palmera, en busca de algo de sombra, Cristo Jesús vende a quien quiera pararse en su humilde puesto, desde almendras a claveles, dos de los productos estrella de la fiesta.

El baile por bulerías
Un grupo de mujeres de una academia de baile se deja llevar por el ritmo y la pasión de las bulerías, y de repente se arranca a bailar en un círculo improvisado. Con movimientos fluidos y expresivos, las bailaoras se animan mutuamente a salir al centro del círculo, donde el arte y la energía se concentran. Los pies golpean el suelo con fuerza, las manos aplauden y los brazos se elevan al ritmo de la música, creando un espectáculo emocionante y auténtico de flamenco.