Magdalena Bachiller, pintora: "Cada último cuadro que pinto es un vértigo"

La artista jerezana se adjudica el V Certamen Nacional de Pintura 'Ocaña', en la sevillana localidad de Cantillana. Su obra 'Síntesis paisajística I' fue la obra ganadora

Magdalena Bachiller, en su entrevista para lavozdelsur.es.

Pintura y silencio

Magdalena Bachiller (Jerez, 1963) es artista plena, habitante de su estudio de pintura donde trabaja, ese lugar en el que dice sentirse bien, y donde obtiene ese silencio y esa tranquilidad que le exige la pintura que hace. 

Con más de cuarenta exposiciones a sus espaldas, obtuvo hace solo un par de semanas el premio 'Ocaña' de pintura en la sevillana localidad de Cantillana. Es el primer premio que gana después de varias menciones a lo largo de su dilatada carrera como artista de los pinceles. 

Bachiller es Licenciada en Pintura por la Universidad de Sevilla, y asegura que este premio, aunque confía plenamente en su trabajo, resulta un incentivo importante para continuar su carrera. 

Su premio en Cantillana viene a sumarse a un currículo ya dilatado donde abundan, sobre todo, las exposiciones. 

Aunque no lo creas, siempre he tenido menciones de honor, he quedado finalista. Pero este el primer premio que gano. Por supuesto, es un empujón importante a todos los niveles. Personalmente, te da más credibilidad con el trabajo que estoy haciendo. Aún me queda mucho; siempre el último cuadro es un vértigo, porque no se sabe por dónde va a ir. Pero estoy muy contenta con la trayectoria y con lo que estoy descubriendo últimamente. Un premio siempre te estimula más, porque este es un mundo muy extraño.

Además, el reconocimiento ayuda económicamente, porque no hay que olvidar que el material que usan no es precisamente económico. 

Un premio siempre te estimula, te anima a seguir. Que te reconozcan es muy importante, además de la ayuda económica para poder seguir trabajando.

"Un premio siempre te estimula, te anima a seguir"

Ha dicho usted una frase muy interesante: "Cada último cuadro es un vértigo". ¿Se refiere a cuando está terminado o al proceso creativo de ese cuadro?

Pues durante todo el tiempo, porque nunca sabes cómo va a acabar. Y cuando lo acabas, dices: "Pues el siguiente tiene que ser mejor que este". Tú eres tu propia competencia por así decirlo. Cada cuadro es un reto, y cada reto es un juego con las dudas, en el que no sabes de qué lado decantarte. Si te vas para un lado a lo mejor la idea se te va para un lado o se queda corta. Siempre estás en ese vértigo. 

¿Una pintura suya es reflejo de su estado de ánimo?

Bueno, imagino. Los cuadros están cargados de intenciones y de emociones. Un cuadro consiste en vomitar algo que está en tu cabeza y que sientes. Y, por supuesto, el momento está marcado. No todos los días está uno igual, no todo el tiempo se pinta igual ni con el mismo ánimo. Si no hay duda, no se crea. 

La pintora Magdalena Bachiller.  MAURI BUHIGAS
Es curioso porque usted hablaba antes de decisiones, y Antonio Saura decía que el pintor es el artista que más decisiones toma al minuto mientras trabaja. 

Así es. Totalmente de acuerdo. 

¿Cuál es su hábitat para trabajar?

En casa. Ahí tengo el estudio y todas mis cosas. Yo trabajo con maquetas, las hago, las fotografío. Para mí es muy importante la luz, entonces tengo que captarla. Después lo paso todo al papel con tinta china, a bases de aguadas, con la misma técnica de la acuarela. Es una técnica que precisa de mucha tranquilidad, de mucho silencio, y eso el estudio me lo da. Hay cosas que yo no puedo pintar en el exterior, porque es una técnica que requiere mucha concentración.

"Para mí es muy importante la luz; tengo que captarla" 

Conozco bien el mundo de los envíos de trabajos a los concursos literarios: un tostón importante que además necesita de tiempo. Pero bueno, al fin y al cabo son unos folios en un sobre. No me imagino cómo tiene que ser eso de mandar un cuadro a un certamen.

Es un agobio. Hombre, lo puedo mandar por medio de transporte, pero te exigen una caja de embalaje que no sé si vale más la caja que el cuadro. No es nada fácil. Lo ideal es meterlo en el coche. Lo bueno es que hoy la selección se hace online. Si no te seleccionan no lo tienes que mandar. Antes tenías que mandarlo sí o sí. Y si no te seleccionaban, tenías que volver otra vez a traer el cuadro. Ahora por lo menos sabes que va a estar colgado. Ahora tengo uno que va para Carmona y lo llevo yo en el coche. Seleccionado está, otra cosa es que gane. 

Como toda obra expuesta al público, ¿le preocupa mucho la opinión del jurado?

Es que esto es un mundo de subjetividades. Entonces, por un lado, depende de los gustos del jurado, depende de cómo esté enfocado el mismo certamen. Hay certámenes en los que no participo porque sé que mi línea no encaja con el tipo de concurso.