Prisas, prisas, prisas
A nadie se le escapa que con el ritmo de vida que llevamos hoy, comer en casa a veces se convierte en una utopía —y si hablamos de las ciudades grandes, más aún—. Todo son prisas, no hay tiempo de cocinar. Ni ganas. La cocina se convierte en ocasiones en la zona prohibida de la casa. O tal vez en la más odiada. Mucho tiempo metido en ella —el que disponga de ese tiempo, claro— para que encima lo cocinado dure poco, precisamente por la falta de tiempo para comer con calma, donde apenas se puede disfrutar de lo guisado y la sobremesa parece cosa de otra época.
Tampoco podemos olvidar que eran nuestras madres, las que no trabajaban en la calle, pero sí mucho en la casa, las que se dedicaban a pasar la mañana entre peroles, ollas y pucheros. Hoy las cosas han cambiado. Muchas mujeres trabajan —y cocinan, pero a toda mecha casi siempre—. ¿Y los hombres...? Sí, también cocinan en muchos casos, pero también sin el tiempo necesario para ello.
¿Está todo perdido? Ni mucho menos. Gracias, entre otras cosas, al actor de Camera Café y tantos otros trabajos, Álex O'Dogherty (San Fernando, 1973), y doña Amalia, su madre, quienes acaban de sacar a la venta un libro de recetas tradicionales y familiares, sencillas y económicas: Las recetas de Amalia, exclusivamente a la venta en cosasdeesas.com.
Es cierto. La gente cada vez tiene menos tiempo y menos ganas de dedicarse a ese tipo de cosas. Lo que pasa es que luego lo agradece mucho. Por eso, en cierto modo, el tipo de recetas que proponemos en este libro son muy apropiadas. Son recetas que se hacen en muy poco tiempo. Hombre, no es que sean cinco minutos. En ese tiempo te puedes calentar algo en el microondas. Las recetas que hemos propuesto se hacen en media hora o una hora, como mucho.
Mayor ritmo acelerado que llevo yo, poca gente. Pero a mí cocinar me sirve de relax, para desconectar.
"Cocinar me sirve de relax, para desconectar"
No, no, Para nada. Es literal. Son momentos que yo he pasado con mis padres. Por culpa de este modo de vida, al que yo me he visto obligado por mi profesión… Yo siempre he dicho que el precio más caro que yo he tenido que pagar por dedicarme a lo que me dedico es estar alejado de mi familia, de mis padres. Pero cuando he tenido esos días, he aprovechado para estar con ellos, y esos ratos cocinando con ellos han sido muy íntimos, muy intensos y muy bonitos, en los que realmente nos comunicábamos, aprendíamos juntos. No todos los padres son iguales, pero los míos son extraordinarios. Todo esto ha sido un regalo.
Ten en cuenta que los vídeos fueron aproximadamente 45 o 50. La selección la hice yo, pero el criterio fue sentimental y por el orden de los más característicos de mi casa. Nada de los platos gaditanos. No. Un día hicimos, por ejemplo, el rabo de toro y no lo hemos metido en el recetario. ¿Por qué? Porque no es algo que hagamos mucho en casa. Se han elegido los platos de mi infancia, bueno, de toda mi vida.
"Se han elegido platos de mi infancia, de toda mi vida"
Es evidente que las todas las madres gaditanas, andaluzas, españolas, se han dedicado toda la vida a cuidarnos. Mi madre tenía un trabajo y lo dejó cuando se quedó embarazada. Y ella no se arrepiente. Sin embargo, mi padre se jubiló a los 65. Mi madre tiene 86 y no se ha jubilado.
Yo no podía permitir que se quedara en el vacío. Sé positivamente que, hoy en día, no me voy a arrepentir. Me hubiera arrepentido si me hubiese dedicado a hacer otras cosas. Yo he dejado de hacer proyectos que tenía: escribir una serie para televisión y muchas cosas más. Pero tenía que dejarlo todo y hacer esto. El día de la presentación, en San Fernando, fue uno de los más emotivos de mi vida.
Sí, sí. Es que ella está recibiendo mucho cariño. Está haciendo entrevistas. El otro día estuvo en lo de Juan y Medio. La mujer no está acostumbrada, para ella es bonito.
Cada receta tiene dos códigos. Uno para que, además de la receta escrita, puedas ver el vídeo de cómo se hace. Y se me ocurrió, por otro lado, hacer una lista de Spotify para cada plato, a modo de divertimento. En las redes sociales planteé una especie de juego. Ponía un plato y preguntaba qué canción les sugería, por ejemplo, unas papas con chocos.
Yo antes hacía cosas muy simples: pescado, guisos, verduras… Cosas muy rápidas. Ahora todo lo que veo en internet son cosas de cocina. Me gusta comer bien, comer sano. Y, además, ¿sabes lo que me ha enseñado todo esto?: que se puede cocinar de una manera muy sencilla. Yo decía, ¡joder, un potaje! Y cuando te das cuenta de que solo tienes que coger las cosas, meterlas en la olla y dejar que se haga…
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