De Casablanca a Jerez
Ilham Otky nació en Casablanca, es diplomada en Literatura Francesa y licenciada en Bellas Artes. Pero sobre todo es artista. Artista del mundo, si cabe la expresión. Desde 2008 muestra su arte, cuando aún existía el recordado Zoco de la Artesanía, que hoy duerme el sueño de los justos, un lugar que muchos jóvenes ni siquiera han llegado a conocer, y que era un germen magnífico para artesanos como Ilham.
La artista marroquí está de mudanza. Su negocio de la calle Tornería con plaza del Clavo, en Jerez, se traslada a la calle San Agustín, un local más amplio y en el que Ilham pretende seguir creciendo como empresaria y como artista. Todo ello sin renunciar al centro histórico que, dice, "debe ser la atracción turística número uno".
Vine por cuestiones familiares. Soy de Casablanca, pero conocí a mi marido cuando trabajaba en Tánger. Él estaba trabajando en Jerez y finalmente decidimos vivir aquí, aunque pensamos también quedarnos a vivir en Marruecos. Al principio me costó trabajo encontrar empleo. Es francamente difícil, como titulada universitaria en Marruecos, encontrar un empleo acorde a tu formación aquí. Se me llegó a dar el caso de enviar el curriculum para impartir clases de francés en una asociación que ni siquiera llegó a llamarme cuando, además de ser licenciada en Bellas Artes, tengo una diplomatura en Literatura Francesa, idioma del que, además, soy bilingüe.
"He buscado siempre la creación de un espacio artístico y artesanal diferente"
Sí, durante todo este tiempo he simultaneado estos trabajos con la creación artística. He participado en muchas exposiciones colectivas, en Jerez y en otros puntos del país. Con el paso del tiempo me llegó una oportunidad de crear mi propio negocio y me lancé, básicamente porque no veía un recorrido interesante en otras alternativas. Ahora curso un doctorado de Arte y Literatura en Toulouse en el que, entre otras mil cosas, se habla de emprendimiento, y resulta que la principal causa del emprendimiento en el mundo, un 52%, se debe a la escasez de alternativas viables. Desde el inicio de mi negocio, empezando desde la nada, y con el apoyo del proyecto Maarifa en el que participó el Ayuntamiento, he buscado siempre la creación de un espacio artístico y artesanal diferente.
Empecé como empresaria en el año 2008, en el Zoco de Artesanos de la plaza Peones. Fue un gran proyecto que dio la oportunidad a emprendedores de formarse durante tres años a un coste mínimo, para poder enfrentarse después al mundo real en el mercado. Antes de los tres años decidí sacar el negocio fuera, en un local de la calle Tornería.
El espacio era pequeño, y he decidido dar un paso más y asumir en propiedad otro local más espacioso, donde poder mostrar mejor la faceta artística, además de continuar con las líneas habituales de negocio.
Apuesto por el centro porque vivo en él, y siempre he pensado que es una forma muy bonita de enseñar la ciudad, a través de tiendas personales, auténticas y artísticas. En todas las ciudades donde he estado he sentido gran atracción por el arte y la artesanía que se ofrece en los escaparates. Define la ciudad, la decora, la viste. Incide en que los visitantes la recomienden o en que vuelvan a visitarla. El centro debe ser la atracción turística número uno. Hay que vigilar que esté limpio, ordenado, que tenga una estética que se corresponda con su historia para poder competir con otras ciudades hermosas.
Me siento capacitada para poder gestionar un espacio más grande y acorde con mi formación y con lo que pueda aportar al centro histórico. Tengo en mente facilitar colaboraciones entre el sur de España y Marruecos, hacer mejorar dos países que están tan cerca y tan lejos al mismo tiempo. Expectativas: muchísimas, tantas como ganas.
Me inspira todo lo relacionado con la luz y el color. Aquí, en el sur de España, espacios abiertos como las marismas o el parque de Doñana son muy inspiradores. En esto no hay diferencia entre el sur de España y Marruecos: tienen una luz común. Captar esa luz y ese color es una forma de estructurar pensamientos, transformarlos en vivencias, en maneras de ver el mundo. No soy autodidacta. Cursé formación universitaria en Bellas Artes, pero solo con eso no se llega a nada. Hace falta acompañarlos con la mirada, con la ilusión, con la experiencia acumulada para poder expresar todo lo que se quiere.
Con el público he tenido una suerte tremenda. Llevo dieciséis años con la empresa, conociendo a gente de todas las edades, y siento que aprecian lo que trabajo en cualquiera de los soportes, madera, papel, cerámica y otros. Me considero polivalente. He podido dar una charla en el museo sobre la pieza del mes en el Museo Arqueológico, y participado directamente en otras actividades culturales. He podido hacer muy buenos amigos con estas experiencias.
El hecho de vivir cerca de mi trabajo me permite que mis clientes puedan ser a la vez mis vecinos y que hagamos del centro un lugar de convivencia. Aun así viene gente de todas partes, tanto de la ciudad como del resto de España y de muchos países. Sé que tengo cuadros míos en los cinco continentes, cosa que me ha facilitado el poder hablar en varios idiomas. Muchos repiten cada año porque para ellos esta ciudad tiene un atractivo especial, y en mi espacio han tenido vivencias agradables, por ser personas que aman las artes y disfrutan con la conversación y la compañía. Echaré de menos a mis vecinos de la calle Tornería, pero sé que estaré muy cerca, voy a la calle San Agustín (risas).
"Habra una ampliación del espacio expositivo, con una zona de galería personal"
Va a haber ampliación del espacio expositivo, con una zona de galería personal. Voy a ampliar la oferta de productos propios, probablemente inicie actividades grupales relacionadas con el arte y, un poco más adelante, tal vez formalice contactos con empresarios de Marruecos relacionados con el diseño artístico y profesores de universidades europeas para dar charlas en pequeños grupos especializados.
No pienso cambiar. Siempre hemos vivido aquí, le veo un atractivo especial, y quiero aportar mi grano de arena para que el centro reluzca cada vez más y que compita con otros destinos turísticos. Espero que más pronto que tarde haya cada vez más inversores que generen espacios de calidad en el centro y trabajo para los jerezanos.
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