La revolución de las cocinas ecológicas ya está aquí. Cada vez son más los consumidores que eligen a las marcas que apuestan por una producción respetuosa con el medio ambiente. El boom de los productos ecológicos ya no solo se limita al sector de la alimentación, sino que también se deja ver en la limpieza, la cosmética, la tecnología o la industria textil.
El movimiento echa raíces y se expande hasta llegar al mundo del menaje del hogar. Aprovechar residuos, ahorrar energía y reducir el impacto medioambiental son las máximas de una firma creada por una familia de artesanos franceses que lleva más de 60 años equipando a medida los espacios de millones de casas.
En Schmidt la bioconstrucción es una realidad. El grupo se esmera en satisfacer las expectativas de los clientes que se preocupan cada vez más por el medio ambiente. Así, llevan por bandera los materiales respetuosos. En la tienda ubicada en el centro comercial Luz Shopping de Jerez, la única de la provincia gaditana, Julio Vázquez palpa varios tableros. “Hace unos años estuve en la fábrica de Francia, es una pasada, tienen un sistema de reciclaje y los trabajadores tienen sus papeleras para reciclar, lo tienen todo más que controlado”, cuenta el responsable de la tienda en Jerez.
La marca lleva a rajatabla los procesos y trabaja en clave sostenible. “Todo en la fábrica es reciclado. Si hacen un mueble y se ha golpeado, ese mueble lo cogen y lo reutilizan”, explica Julio que transmite el fuerte compromiso de la empresa con el mundo ecológico. Desde hace varios años es una prioridad. Por eso ofrecen maderas certificadas que garanticen una adecuada gestión de los recursos forestales y eviten la tala incontrolada.
“Si hacen un mueble y se ha golpeado, ese mueble lo reutilizan”
Los muebles presentan una etiqueta PEFC que garantiza que el material utilizado procede de explotaciones forestales gestionadas de forma sostenible. Además, es el primer fabricante francés de muebles de cocina que ha obtenido el certificado NF Environnement por vender productos con impacto reducido. Schmidt prioriza a proveedores locales para reducir el transporte, reemplaza las lámparas de neón por bombillas LED de bajo consumo o limita los vertidos contaminantes.
Este año, ha ido más allá. Ha lanzado una gama de tableros de madera 100% reciclada. A los tableros estándar-que ya cuentan con un porcentaje de materiales reciclados- se suman los que están construidos solo y exclusivamente de esta forma. “Si los tocas tienen un tacto diferente. Es bastante realista y la textura de las vetas apenas se nota”, dice Julio mientras presenta la gama Origin, el último proyecto de la marca para que 750.000 árboles al año no sean cortados.
Hay dos modelos concretos, pero, de cara a 2022, habrá más. “Está teniendo una buena aceptación en el mercado, aquí hemos vendido alguna cocina, tanto del material estándar como del reciclado. Y se ha vendido mucho en encimeras”, explica el responsable.
Los tableros 100% reciclados, que se usan para cocinas, sillas o lo que el cliente imagine, están compuestos por residuos de madera, aserrín, desechos de la industria maderera, residuos de aserraderos, madera de basureros, recuperación de muebles usados, madera de construcción y demolición, encofrados y madera de empacados.
Una versión reciclada que da un paso más frente a la estándar, que está formada por entre 30 y 40% de madera pre-consumo, el 30% de madera post-consumo y entre el 20 y el 30% de madera fresca extraída del mantenimiento de los arcenses de las carreteras, o de árboles enfermos o caídos. “A nivel de uso, es igual, lo único que cambia es el proceso de elaboración, a nivel de calidad no varía”, comenta Julio mientras sujeta la madera que tiene la misma garantía.
En ese caso, ¿cuál es la diferencia? Es una cuestión de responsabilidad y concienciación. “Te sientes un poco mejor”, comenta el responsable que ha atendido a algunas personas que buscan muebles en base a sus convicciones. Un comportamiento apenas extendido en la sociedad. Schmidt piensa en estos consumidores y ofrece estos tableros novedosos con el fin de que exista la posibilidad de instalar una cocina ecológica. Según Julio, todavía “es un mundo desconocido aquí”.
“El mundo de las cocinas ecológicas es desconocido”
Incluir en su catálogo muebles del hogar ecológicos no deja de ser algo innovador. “Intentamos tener cosas diferentes que no se hacen en otro sitio”, afirma el encargado. Sin embargo, queda mucho por hacer. Las familias no suelen tener en cuenta los procesos productivos respetuosos a la hora de comprar una cocina. Desde la experiencia de Julio, todavía queda mucha concienciación que promover.
“Casi nadie pregunta absolutamente nada por el tema ecológico, habrán venido dos”, añade. Cuando se toma la decisión de adquirir una cocina lo que las familias buscan es precio o calidad, pero los materiales sostenibles o el proceso de construcción quedan en un segundo plano. “Si lo miran en los productos de electrónica, buscan un certificado de menos consumo en los electrodomésticos más que en los muebles”, dice.
Normalmente, es la firma de cocinas la que da a conocer la existencia de la gama 100% reciclada y asesora a los clientes sobre ella. Posiblemente, en el norte de Europa, el tema ecológico esté más inculcado. “Allí, por ejemplo, cuando compras una campana, las ponen sin salida al exterior con la idea de no contaminar el medio ambiente”, comenta.
Julio está convencido de que son las marcas de electrodomésticos las que más invierten en ecorresponsabilidad. Pero Schmidt se sube al carro para darle una vuelta al mundo y zarandear conciencias desde sus más de 500 tiendas repartidas por el planeta. De momento, con este tipo de prácticas se reutilizan al año un total de 490.000 toneladas de residuos de madera.