Antony no llegó a conocer a su abuelo y le hubiera gustado, claro. Gracias a la multitud de historias y de anécdotas que le ha contado su familia, sobre todo su madre, se hace una idea de cómo era. Y también, por supuesto, por su obra. Antony Jones Chaves (Londres, Reino Unido, 1958) es uno de los diez nietos de Manuel Chaves Nogales (Sevilla, 1897-Londres, 1944), el considerado como uno de los mejores periodistas del siglo XX. Eso ahora, porque hasta hace relativamente poco estuvo olvidado, repudiado por unos y otros, por rojos y azules, a los que criticó lo que creyó oportuno en una época, el primer tercio del siglo pasado, en que no era nada fácil hacerlo. El reconocimiento le ha llegado mucho después, casi 50 años después de su muerte.
Antony Jones Chaves, en representación de la familia de Chaves Nogales, lleva años de tour, acudiendo a homenajes, exposiciones y presentaciones en pos de la recupreación del legado de su abuelo. Hace escasos días se presentó la Obra completa del periodista sevillano, coeditada por la Diputación de Sevilla y Libros del Asteroide, con la colaboración de la Universidad de Sevilla, cinco volúmenes que reúnen todo los textos periodísticos y literarios encontrados, por ahora, con la firma de Chaves.
"En casa se hablaba poco de Chaves a nivel profesional, empezamos a saber de su importancia por los ojos y las palabras de otros"
Cuando se realiza la entrevista que concede a lavozdelsur.es, Jones Chaves está emocionado. Acaba de asistir a la inauguración de la exposición Cuadernos y lugares, que recoge en 16 paneles —obra del artista Manuel Ortiz— la trayectoria profesional y vital de su abuelo, y que muestra objetos personales y algunos de sus primeros artículos. Manuel Chaves Nogales ha sido nombrado Autor Clásico Andaluz de 2020 por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, que impulsa también la edición del catálogo de la muestra —coordinado por la periodista Charo Ramos—, la antología En tierra de nadie a cargo de Ignacio F. Garmendia —editor a su vez de su Obra completa— y un cuadernillo pedagógico realizado por Juan Antonio Rodríguez Tous que llegará pronto a los centros escolares andaluces.
La recuperación del legado de Chaves Nogales es para Pilar Chaves, su única hija viva —tuvo cuatro—, el mejor regalo de cumpleaños que puede tener. El pasado verano cumplió 100 años, por eso es uno de sus hijos, Antony Jones, quien asiste a los homenajes. "Esto es espectacular", asegura sobre la exposición, la edición de su obra, y los homenajes que se le están rindiendo en los últimos años. "A él no le gustaba ser el protagonista", dice en referencia a su abuelo, "seguramente si estuviera aquí lo veríamos en alguna esquina o escondido, pero sí le gustaría que el foco esté en la palabra escrita, en su obra, en el catálogo, en los libros editados... Todo gracias al inmenso trabajo de muchas personas".
"En estos tiempos tan difíciles para la economía sería fácil que la cultura fuera una de las primeras víctimas", reivindica Jones Chaves, "pero existe evidencia científica de que la recuperación económica se puede hacer a través de la cultura, y éste es un ejemplo más". El nieto de Chaves Nogales, que se dedica al mundo de la informática, aunque confiesa que conserva de su abuelo el interés por conocer mundo, considera un "milagro" que sea una realidad la muestra, que se puede visitar en Sevilla, antes de itinerar por toda Andalucía.
¿Qué supone para la familia esta exposición y la edición de su Obra completa?
Ha sido una gran noticia. Las tres piezas escritas, la antología, el cuaderno didáctico y el catálogo, son tres obras literarias que tienen su propio mérito y que se enfocan en Chaves Nogales, lo que es muy bonito. Me parece una maravilla que Charo Ramos haya conseguido montar una exposición en estos tiempos tan difíciles, dice mucho de su creatividad, de su capacidad, de su talento y de su empuje. Si estuviera aquí mi abuelo estaría encantado de que fuera una mujer periodista quien lo haga.
¿El gusanillo periodístico se hereda?
Chaves decía que periodismo era andar y contar. Toda la familia tenemos ese gusanillo viajero, nos movemos mucho por el mundo, conocemos a gente, cada uno en nuestros diferentes trabajos vamos moviéndonos y conociendo diferentes culturas de mundo. Yo concretamente estudié Griego y Latín, pero me he dedicado al mundo informático.
¿Cuándo fue consciente de quién fue su abuelo?
