Contra viento y marea
Hablas por primera vez con Adrián Otero (Jerez, 1979) y es el tipo de persona que pareces conocer de toda la vida. Cercano y con las ideas claras sobre los libros (propias de quien lee casi desde antes de andar) su negocio, la librería El Laberinto, cumple dos décadas, veinte años en los que ha sobrevivido a varias crisis (¿ha terminado la que empezó en 2008?), y una pandemia que arrasó negocios, hundió la economía y nos dejó encerrados, pero que nos ayudó a entender que había tiempo para otras cosas cuando la vida cotidiana quedó tan presa como nosotros.
El Laberinto, a través de su librero, ha sabido adaptarse muy bien a los tiempos, entre otras cosas porque Adrián ha tenido la sabiduría y la templanza para entender los cambios, para atender a los clientes habituales como amigos o casi familia que son (20 años dan para mucho), y porque el dueño entiende desde la tripas de su negocio, qué quiere el cliente, qué le gusta leer en el universo inabarcable de los libros.
Sí. Pero el balance es bueno. Muy bueno. No solo por el esfuerzo y el trabajo. Son veinte años de conocer a muchísima gente que al final se terminan convirtiendo en amigos, y una clientela que es como si fuera la familia. El balance es muy positivo.
Galería de fotos | Celebración 20 aniversario de la 'Librería Laberinto'

Adrián Otero, dueño de la librería El Laberinto.

Adrián Otero, veinte años al frente de la librería EL LABERINTO.

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La clientela es muy fiel, pero no solo la de Jerez, sino de fuera de la provincia de Cádiz. Viene mucha gente que, en ciertas épocas del año que se acercan por aquí, saben que estoy, les gusta lo que recomiendo, y eso es muy satisfactorio, que tengas clientela porque quiere que le recomiendes el tipo de libro que tú lees.
Es que no tienen otro sentido. Si no eres buen lector no puedes ser librero. He sido buen lector desde que tengo uso de razón y desde que entré aquí, muchísimo más. Me gustaría leer mucho más de lo que leo, pero yo le saco horas a lo que no hay. Sobre todo al sueño y a la familia, por desgracia. Al final siempre estás con un libro en la mano.

"Si no eres buen lector no puedes ser librero"
No, no. no. No es trabajo. Es verdad que muchas editoriales te mandan libros para que vayas comentando. Pero puedes leer veinte o treinta páginas, y si no me gusta lo suelto y ya está. Yo leo por puro placer. Pero es verdad que hay una parte de lectura de ciertas novelas o ciertos ensayos, y te acuerdas de algunos clientes para recomendárselo.
Sí. Después de la pandemia, o un poco antes, nos unimos muchos libreros a nivel nacional para formar la página Todos tus libros, para luchar contra Amazon, fundamentalmente. Y de la pandemia para acá la verdad es que funciona muy bien. Te sorprende la de pedidos que te entran. Pero para lo que funciona muy bien la página, sobre todo, es para el fondo. Una novedad la tiene todo el mundo. Lo que interesa es que tú tengas un buen fondo, que seas un buen lector y digas, esto hay que tenerlo porque muchos no la van a tener, y cuando alguien vaya a clicar para comprarla, te la compren a ti.
Yo creo que no. Pero es que no le interesan los libros para nada. El porcentaje de libros para Amazon es irrisorio, lo que pasa es que tiene que vender eso como el resto de cosas. Lo que hay que hacer es cambiar el modelo de consumo. Pero no solo en el libro, en todo lo que compramos.
Yo creo que el cambio es hacer un consumo responsable. Saber que tu dinero, cuando compras algo, se queda en tu propia comunidad, o por lo menos en tu propio país.
Te acojonas un poco. Pero más o menos nos conocemos. Sabemos cómo funciona el sector, y por suerte tenemos que decir, que aquí en Jerez, llevamos tiempo con un nivel alto de librerías, para la cantidad de público que hay. Pero cuando pasa esto te duele, pero entiendes que hay diferentes tipos de modelo, distintos tipos de ciudades, de barrio. Y es verdad que se hace mucha leña cuando se cierra una librería, pero ninguna cuando se abre. No tiene la misma publicidad. Por suerte, en España el número de librerías aumenta.
"Se hace mucha leña cuando se cierra una librería, pero ninguna cuando se abre"
El papel sigue siendo el rey. Yo me acuerdo cuando los comerciales vinieron hablando de ese cambio que iba a haber con el ebook. Que iban a implementar en las librerías un aparato para poder poner el ebook y que la gente lo comprase y lo descargase. Pero luego las editoriales echaron el freno porque está habiendo mucho pirateo y el sector del libro electrónico se ha visto muy mermado. La gente ha vuelto al papel, a lo físico. Son muchos años del papel; ha luchado contra mucho, y al final continua con ese aroma romántico. Y se nota, sobre todo en las nuevas generaciones, porque aunque están muy metidos en el tema on line, es verdad que son niños o adolescentes que le dan bastante valor al libro físico. Y en estos años ha habido un incremento de lectores de infantil y juvenil. Creo que también las propuestas e las editoriales han tenido mucho que ver.
Para nada. De hecho, la gente joven lee mucho más que las generaciones anteriores a nosotros. Pero porque el libro lo tienen como una cosa diaria, cotidiana. Antes no lo era. Además, el volumen, el tipo y la variedad de libros que hay ahora no lo había antes. Es verdad que compiten con otros sectores como es la televisión, las redes sociales. Pero es que hay una gran variedad.

