Elena López, farmacéutica y pianista: "Los prospectos, mejor no leerlos"

La pianista y farmacéutica jerezana compagina el trabajo en su farmacia del barrio de San Mateo con su amor por la música y el piano

La maestra Elena López, delante de su piano. Candela Núñez

Recetas y partituras

Algunos pierden pie con Messi, con Cristiano; y un servidor pierde pie con los músicos. Y si esos músicos son pianistas o violinistas, lo pierdo todo. La sensibilidad de quienes son capaces de hacerme llegar emociones mediante la interpretación de una partitura, van en mi lista de favoritos, entre los primeros, por cierto.

Elena López (Jerez, 1977), licenciada en farmacia y pianista, es de esas personas que destila paz aun cuando ni siquiera está delante de las 88 teclas del piano. Quizá porque cuando no anda metida en el universo de la música que adora, también con la bata blanca de farmacéutica, en su botica de San Mateo, sigue siendo de esas personas de las que no puedes esperar nada malo.

En su casa nos recibe con su imponente piano Kwai media cola, y la pequeña Iris, un bichón maltés que durante toda la entrevista va para arriba y para abajo jugando y tratando de enterarse quiénes somos los que hemos venido a hacer tantas preguntas a su dueña. 

Durante la preparación de esta entrevista he intentado encontrar un paralelismo o cosas en común entre la farmacia y la música, pero no ha habido forma.

Es que no hay absolutamente ninguna. La música es mi vocación, y lo otro fue una obligación. Lo de la farmacia fue una herencia familiar, mi padre es farmacéutico ya jubilado, y por tradición familiar se impuso que yo siguiera. Así lo hice y aquí estamos.

¿La música cura más que la medicina?

Para mí sí. La medicina cura el cuerpo, y la música cura el alma.

La farmacéutica y pianista Elena López. CANDELA NÚÑEZ
Pues a quien no le guste la música tiene probablemente un problema de salud, ¿no?

Seguramente sí. No serán todo lo felices que deberían ser. 

¿La bata o el piano?

El piano, sin duda. 

"Entre la bata y el piano elijo el piano"

¿Qué le da?

Todo absolutamente. La farmacia me da de comer todos los días, vivir, tener cierta comodidades, porque me dedico profesionalmente a ello, y lo otro es lo que le da sentido a mi vida. Mi hija es mayor, se ha ido ya de casa, entonces lo que llena mi tiempo es la música. 

¿Qué va a ser más eterno, Mozart o el cúter con el cartoncito?

(Risas) Mozart, el cúter tiene ya los días contados.

¿No me diga que el cúter y el cartoncito van a pasar a mejor vida? Cuente...

Sí, hay un proyecto, se habla de que lo de cortar el cupón precinto ya tiene los días contados. 

"El cúter y el precinto tiene los días contados"

Necesito un antidepresivo, pero no quiero ir a la farmacia, ¿qué músico me recomienda?

Para mi gusto, desde Bach hasta el siglo XX, lo que quieras. Pero personalmente,Brahms. Ese es el antidepresivo. Bhahms es lo más. Pero lo mismo que para cada depresión o para gripe hay un fármaco, un tratamiento, para las dolencias del alma hay otro. Según lo que quieras. Cada música tiene su momento. La musicoterapia aplica cada tipo de música para un problema.

Elena López, al piano, tras la entrevista.CANDELA NÚÑEZ
¿Funciona?

Es un terreno relativamente nuevo. No hay datos. Pero sí funciona. A mí me funciona.

¿Pero como músico o como oyente?

Como oyente. Hay momentos en que sin yo saberlo he estado abajo, y he escuchado una música y me ha dado energía para el resto del día. 

Elena López, en el entorno de San Mateo, ¿es solo la farmacéutica o también la pianista?

No, allí no soy la pianista. Muy poquita gente lo sabe. A mí me da vergüenza. Yo no hablo de mí y no voy a ir diciendo que toco el piano. Quizá alguna vez han ido al teatro y luego me han preguntado: "Oye, ¿eras tú la que estaba al piano?"

¿A usted el piano le da dolor de la cabeza o se lo quita?

A mí... hombre, depende. Cuando estás ahí estudiando o preparando algo, me lo da. Y también hay veces que la gente que forma parte del proyecto te absorbe mucha energía. Pero después todo compensa. 

¿Un prospecto y una partitura se parecen en algo?, porque yo no entiendo ninguna de las dos. 

Es más difícil leerse un prospecto y mejor no leérselo nunca... si no, no tomaríamos nada. Las farmacéuticas están obligadas a notificar absolutamente todo, si uno en Wisconsin, por tomar tal, se le puso un pelo verde, pues lo tienen que poner en el prospecto. Y ya la gente cree que a todos les va a pasar igual. 

¿Es más difícil tocar los Estudios de Chopin o leer lo que pone en una receta?

Ese estudio es muy difícil, pero muchas veces los médicos más veteranos nos lo ponen en chino. Las pasamos canutas. Porque ponen dos cosas que pueden parecerse, pero una es una morfina y lo otro es un paracetamol. Nos toca investigar para ver qué pone realmente ahí...