Pelos, pelos, pelos
Ya hace bastante tiempo que no es necesario ir a Turquía para terminar con la alopecia, sobre todo de los hombres, que quieren mejorar su estética y lucir el cabello que, por diversas causas, perdieron mucho antes de hacerse mayores.
La edad, los medicamentos, algunos tratamientos capilares y, sobre todo, el estrés o un suceso traumático, son las causas más comunes para la perdida de pelo.
Los últimos avances en tratamiento están hoy presentes en casi todas las ciudades. A Jerez, a la clínica de San Juan de Dios, ha llegado el doctor Ever Josua Estrada (Tegucigalpa, Honduras, 1988), quien inaugura la Unidad de Injerto Capilar. Un claro ejemplo de que los tratamientos para la caída del cabello tienen mucha demanda, y cuya respuesta existe en el cada vez mayor número de clínicas dedicadas a solucionar este problema.
El doctor Estrada es titulado en Medicina y Cirugía por la Universidad Nacional de Honduras, y tiene un Máster en cirugía y restauración capilar por la Universidad Católica de Murcia. Asimismo, tiene un Máster en medicina estética por la Universidad Complutense de Madrid.
No. De hecho, todos los injertos son diferentes. Dependerá del paciente, del tipo de alopecia, del grado de alopecia. No se puede comparar el injerto capilar de una persona con el de otra. No se sabe el daño y el grado con la referencia de otra persona. Van a ser distintos.
Creo que depende mucho de la personalidad de cada uno y del grado de aceptación. Hay personas que se sienten cómodas con la calvicie y hay personas que no se sienten ni bien ni cómodas. Como hay personas que se sienten cómodas con la calvicie, pero incómodas con otras partes de su cuerpo.

Porque Turquía, históricamente, desde hace siglos, se ha dedicado al estudio del cabello. Entonces, cuando se desarrolló la técnica del injerto capilar en Japón, porque fue ahí donde se originó todo, ya que tenían pacientes por quemaduras, los turcos tuvieron más facilidad y además fueron desarrollando técnicas nuevas. Estas técnicas las fueron adaptando y evolucionando. Por eso ellos tienen ese punch de tratar la alopecia con microinjertos.
"Turquía, desde hace siglos, se ha dedicado al estudio del cabello"
De la segunda década de siglo XX. El tratamiento del cabello siempre se ha dado, pero es en esta época cuando ha salido esa idea de quitar un pelo de aquí y ponerlo allí.
No, no, no. Algunas veces es el único camino para poder contrarrestar el daño psicosocial que tiene una persona.
España es el segundo país de incidencia en alopecia. El hombre lo sufre en un 50%. El porcentaje de la mujer es mucho más pequeño. En el hombre se da el caso de la pérdida de cabello de la parte alta de la cabeza. En la mujer es diferente. Además de ser un porcentaje menor, lo que pierde es densidad. Por eso el tratamiento es diferente, y la mujer responde muchísimo mejor.
No todas las personas se pueden injertar, y tampoco se pueden cumplir todas las expectativas de todos los pacientes. Hay grados que no se pueden cubrir. Dependiendo de la zona donante, se podrán hacer o no. Por eso hay que evaluar primero al paciente.
La cantidad de horas. Las posturas que hay que adoptar. Si es un procedimiento menor, que tiene poco o ningún riesgo, si uno domina la técnica, solo es monótono. Pero sí, tanto para el paciente como para el equipo, lo peor es la cantidad de horas que se emplean.
Si la persona tiene zona donante, pero la parte alta está completamente calva, sí. Pero si está completamente calvo, una sola sesión es completamente insuficiente. Necesitará dos, incluso más. Eso a veces a los pacientes les cuesta mucho comprenderlo. Quieren reconstruir toda la zona en una sola sesión y no es posible. Algunas clínicas lo hacen, pero el resultado no va a ser satisfactorio.

"Para determinados pacientes, no es suficiente una sola sesión de injerto"
En seis meses tendría el 50% del resultado, y en un año el 100%.
Ese cabello por alopecia androgénica no se va a ver afectado. El cabello se puede caer por otra causa: por una dermatitis seborreica no controlada, por ejemplo, pero por alopecia androgénica, no se va a caer.