Sí. Doy cabida. Lo que pasa es que intento ser muy sincero cuando vienen aquí. Hay que entender que el libro, aunque tiene su lado romántico, es un mercado como otro cualquiera. Entonces, le tienes que intentar contar al autor que aunque tú te autoedites es muy complicado pasar del lector que no sea tu círculo de amistad o de familia. Yo tengo aquí libros de clientes, de amigos, de gente que se ha acercado, y los tengo, pero es muy difícil, teniendo en cuenta la cantidad de libros que se publican al año. Lo que la gente lee, hoy en día, es por prescripción del lector o por lo que ve en la tele o las redes sociales.
Es complicado. Cuantos más años pasan más selectivo trato de ser con los libros que entran. No por nada, es que el metro cuadrado es cada vez más difícil en la librería. Entonces, prefieres darle hueco a un libro de calidad, como librero que eres, a algo que no te aporta ni siquiera clientes. Date cuenta de que en una librería pequeña como es esta, entran diariamente 50 o 60 libros nuevos. Es una brutalidad. Cada vez se intenta seleccionar más. Ese es el verdadero trabajo de los libreros. Cuando me fijo en otras librerías de libreros con señorío, me fijo en que saben elegir muy bien.
"En una librería pequeña como es esta, entran diariamente 50 o 60 libros nuevos"
Fueron momentos duros, con la tienda cerrada, los proveedores llamando. Pero, por otro lado, fue increíble la respuesta de la clientela que te llamaba, que te mandaba mensajes pidiéndote libros... Y yo, mientras, vendiendo libros como podía. Pero es que luego, cuando la librería abrió, ver un vuelco de gente, de caras nuevas que apostaron por el comercio tradicional. A la librería le supuso un aumento de ventas importante, fue positivo. Yo creo que esos meses encerrados en casa hicieron ver que no estar en la vorágine del día a día nos hizo saber que leer es importante, tener tiempo para ti mismo.
Los datos son los que son, no se puede tergiversar. Son números y no se pueden cambiar. Pero Andalucía es muy grande, y no es lo mismo comparar provincias como Sevilla o Málaga, que ciudades como Huelva o Jaén. Hay que apostar por el tema de educación. Aquí en Andalucía faltan ferias del libro importantes. Las instituciones tienen que apostar porque haya más libros, más ferias y más lectores. Pero aunque esto tiene su parte positiva, seremos menos lectores, pero somos muy buenos lectores. No es la cantidad de libros que compran, es la calidad. Las librerías y los libros tienen que salir a la calle.