Un tema espinoso
La dramaturga, actriz y directora de escena María Díaz Megías (Sevilla, 1986) es la última ganadora del V premio SGAE de dramaturgia Ana Diosdado con su texto Mater Dolorosa, donde aborda un tema tan espinoso y controvertido como es la gestación subrogada.
Según el jurado, es una propuesta donde "la teatralidad y la frescura se abrazan para visibilizar la maternidad y la presión que ejercen la sociedad y la familia para traer hijos al mundo".
Díaz Megías se tituló en Interpretación Textual por la ESAD, se especializó en Teatro Gestual por la Escuela Internacional de Teatro Berty Tovías de Barcelona. Junto a Manuel Ollero y Selu Nieto fundó Teatro A La Plancha en 2013, y junto a ellos permaneció seis años investigando "un lenguaje escénico propio", en el que la poética de la imagen, lo grotesco y el universo del clown son el eje central de su trabajo.
Como actriz y creadora, sus obras más destacadas han sido La última boqueá (2017) y Los Perros (2015), Premio Revelación en los IV Premios Lorca del Teatro Andaluz. En 2022 terminó su formación de Dirección Escénica y Dramaturgia en la Resad, donde publica su primera obra, De mentes rebeldes (Editorial Fundamentos). En 2021 ganó el Premio de Teatro Exprés, organizado por la Asociación de Autoras y Autores de Teatro, con su texto Caracteres.
Escribí esta obra porque había escuchado ya cosas al respecto, y porque pensé que era un tema que generaba mucha discrepancia de opiniones. Aparte de eso, era un asunto que me quemaba: todo eso con un pensamiento personal de la maternidad. Era un momento de mi vida en el que me planteaba algo que aún no me ha ocurrido, como es la maternidad. Me preguntaba a mí misma si el deseo que yo tenía de ser madre era algo mío o algo impuesto. Es decir, si a través de la educación y la vida social que yo había tenido, tenía que darse así o había otras posibilidades.
Fue eso lo que me llevó a investigar sobre el tema y sobre la visión que tenemos de la maternidad en estos tiempos. Empecé a leer, a documentarme, y surgió este texto.
Cuando me puse a investigar, me di cuenta de que, al final, toda la información que yo tenía era muy densa. Pensaba que poner eso en una obra iba a aburrir a cualquiera; a mí la primera. Entonces, a la hora de ponerlo como escritura dramática, entendí que tenía que tener mucha teatralidad. El juego escénico tenía que estar muy presente para que la información llegara bien, para que la historia no fuera pesada. Pero todo esto siendo muy crítica con lo que se está escribiendo.
"El juego escénico tenía que estar muy presente para que la información llegara bien"
El contexto en el que se da el proceso de escritura es sencillo: estaba terminando la carrera de dramaturgia y tenía que hacer el trabajo de fin de estudios, así que elegí este tema. Estuve documentándome durante un año y fue entonces cuando empecé el proceso de escritura. Fue algo para mí muy bonito, pero también muy difícil, porque ir de toda la teoría al texto fue un paso complicado. Pero lo he disfrutado muchísimo. Creo que ha sido de las pocas cosas que he escrito que verdaderamente he disfrutado mucho.
No podía ver películas que hablaran de otra cosa, por ejemplo. Lo que pasa es que no fue de una manera consciente. No fue algo que yo me propusiera. Lo bonito fue que pasó. Me adentré tanto en el tema y la investigación, que todo mi mundo era eso. Mi vida entera se impregnó de ello. Yo iba y venía con documentales que tenían que ver con lo que estaba escribiendo.
Lo primero, te diría que con sorpresa. Lo eché al correo cuando se abrió la convocatoria y es de esas cosas que luego olvidas. En esta profesión estamos acostumbrados a los noes. Pero es una cosa que entiendo, ¿eh? Eso de que se reciba el no. Es un solo premio y es complicado. Lo he recibido con mucha sorpresa, como digo, porque no me lo esperaba, pero también con mucha gratitud. Para mí, personalmente, que me hayan premiado un tema tan controvertido como es este me da mucha felicidad.
"Recibí el premio con sorpresa, es de esas cosas que echas al correo y luego te olvidas"
Eso pensaba yo. De alguna manera, se hablará más de todo esto. No sé qué repercusión tendrá. Yo no soy nadie. Pero si se habla en el entorno de 50 personas, pues fantástico, porque es necesario.
A la hora de escribir temas controvertidos como pueda ser este o la prostitución, por ejemplo, son, en efecto, difíciles de abordar y de defender.
Claro. Yo decía: ¡Dios mío! ¿En qué me estoy metiendo? Pero la idea de lo que hablo y de lo que estoy convencida pesa más. Así es como lo veo y así es como lo tengo que expresar. Y además es que está escrita de una manera que yo creo que invita a reflexionar.
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