Antes hay que hablar del contexto. Después del fallecimiento de Chaves, mi madre Pilar, que era su hija mayor, saca a la familia adelante con todo tipo de empleos. Ella trabaja en la embajada británica en Madrid, y luego en Philips, donde conoció a mi padre, un británico que pensaba que iba a casarse con una cordobesa y al final se terminó casando con todo un clan de andaluces. Todos se fueron a Inglaterra, mi abuela, mis tíos y mi madre. Allí nací yo. Mi madre pasó 50 años de su vida en Reino Unido —ahora reside en Marbella—. En casa se hablaba poco de Chaves a nivel profesional, pero mucho como hombre de familia, era un gran periodista pero también muy familiar. La importancia de Chaves a nivel profesional la empezamos a ver, y obviamente no somos objetivos, por los ojos y las palabras de otros, escuchando los análisis de otras personas.
"Este reconocimiento a Chaves es muy oportuno, por la crispación que existe en la vida política, por esa tendencia al populismo y a los extremos"
¿Qué fue lo primero que leyó de Chaves Nogales?
La primera vez que leí algo creo que fue algunos periódicos Ahora —del que fue director entre 1930 y 1936—. Luego poco a poco, todo lo que estaba publicado. Juan Belmonte, matador de toros, La ciudad...
¿Cree que por fin, aunque sea tarde, se le hace justicia a su figura?
Es fácil decir que es tarde, aunque es importante reconocer que muchas veces hay un momento para cada cosa. Este reconocimiento a Chaves es muy oportuno. Nuestra democracia ha tenido muchos años para asentarse, pero también es muy oportuno ahora precisamente por la crispación que existe en la vida política, por esa tendencia al populismo y a los extremos. Es muy buen momento para que la gente aprecie a Chaves, puede actuar como guía en estos tiempos tan revueltos.
Que su obra llegue a los colegios, ¿puede ser un antídoto contra extremismos?
Lo que me gusta no es que se enseñe a Chaves en los colegios, es que se use su obra como una forma de hacer que los niños tengan su propio criterio. Mi madre tiene una anécdota muy buena a este respecto. Siendo una niña, Chaves la llevó a un colegio interno en Reino Unido, cuando tenía nueve años y ni idea de hablar inglés. Ella siempre dice que fue el mejor regalo que recibió de su padre, su educación británica, y también su mayor decepción, porque la dejó allí sola. Después de unas semanas, la directora llamó a mi abuelo para preguntarle qué hacían con Pilar, porque los domingos pronunciaban oraciones, el centro era protestante y suponían que ella era católica. Y Chaves responde, esencia Chaves: Creo que esa no es una pregunta para mí, es una pregunta para Pilar... Con nueve años que tenía.
Con lo que conoce de su abuelo, ¿cómo lo definiría?
Para mí Chaves Nogales tiene una gran capacidad para ver acontecimientos enormes y pensar en el impacto en personas normales. Si lees A sangre y fuego, es un libro sobre la Guerra Civil, pero no habla de acontecimientos como una obra histórica, sino que se enfoca en la reacción de las personas, lo mismo que en El maestro Juan Martínez que estaba allí. Ese humanismo es su esencia, y también la lucha por la libertad y la democracia. Así lo definiría, aunque no se define fácilmente. A toda la familia, empezando por mi madre, nos ha transmitido esos conceptos.
Es algo muy manido, ¿pero qué cree que pensaría su abuelo de la situación actual?
A él le extrañaría y le preocuparía la capacidad de extremismo actual y buscaría la forma de que la gente hiciera esa reflexión, en vez de tragarse según qué cosas. La definición de buen periodismo es provocar opiniones, no necesariamente transmitirlas, decía Chaves. Eso es importante.
En varias ocasiones ha dicho que su mejor lápida es su legado, ¿no se plantean traerlo a España—sus restos están en el cementerio londinense de North Sheen—?
Hemos tenido ofertas, pero cuanto más lo pensamos, más creemos que la mejor lápida es su obra, que va viajando por todo el mundo, que la leen miles de personas que se crean sus propios juicios basándose en sus libros. Para él creo que también sería lo mejor, mucho más importante que una lápida en un cementerio.
Chaves Nogales 'regresa' a su Sevilla
La exposición Cuadernos y lugares hace un recorrido por la vida y extensa obra de Manuel Chaves Nogales. La antología En tierra de nadie, de Ignacio F. Garmendia —editor también de su Obra completa—, los paneles del artista Manuel Ortiz, el catálogo de Charo Ramos, la organización del Centro Andaluz de las Letras, los préstamos de la Biblioteca de Andalucía, la Hemeroteca de Sevilla, el archivo Cela de Utrera, la Biblioteca Nacional, y de las colecciones personales de Abelardo Linares y María Isabel Cintas, estudiosos de Chaves, hacen posible una muestra en la que también participa su familia. La muestra se puede visitar en la sala Santa Inés de Sevilla (calle Doña María Coronel, 5) hasta el 14 de enero de 2021. El horario de visitas es de lunes a domingo, de 11:00 a 14:00 horas. Los festivos, cerrado. La muestra viajará por toda Andalucía.