Una habilidad sin límites
María José López Beamonde, (Mañón, La Coruña, 1963) vive en San Fernando, de dónde es su marido, razón por la cual, además de por huir de la lluvia y el frío de su Galicia natal, la artista reside en La Isla.
López Beamonde se confiesa abiertamente autodidacta, de manera que toda la formación que tiene y toda la preparación ha partido de cero, cuando empezó un taller de la Junta de Andalucía y descubrió la habilidad que tenía para la artesanía, y que, hoy por hoy, es la que le da comer. Y es que María José no tiene un "no se puede" para casi nada. Lo mismo decora interiores en una casa que hace un bolso, cose o, como hace unos días, en el magnífico Centro Cultural Luis Gonzalo, enseña a aquellos que estuvieron interesados, a montar una lámpara prácticamente desde cero.
Poco antes de esta charla, María José estuvo atendiendo durante buena parte de la tarde a una clienta que le confía toda clase de trabajos relacionados con su oficio. Ella es así. Pocas cosas que pasen por sus manos se le resisten.
No, no. Se parte desde cero. Se lleva todo el material y empezamos desde el principio. El armazón de hierro, eso sí, hay que comprarlo ya hecho. Yo enseño una pantalla muy básica que se compone de dos circunferencias. Una, que es una circunferencia lisa de un diámetro equis, de 25 centímetros en el caso del último curso. En otro aro está el que sujeta la bombilla, que es el trípode. Pero, todo lo demás, lo hacemos nosotros en el taller.
Controlamos como tres horas y media y lo hacemos en cuatro horas. De todas maneras, les facilito mucho el trabajo. Hay gente muy habilidosa y hará sus lámparas sola, y hay gente que no es nada habilidosa y no hará una lámpara nunca más (risas).
"Hay gente habilidosa y seguirá haciendo lámparas, y otra que no volverá a hacer una lámpara en su vida"
Para nada. Yo no me considero ese tipo de personas. Pero lo cierto es que me divierto muchísimo. Soy una persona que se pone muy nerviosa con el público. La última vez me lo pasé superbién, porque me tocó un grupo estupendo. Pero tengo que aprender muchas cosas porque ni soy docente ni nada. Yo tengo la soledad de mi taller. De todas formas, cada vez me organizo mejor.
Pues son los aros que te he dicho, más el papel ignífugo y autoadhesivo en el cual se pega la tela, el tejido, pero también se puede pegar el papel pintado.
Son perfiles muy diferentes. Hay personas que se acercan porque les gusta hacer sus propias lámparas. Pero también en el último taller que hice vino un chico porque su mujer tiene una tienda de cortinas y quería hacer sus propias pantallas para la cocina. Tengo decoradoras; una de Sevilla viene en el siguiente curso. Hay una muchacha que hace lámparas de cristal y quieren complementar con pantallas de este tipo.
Está al alcance de todo el mundo. No hay límites por edades ni nada de eso. Todo el mundo puede hacerlo.
Creo que sí, que hay tendencias. Hay una tendencia general de todo tipo de cursos de artesanía. Pero, respondiendo a tu pregunta, ahora mismo se trabaja mucho la pantalla cilíndrica con muchos tipos de tejidos. Si te diriges a un restaurante de playa, por ejemplo, hay tejidos que llevan corales, mariscos..., pero eso depende de la persona que decora esa estancia.
"Me gusta mi trabajo, hago de todo, y lo que no sepa, lo invento"
Uy. ¡No te puedes ni imaginar! Hay clientes a los que les hago de todo: la decoración, las lámparas, la ropa, bolsos. Lo que se les ocurra, lo hago o lo invento. Pero mi taller está enfocado a la decoración: cortinas, estores, cojines. Todo lo que te puedas imaginar.
¿Esto va a salir en prensa? (risas). No, no te lo voy a decir. Lo que sí te diré es que me gusta mi trabajo y que necesito hacer cosas diferentes. Yo no serviría para hacer siempre un trabajo mecánico. Necesito estar siempre investigando. Si no lo hago, reviento. No he tenido formación ni oportunidades. Desperté en esto porque hice un curso de la Junta de Andalucía para tapizar muebles hace muchos años y ahora, como te he dicho, hago de todo.
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