Vámonos pa' la Feria
Miguel Ordóñez (Sevilla, 1967) es de esas personas que destilan optimismo allá por donde va (confiesa que le gustan los lunes, y con eso está todo dicho). Solo tienes que descolgar el teléfono para darte cuenta de que lo suyo es la sonrisa y ver a los demás felices. Para colmo, aunque sea de forma amateur, canta, compone y hasta se atreve con las saetas.
Ahora también ha encabezado la campaña de Tussam, el servicio de autobuses de Sevilla, para la Feria de Abril, que comienza ya mismo.
El anuncio interpretado por Miguel rebosa alegría: por las razones obvias que trae la Feria, y porque en la escena, el chófer está acompañado por toda su familia, excepto los dos protagonistas del spot, que son actores.
Mi padre se pegó 40 años en Tussam, yo entré con 22 años, llevo 34, y encantado por haber hecho mi vida con ellos. El germen de todo esto arranca en la pandemia. Hay un vídeo de YouTube en el que canto una saeta. Ahí se me ve cantando una el Domingo de Ramos de la pandemia. Eso se hizo viral y fue un pelotazo. Estábamos todos en casa y fue muy emocionante. Tussam hace, desde hace mucho tiempo, una campaña para que la gente coja el autobús tanto en Feria como en Semana Santa. La de la Semana Santa de 2022 fue muy graciosa porque se me veía cantar y el anuncio decía: “La saeta es un lamento, no lamentes aparcar el coche”, o algo así.
Sí. (Risas) A raíz de eso, la productora me llama este año y me propone hacer el anuncio, pero me pregunta, para evitar el problema de los derechos de autor, que si yo era capaz, además de hacer el anuncio, de componer la sevillana. Me plantearon de qué tenía que ir la letra, y les dije que me dejaran unos días. Ese mismo día, haciendo de comer, se me ocurrió la letra. Se lo mandé a mi hijo y cuando le escuché cantar todo el fin de semana el estribillo dije: “esto es un pelotazo”.
“Si a la feria quieres ir, sin agobios, sin atascos…”. Sigue, claro. Pero con esa letra se presenta a la productora, ellos se la pasan a Tussam y al Ayuntamiento para que le den el visto bueno.
"La letra de la sevillana es un pelotazo"
Se vuelven como locos. Les encanta y dicen que eso hay que grabarlo, que desde luego es un pelotazo.
Lo hacemos en una tarde, en un estudio de grabación de Sevilla, con mi familia que me hace los coros. Después grabamos el anuncio en Sevilla Este.
Lo pasamos muy bien. Todos los que van en ese autobús son familia mía. Bueno, casi todos. Los dos protagonistas son actores. Pero el resto: los que tocan las palmas, la caja, la caña y la guitarra, son mi hija, mi hijo, mi yerno, mi cuñado, mi hermano...
Me tengo que remontar yo a mucho tiempo atrás para acordarme de eso. Te digo una cosa: yo he hecho el anuncio, me lo he pasado muy bien, pero “el Ordóñez” trata de cambiar todos los días que puede con los compañeros para no trabajar en Feria. Aquí hay gente de otros pueblos que quiere ir a sus ferias y nos cambiamos los turnos. Somos 1.200 conductores. Que si Día de Reyes, que si esto o lo otro, no tenemos problemas para cambiarnos los horarios.
Me he pegado muchas ferias trabajando y la verdad es que tiene cosas graciosas, sobre todo cuando va. Pero cuando vuelve vienen con las borracheras, el que se quiere colar... La verdad es que el trabajo de conductor durante la Feria no es agradable. Yo aparezco sonriendo, pero solo es un anuncio.
"El trabajo de conductor durante la Feria tiene cosas graciosas, pero no todo es agradable"
Somos un montón de socios. Me coges ahora mismo en la puerta poniendo luces y todo eso. Pero sí, aquí pasamos la Feria, disfrutándola.
Sí. Con mi padre, la bulería, y con mi madre, la soleá. ¿Para qué más? Hasta hace un par de años he cantado en la Feria de Jerez. En la caseta de El Cuadro.
(Se hace un silencio hasta que responde riendo). Me vas a hacer decir cosas, ja, ja, ja.
No, es que me estoy acordando de mi vida. Mi padre tiene seis hermanos, tengo sesenta primos, primos de mis primos hermanos... Todos viven en Jerez. El único que no vive en Jerez, soy yo. De chico tenía que aguantar carros, carretas y carretones. Comparaciones Sevilla-Jerez… Ja, ja, ja.
Son dos conceptos de ferias diferentes. A mí me encantan las dos. Creo que no son ni comparables. Es que tengo que aguantar todos los días la misma retahíla: que si los porteros no te dejan entrar, que si esto o que si lo otro. Pero amo las dos ferias. Y la Semana Santa, lo mismo. El Cristo de la Expiración pasa por el balcón de casa de mi padre, así que imagínate.