Llorar de la risa
Es la máxima de Almudena Ocaña (Cádiz,1974), quien ejerce como profesora de música en La Luisiana (Sevilla), pero que también se define como escritora, cómica, madre y no sé cuántas cosas más.
Allí, en el IES Pablo de Olavide, pone en práctica un curioso manual que ella titula Cómo amanso a mis fieras (Ed. Desclée) toda una declaración de intenciones de esta mujer vital y alegre que estudió Filología Hispánica mientras se formaba musicalmente en el Conservatorio Manuel de Falla, de Cádiz.
Desde hace solo unas semanas pertenece a la Academía Estúpida de la Lengua, una caricatura de los academias serias e intelectuales. En 2021 publicó su libro Si vas a llorar, que sea de risa (Libros Indie).
Eso dicen. Hay que saber cómo abordarla porque el humor es un arma muy poderosa en literatura. Es serio, sí. Hay que saber utilizarlo y ser elegante con él. Hay que saber criticar, saber denunciar. Pero es un arma de doble filo.
El humor es el elemento que tenemos los de Cádiz para sobrevivir y para hacer frente a unas circunstancias adversas que son las que caracterizan socialmente a Cádiz. Pero tenemos esa guasa gaditana que nos diferencia. Pero no solo en el Carnaval, también en la literatura y en el día a día. La otra opción es tirarse por los bloques... (escolleras que hay en la Punta de San Felipe, Campo del Sur, etcétera).
"La conciliación familiar y laboral es ciencia ficción"
Es que hablo de circunstancias que son muy difíciles de cambiar, porque cuando una está recién parida, hay poco que hacer. Es algo que hay que pasar igual que cuando una está en la época de lactancia o cuando los niños son pequeños, y va una compaginando esa ciencia ficción que es la conciliación familiar con el trabajo, que de eso sí que me río yo: de la familiar, la laboral y la femenina. Hay que hacer malabarismos.
Es que nos cuentan la maternidad de una forma idealizada, y cuando una se ve dentro de esta vorágine y se da cuenta de que hay obstáculos que te superan, que no da una abasto con lo que tiene por delante... Yo tenía ya cosas escritas y durante la pandemia escribí bastante, así que entre unas cosas y otras fue una eclosión, la gota que colmó el vaso, la hartura de la que salió el libro.
Yo creo que al lector le gusta y lo demanda. Nos estamos recuperando de un mal trago y tanto los adultos como los niños demandan la presencia del humor, pero es verdad que literariamente parece que es un género menor.
Esto lo forma un grupo de literatos y artistas, la mayoría de ellos de Valencia. Estamos empezando. Yo me enteré a través de María Jesús Ruiz, que es mi profesora de literatura medieval de la UCA. Lo que hacemos es reivindicar el sentido del humor en la literatura y el arte, y llevar al extremo este ambiente academicista que caracteriza algunas veces a los intelectuales.
En esos ambientes intelectuales hay tela de caspa, ¿eh?"Cada vez quedan menos temas de los que reír sin que alguien se moleste"
Nos sacudimos toda esa caspa, sí. Y no solo eso: también todo lo que tienen esas academias literarias, y se está creando algo muy cercano al postismo, a los hermanos Marx y al esperpento en sí. Me siento muy identificada con todo esto. Somos la "norma" de nuestro zapato. Jugamos mucho, además, con los malapropismos.
Es muy difícil el tema por lo políticamente correcto. Cada vez nos quedamos con menos temas de los que se puede uno reír. Pero eso a los cómicos nos hace trabajar más para buscar las vueltas y no quedarnos sin hablar. Es verdad que hay muchas cosas que no entran en los esquemas de los que estamos escribiendo de esta manera, y lo denunciamos, lo criticamos o nos reímos simplemente de esas ocurrencias.
Yo soy una cosa u otra dependiendo de la hora del día (risas). Ya no digo ni del día, sino del momento.