Héroes y joyas
Si gustan de las emociones fuertes y las aventuras, Las lágrimas de Iliria (Editorial Cazador), la última novela de Óscar Lobato (Madrid, 1958), es el libro para tener ya en casa. Una novela trepidante, con un escenario que Lobato conoce perfectamente y que le ha llevado más de seis años de sesuda investigación. Una investigación sustentada en la dilatada experiencia del periodista y escritor madrileño. Especializado en cuestiones de Defensa y Seguridad, Óscar Lobato ha ejercido el periodismo durante varias décadas, al tiempo que participaba en seminarios técnicos y dictaba conferencias en distintas universidades. En 2007, salta al campo literario, labrándose sólida reputación como narrador elegante y de estilo vertiginoso.
Las lágrimas de Iliria habla de un valioso lote de diamantes históricos que desaparece en 1991, tras ser asaltado el convoy que lo evacuaba hacia Zagreb desde Dubrovnik, antes de que esta última ciudad quedara sitiada por tropas federales yugoslavas. La caravana de evacuación fue emboscada por una banda de paramilitares serbobosnios en el sector fronterizo de Croacia con Bosnia y Herzegovina. En 2005, una de las gemas sustraídas es ofrecida en venta, a través de los canales del mercado negro, a un tratante de joyería afincado en Bérgamo (Italia). Al conocer dicha oferta, un magnate bancario suizo, dueño una de las colecciones privadas de diamantes más importante de Europa, decide recuperar, por cualquier medio, la totalidad del lote desaparecido y encarga la tarea a un ex militar español, veterano del conflicto balcánico. Dicha misión se torna más peligrosa y casi suicida, a medida que transcurren los días, hasta que entra en escena un fascinante y temible personaje apodado Kuga (Peste o Epidemia, en croata), quien se convertirá en el único aliado posible para lograr ejecutar el encargo.
He pasado a Cazador que es una editorial de aquí. Llevaba tiempo rondándome. Con Alfaguara sigo colaborando, pero como dejó hace tiempo de ser una editorial española, las políticas de publicación han cambiado. El objetivo de Ramdom House, que tenía ya sus autores, es venderlos en el mercado iberoamericano. Eso ha provocado que todos los que no seamos Mario Vargas Llosa, tengamos que esperar.
Hay dos cosas, esos seis años de investigación, como dices, yendo a los sitios y descartando lo que no tengo claro, Porque compruebo, por ejemplo, que algunas de las informaciones que me dieron no se corresponden con la realidad. Todo eso lo hice sobre el terreno. Sabes además que tengo una formación en Seguridad y Defensa, que me han servido para conocer muchas cosas y mucha gente de diferentes países. A mí llegan referencias de esta historia, pero yo estaba liado con otra novela. Por otro lado, completamente diferente a la anterior fuente, me vuelve a llegar la historia. Me pongo a investigarla, a desarrollarla, y cuando termino se me plantean dos opciones. Una: hago un libro reportaje de seiscientas páginas, con pelos y señales para que la gente lo lea. Y dos: si yo tengo experiencia en el ámbito de la novela, lo uso como ficción y lo engarzo con unos hechos que son reales.
"Uso mi experiencia en el ámbito de la novela y lo engarzo con hechos reales"
En otoño de 1991, un convoy de emergencia que ibas trasladando unos diamantes que estaban en un museo de Dubrovnik, son asaltados en el último tercio del camino, por una banda de paramilitares bosnios. De ese lote de diamantes no se sabe nada durante mucho tiempo. Hay que esperar hasta 2005, cuando en Bérgamo, en una joyería, entre un hombre de aspecto balcánico ofreciendo la venta de una de las joyas de ese lote, llamado Las lágrimas de Iliria, y que da nombre a la novela.
Hay una cosa muy llamativa. Cuando estalla el conflicto de la antigua Yugoslavia, es decir, cuando Croacia, Eslovenia y Bosnia se van declarando naciones independientes frente al gobierno federal, el antiguo gobierno estaba en Belgrado, que hoy es la capital de Serbia, pues claro, el ejército federal yugoslavo, formado mayoritariamente por serbios y montenegrinos, lanzan unas ofensivas contras los otros países. ¿Qué ocurre? Que, por un lado, tienes un ejército profesional, y del otro, hay que improvisar el ejército: policías, bomberos, guardabosques y universitarios. Pero era curioso que en aquellos países, digamos influenciados por la órbita de la idea soviética, pues las mujeres, desde siempre, habían tenido mucho apego al mundo universitario. Entonces, claro, hay muchas mujeres que, debido a que no hay hombres porque están muriendo... pues vayan al frente convertidas en oficiales. Y lucharon con una bravura extraordinaria frente a un ejército profesional. Pero es que, cuando las cogían, las mataban por enemigas, por oficiales, y por ser mujeres. Siempre digo que en las guerras el hombre muere una vez, pero las mujeres dos veces. Son violadas, torturadas antes de acabar con sus vidas.
"Las mujeres lucharon en esa guerra con una bravura extraordinaria"
La crueldad. Fue una guerra que, en realidad, fueron siete conflictos armados. Los dos últimos aún continúan. En el sur de Serbia y en Macedonia del Norte. No sale tanto porque tenemos la guerra de Ucrania. Fue una guerra que se desarrolló en una zona donde convivían diez grupos étnicos completamente distintos. Y no están unos al sur, otros al norte. No, no, no. Todos entremezclados. En ocasiones, casados entre ellos, ¿no? Además, allí se hablan cuatro idiomas: el esloveno, el serbocroata, el macedonio y el albanés, aparte de algunos dialectos infumables. Además, están las religiones: la católica, la ortodoxa y la musulmana. Y se usaban dos alfabetos: el cirílico y el latino. Cuando muere Josip Broz Tito, que fue el dictador que aglutinó a todos en Yugoslavia, aquello reventó como una caldera a presión. De tal forma: el que había hecho de padrino en tu boda, llegaba a tu casa y te pegaba dos tiros.
Tú sabes bien que, en la práctica, esto no es como en las películas americanas, con la guerra entre los buenos y los malos, y menos en circunstancias bélicas. Hay gente que ha sido extraordinaria, pero que en la guerra ha cometido atrocidades. A casi todos los combatientes veteranos, le preguntas por algún detalle y guardan silencio porque no quieren hablar de aquello. Y no tanto en la guerra como en la posguerra. Mis abuelos hablaban de lo que pasaba en el campo de batalla, pero lo que pasaba en las ciudades se guardaba un silencio absoluto. De uno y otro bando había sacas, fusilamientos, detenciones ilegales, etcétera. ¿Por qué aparece Kuga en esta historia? Porque el militar español no sabe nada. Es un experto en operaciones especiales, en análisis de información, pero de diamantes no sabe nada de nada. Y estos diamantes son históricos: es mucho más complicado que con diamantes normales. Un banquero suizo, que es quien encarga la misión, autoriza a contratar a alguien que se sepa orientar en ese aspecto. Lo que pasa es que el militar español se da cuenta de que Kuga es algo tremendo. Le resulta un personaje tan atractivo como aterrador; tan intrigante como fascinante. A vece se queda alucinado con lo que hace y otras veces le daría dos tiros.