En equipo
Álvaro Rodríguez, (Manzanares, Ciudad Real, 1983) y su empresa de cosméticos naturales, KUMŪI se centra en la innovación y en la calidad. Sus productos impulsan la belleza, la vitalidad y las buenas energías. Un cosmético que no solo mima la piel; también la salud y el estado de ánimo. Que aporta toda la hidratación y antioxidantes que se necesitan en el día a día para frenar los signos del envejecimiento, que ayuden a mostrar una mejor cara.
La empresa, que nació en el aún muy cercano 2022, promueve una cosmética con valores que ayuda cada día a potenciar la energía positiva y el bienestar. El equipo lo completa la técnico de laboratorio y alquimista de todas las formulaciones, Verónica Duque, quien también tiene experiencia en el sector de las ventas on line.
Por su parte, Rodríguez viene del mundo del marketing y las ventas, y se encarga de la técnica y el desarrollo del e-commerce.
Es la diferenciación que tenemos con otras marcas. Además de utilizar ingredientes de alta calidad y lo último en tecnología, creemos y pensamos que el mundo está necesitado de buscar un estilo de vida positivo, una forma de ver las cosas de manera más agradable y sana, y más en contacto con la naturaleza. En nuestro caso, se trata de usar ciertas técnicas o alternativas a la hora de elaborar nuestros cosméticos. Tenemos un estudio Feng Shui (energía positiva), hecho en el laboratorio, fabricamos los años que son propicios con el calendario Tong Shu para que el cosmético tenga esa energía positiva. Le incluimos ciertos mantras o intenciones al cosmético para que, por ejemplo, el sérum de día, que es iluminador, se contagie a quien usa nuestro producto, de esas propiedades y esas vibraciones que tenemos en la naturaleza.
"Queremos que nuestros clientes se contagien de las vibraciones de la naturaleza"
Viene del hawaiano. Ese alfabeto es corto, tiene muy poquitas letras, y hay palabras que significan varias cosas. Concretamente, KUMŪ viene de maestro, origen, esencia. Nos pasó en un viaje, precisamente a Hawái, donde conocimos a una señora que nos presentó a su KUMŪ, que es el guía espiritual, una persona que tiene muchos conocimientos de lo que la naturaleza puede hacer por nosotros. Queríamos con esto homenajear a estas personas que facilitan que gracias a ciertos conocimientos y ese cuidado, tengamos lo que tenemos. La i se la ponemos al final por ese estilo de vida que hablábamos antes, cuando decimos KUMŪI, terminamos sonriendo. Es una forma de aceptar esa sonrisa.
Español y andaluz 100%. Somos una sociedad cooperativa andaluza que se constituyó en 2022. Llevamos más tiempo con el tema del laboratorio porque es más farragoso con las licencias y demás. Pero en el mercado llevamos aproximadamente dos años. Estamos muy contentos. De momento somos dos personas, pero a corto o medio plazo pensamos meter a alguien que nos ayude en otros aspectos de la empresa.
Cierto es que, a día de hoy, la cosmética ha avanzado muchísimo. Tenemos ingredientes que son más básicos y son más conocidos, como puede ser el Aloe Vera, pero usamos también algas, protectores y antioxidantes que se extraen por medio de la biotecnología. Les avalan ciertos estudios de fiabilidad y de efectividad, cosa que hace unos años no eran tan profesional o no estaba tan estudiado. Contamos con acceso a diversos activos que no todo el mundo tiene. Es verdad que nuestro proyecto suele gustar.
La mayoría de clientes son nacionales, pero tenemos un porcentaje, todavía pequeño, de extranjeros. Es una clientela que, como el otro día, en el mercadillo a la entrada de Los Toruños, en El Puerto de Santa María, nos permite contactar con el cliente de forma directa: Bélgica, Holanda, Noruega, Alemania... Y en España, la verdad es que tenemos pedidos de toda la geografía.
"Los mercados en la calle nos permiten tener contacto directo con clientes nacionales y extranjeros"
Sí que es cierto que vamos en otra línea. Nuestra producción es más reducida, precisamente para tener ese control y esa frescura de esta cosmética natural. Nuestra capacidad de producción y distribución, en ese sentido, es tratar el producto con cariño. En el laboratorio tampoco tenemos máquinas que hagan demasiado ruido. Es un ambiente de industria tranquilo. Queremos que el producto llegue al consumidor con ese espíritu de cuidado. Todo es control, desde que entra por la puerta el producto, hasta que sale en las manos del cliente convertido en cosmético. Todo eso es parte de nuestra forma de trabajar. Cada vez somos más empresas de este tipo y trabajamos especialmente en esa diferenciación.
Tenemos sérum, contorno, cremas faciales, así como la parte corporal y de cabello, con precios competitivos a tenor de la calidad del producto que vendemos.
Queremos estabilizar este año, sobre todo, la parte nacional, pero sí tenemos intención de llegar a más puntos internacionales. Entendemos que hay una demanda y que hay países muy propensos a usar productos naturales. Ahí hay un potencial interesante. Llevar la cosmética natural española, andaluza, fuera de nuestras fronteras, es muy interesante.