Huellas artesanas
Irene de Francisco (Jerez, 1981) tenía claro que el nombre de su comercio tenía que poseer una clara vinculación con sus orígenes como profesional. La artista y joyera del barro, que se centró desde hace diez años en la filigrana cerámica, explica que todo lo que ella hace es de forma 100% artesanal, y que lleva su huella. De hecho, no utiliza ningún tipo de molde. Absolutamente todo está hecho de forma manual. Pero lo de la marca no queda solo en eso, es que lo que se lleva el cliente también deja huella en ellos.
Desde hace unos días, Huella, Tienda de Artes, está abierta en la jerezana calle Tornería, concretamente en el número 6, muy cerca de la plaza Plateros, nombre dado por cierto por la cantidad de artesanos de la plata que se instalaron en el lugar en el siglo XVIII. El local lo ocupaba antes, curiosamente, la Asociación de Artesanos de Jerez.
Yo hago artesanía desde los 16 años, cuando estudié en la Escuela de Arte. Me gustó mucho el tema de la joyería. Entonces estudié cerámica. Luego, cuando ya me adentré en las técnicas orientales, que es en lo que me baso actualmente, pues me pareció interesante amoldar eso a trabajos pequeñitos. A mí me gusta lo meticuloso, la miniatura. Me resultó atractivo que la propia cerámica se pudiera exponer en el cuerpo de la persona y poder llevarlo: gargantillas, broches, pendientes...
"Me gusta mucho la meticulosidad, trabajar con las miniaturas"
No, no. Lo fusiono con plata. Hace dos años estudié la técnica de la plata y uno las dos cosas. La platería la uso como soporte de la cerámica.
No, no. Aquí en Jerez. Un amigo me dio un curso específico para engarzar, unir...
Hemos querido unir diferentes disciplinas. Conozco a diferentes artistas y artesanos de la ciudad y de la zona. La idea inicial era trabajar con mi producto, que es la joyería cerámica, y con las ilustraciones de mi marido, que es quien hace toda la temática de duendes, fantasía... Desde hace mucho he estado en el puesto de Navidad de la plaza del Arenal y en otros sitios. Ahí unimos las dos cosas, pero pensé que se podían traer piezas de otros artesanos con productos que quizá no se conozcan tanto. La razón es que no hay una tienda específica.
Claro. Yo al final soy ceramista y quería que la cerámica tuviera presencia en mi tienda. Yo ahora mismo estoy más centrado en lo mío. Aquí la cerámica que ves es esmaltada, todo de forma manual. Las piezas son de Gloria Aranda Miralles.
Quiero meter la venta online, pero estoy centrada en la campaña de Navidad; estoy produciendo mucho, pero después de las fiestas habrá presencia en internet, sí.
Mi idea es que sea tienda-galería. Que todo se pueda ver bien, que esté ordenado. No la quiero masificar. Quizá incluya algo más y los artesanos harán más productos, pero no va a ser una tienda que parezca un bazar.
Aquí hay cosas valen 8, 12, 14 euros... Hay un público que sí aprecia esto bastante. Pero es verdad que te encuentras con gente que te dice que es caro, o me regatea. Yo no tengo ningún problema en decir que esos clientes, ese público, no es el mío. Si buscan algo más barato, quizá tengan que irse a otro sitio, a otro comercio.
"A veces te encuentras con gente que te dice que lo que ve es caro o te regatea: ese público no el mío"
A mí siempre me ha ido bien. Y en Jerez, que es un lugar donde cuesta arrancar, la gente ve lo que vendo y te busca. Hay un cliente fiel ahí. Y eso me alegra.
El miedo siempre está ahí. Voy con la idea hecha de probar, de ver qué pasa. Yo hacía años que quería tener un negocio estable. Pero esto es una zona de mucho paso, de mucho turismo. Pero ahora mismo soy optimista.
Sí. Tenemos precios asequibles: camisetas a 16 euros, tazas a 10 euros, pendientes a 15 euros. Si tenemos en cuenta que la zona no es de un poder adquisitivo alto, los precios son más que razonables.