Una premiada escritora
Josefa Parra (Jerez, 1965) refleja en su poesía grandes rasgos de esa dulzura que emana cuando presenta un libro, cuando te la encuentras por la calle y te saluda. Hay autores de natural rudos, que luego escriben cosas extraordinariamente bellas, con una sensibilidad fuera de lo común. En Josefa, sin embargo, no hay dobleces: Escribe como es. Y si lo que escribe es para niños, el tacto y la sencillez de sus versos se vuelven una fórmula mágica. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Cádiz, obtuvo en 1996 el Premio Loewe de Creación Joven por Elogio a la mala yerba (Visor). Desde entonces no ha parado de escribir poemarios y asistir a recitales. A día de hoy es la cabeza visible de la Fundación Caballero Bonald. Con su poemario Lolita Fantasma (Editorial Torrejoyanca), Parra, acerca a los niños, a través de su poesía, temas tabú como la enfermedad, la muerte o el duelo.
Es cierto que está escrito pensando en los niños y niñas, empleando un lenguaje y unos elementos poéticos apropiados para ellos. Pero la poesía que adjetivamos de “infantil” sigue haciendo resonar algo muy íntimo en todos nosotros, a cualquier edad: nos sigue emocionando y nos sigue hablando de nuestras inquietudes, que al fin y al cabo no son muy diferentes a las de los niños. Además, ¿quién no sigue teniendo, más o menos resguardado o escondido, a su niño interior?
Quizá lo que ocurre es que es difícil explicarles ciertos temas, porque carecemos de los instrumentos necesarios y nos da miedo ser demasiado directos. Acabamos evitando o edulcorando asuntos como la muerte, la enfermedad, la pérdida. Pero todos —los niños y niñas también— necesitamos comprender y mirar esos temas de frente para asumirlos. Sin tragedias pero sin mentiras.
"El olvido es la muerte definitiva..."
Lolita (o Lolita Fantasma) es una gata real. En ella me baso para tratar el tema del duelo y de la pérdida desde mi propia experiencia. Me ha facilitado mirar con otros ojos ese asunto. Como a mí me ha servido, pensé que a otras personas, y principalmente a los niños, les serviría. Podría haber elegido otro protagonista para ejemplificar el concepto del duelo, pero es que mi historia era esa, mi relación con esa gata en concreto.
Por supuesto. Pienso que todo lo que nos dejan aquellos que se van, sus enseñanzas, sus recuerdos, sus palabras, conforman un entramado que no permite que los perdamos del todo. Mientras recordemos al que se fue, se mantiene vivo. Y al contrario, el olvido es la muerte definitiva...
¿Qué le llevó a escribir este poemario?
Como he dicho antes, la propia experiencia de la pérdida. La poesía, y el arte en general, tienen un componente restaurativo, de consuelo, de acompañamiento. Escribir sobre el recuerdo de Lolita me consoló de su partida, y me pareció que a otras personas podría servirles en situaciones análogas. Se lo debía a Lolita. El duelo es una experiencia universal, todos pasamos por él en un momento u otro; todos necesitamos herramientas para entenderlo y superarlo. Pero no quiero dar la impresión de que todo el libro va de duelo: tiene momentos muy divertidos, otros más tiernos, otros más chocantes… Se puede leer de muchas maneras, creo yo.
¿Cree que los niños son, a esas edades, más lectores de poesía que de cuentos?Los niños aman la poesía, pero no lo pueden saber si no la ponemos a su disposición. Cuando lees poesía en los colegios (algo que tengo la suerte de hacer a menudo) te das cuenta de cómo la disfrutan, de lo fácil que es compartir sentimientos y enseñanzas con los más pequeños empleando los resortes poéticos, el ritmo, los juegos de palabras, las comparaciones… Los cuentos también sirven para enseñar, para ilustrar, para entretener, claro está. Ambos géneros, poesía y narración, son indispensables; pero no solo para la infancia, sino en todas las edades.
Las ilustraciones de Carmen han hecho crecer el libro exponencialmente. Lo han redondeado y completado. Ella ha sabido captar cada rasgo de la historia: la alegría y las travesuras de Lolita; la nostalgia, el recuerdo, el amor hacia Lolita ya como fantasma… Ha hecho un trabajo magnífico, de una calidad y una sensibilidad enormes. Es que Carmen es una artista con letras mayúsculas.
"Lolita Fantasma vuelve a incidir sobre el amor y los afectos"
Las ilustraciones, en este caso, tienen todo el sentido: aportan belleza y profundidad a la historia, y atraen a los lectores. Para que eso suceda, hay que contar con un ilustrador o ilustradora que, como Carmen ha hecho, se involucre en el libro y sea sensible a su contenido. He tenido mucha suerte. Lolita ha tenido mucha suerte.
Espero que les sirva para entender la muerte como un paso natural, que no nos arrebata a los que se van porque tenemos el recuerdo, porque nos queda todo lo vivido y aprendido. Pero sobre todo espero que disfruten, que también se rían con las cosas de Lolita y acaben queriéndola como yo la quiero. Que me cuenten sus vivencias en esa línea. Y que, si ven a Lolita Fantasma, que estoy segura de que la verán, que me manden fotos…
La poesía, tanto la dirigida a público infantil como la dirigida a otras edades, habla siempre de esos tres asuntos, de esas tres heridas. La poesía es poesía, a secas, sin más adjetivos. Así que sí, Lolita Fantasma vuelve a incidir sobre el amor y los afectos, sobre la muerte y su superación, y sobre cómo nos afecta el tiempo. Solo que en esta ocasión la protagonista es una gata.
Me siento igualmente cómoda, pero es cierto que distintos textos exigen distintas condiciones personales a la hora de crearlos. Pienso simultanear las dos si encuentro el tiempo y el sosiego necesarios. Cuando escribía los poemas de Lolita Fantasma (que, por cierto, ha sido un trabajo arduo, de más de cinco años), quizás estaba más en sintonía con ese lenguaje que con el que suelo utilizar en mi poesía para adultos. Y en general, desde hace ya tiempo, me resulta muy gratificante escribir poesía para niños y para adolescentes. Ya son tres libros específicamente dirigidos a públicos jóvenes los que he publicado (sin contar Oficios imposibles, que es más “para todos los públicos”), y no creo que me quede en ese número. Tengo ideas que se me acumulan y solo me falta el tiempo para plasmarlas. Amenazo con buscarlo…
Poesía para niños: Gloria Fuertes, María del Carmen Quiles, Gabriela Mistral
A lo largo de la historia de la literatura, han sido muchas las autoras que han dedicado sus versos a los niños; una forma de acercarlos a la poesía en particular y a la literatura en general. Quizá porque como decía la poeta chilena, Gabriela Mistral, "el futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será tarde". Hay, pues, una misión pedagógica, emocional en los textos poéticos infantiles. En ese hoy que el niño vive, captando y absorbiendo cuanto le rodea, incluidas las formas artísticas como esa poesía que, como Josefa Parra y tantas otras, han escrito con un destinatario claro.
Varias generaciones de autoras (sobre todo autoras), quizá con Gloria Fuertes como cabeza visible, han llevado en sus versos el mensaje de un mundo en armonía, con poemas de llamada a la imaginación, a la risa como puente hacia aquella literatura que, bastante más adelante, podrán consumir. Una literartura donde ya habrá poco de En mi cara redondita, tengo ojos y nariz (Gloria Fuertes), pero que habrá servido de llave para adentrarse en el maravilloso mundo de la lectura y de los libros.