La amistad "estrecha" del periodista y el activista
El tándem que forman Ezequiel Martínez y Paco Casero, ambos nacidos en el año 1948, con apenas cuatro meses de diferencia, empezó a cuajar a principios de los años 80 del siglo pasado. El primero, periodista, y el segundo, activista ambiental, tuvieron contacto por primera vez por aquel entonces, y desde entonces han formado una “amistad muy estrecha”. Cada uno, desde su ámbito, luchando por el respeto al medio ambiente y contra el cambio climático.
Martínez, como presentador durante más de dos décadas del mítico programa Tierra y mar, de Canal Sur, una etapa durante la que el espacio televisivo ganó más de 60 premios, dio cabida a historias de ganaderos, agricultores o pescadores en la cadena autonómica cuando pocos medios lo hacían. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, se estrenó en la radio en Granada, en la Cadena Ser, y luego eligió Sevilla para continuar su carrera profesional, desarrollado sobre todo Canal Sur, que oficialmente acabó en 2013, con su jubilación.
Pero su cabeza no para. En el año 2020, cuando irrumpió la pandemia, publicó tres libros, S.O.S. Emergencia Climática (Utopía Libros), Diario de un confinamiento (Utopía Libros) y Efusión de las almas (Karima Editora). La primera la viene a presentar a Jerez, de la mano de CGT, en un acto en el que lo acompaña su amigo Paco Casero, quien fuera fundador del fundador del Sindicato Obrero del Campo (SOC) y antiguo presidente de la Asociación Valor Ecológico.
A sus 74 años, Casero y Martínez recorren cada año 100.000 kilómetros, de ciudad en ciudad, y de pueblo en pueblo de Andalucía, en estos momentos para alertar sobre la importancia de los efectos del cambio climático. Desde que en 2014 fundaran la Fundación Savia —de la que forman parte un total de 46 patronos— se han vuelto aún más inseparables. Ambos imparten charlas-coloquio, como la celebrada en la ciudad jerezana, para abordar temas que Martínez incluye en su libro.
¿Qué os lleva a embarcaros en este tour por Andalucía?
Paco Casero: Yo disfruto haciéndolo. Soy un privilegiado de la vida. Si algo le pido a los Reyes Magos es que la salud acompañe. Ambos estamos en mil frentes, y coincidimos en algo que es esencial, la generosidad de devolver a la sociedad parte de lo mucho que hemos recibido. Este libro de Ezequiel es un buen reto, yo lo catalogo como el manual de la mesilla de noche, un libro de consulta en el que vienen muchas referencias a acontecimientos importantes, a congresos internacionales, que invitan a la reflexión. Lo estamos dando a conocer en muchos sitios y disfrutamos así. No hacemos distinciones si el lugar es pequeño o grande. Eso sí, una cosa tenemos clara: aunque terminemos tarde, lo llevo a su casa, porque somos de la opinión de que dormir en tu casa es el mejor hotel del mundo y al día siguiente puedes empezar otra vez desde temprano.
Ezequiel Martínez: Ejercemos una jubilación activa. Tenemos 20 actos de aquí a final de año con los libros y otras actividades de la Fundación Savia. Dentro de poco iremos a Santa Olalla de Cala (Huelva), por donde pasarán casi 2.000 ovejas, en un acto de apoyo a la transhumancia.
Casero: "El libro de Ezequiel es un manual de mesilla de noche, un libro de consulta"
Este verano han sido muy palpables los efectos del cambio climático, ¿créeis que hay más consciencia o aún no?
E.M.: Si seguimos lo que dicen los meteorólogos, éste va a pasar por ser el verano más caluroso de todos los precedentes. En nuestro egoísmo, no acabamos de ver el problema que vamos a tener, ya no nosotros la gente mayor, sino las siguientes generaciones. Vamos hacia una mayor desertización, pero por otra parte retroceden los glaciares, eso descompone el equilibrio y se eleva la temperatura, sube el nivel del mar, se deshielan los glaciares... y al final provoca un calentamiento que en algunas partes será de 1-2 grados y en otras hasta de ocho.
¿Estamos a tiempo de revertirlo?
P.C.: Desde la Fundación Savia hemos planteado varias veces al Gobierno andaluz que declare la emergencia climática. Tenemos que sentar las bases del compromiso y la concienciación de nuestra gran responsabilidad sobre lo que nos está viniendo encima. Es sorprendente que se diga que nuestros hijos y nietos son lo más importante y sin embargo se esté permitiendo que cada vez se les complique más la vida. Todas las medidas que plantea el Gobierno andaluz en este sentido pasan por continuar con el mismo modelo que hemos tenido hasta ahora. Pero ya no vale ese modelo. Por ejemplo, hay que tener clara la importancia de contar con sombra en las ciudades. Vamos a tener que poner de moda el paraguas en verano porque ya es un problema salir a ciertas horas, pero cada vez hay más cemento. Por eso tiene que condicionarse el urbanismo. Eso es la emergencia climática. No se puede plantear el incremento de la superficie de regadío ni permitir más piscinas, tiene que haber prioridades. Hay que potenciar las comunidades energéticas, que la sociedad forme parte de algo que no ha sucedido nunca, que es la universalización de la energía. Las personas podemos ser los grandes protagonistas.
¿Creen que el cortoplacismo político condiciona la lucha contra el cambio climático?
P.C.: Claro. Es mentira que hijos y nietos sean prioritarios, los estamos condenando. Solo pensamos en el hoy, el mañana no existe. Moreno —el presidente de la Junta de Andalucía— habla de privatizar obras hidráulicas, algo que es muy irresponsable, creo que no es consciente de lo que está diciendo. Si lo hacen mejor las empresas privadas, ¿por qué estamos actuando constantemente para salvarlas?
E.M.: Estoy de acuerdo totamente. Ahora cambio de tercio. George Perkins Marsh —considerado el primer ecologista de EEUU— decía que "si no cambiamos, el planeta acabará en un estado de superficie destrozada, excesos climáticos, y podríamos llegar a la extinción de la especie humana". Eso lo escribió en 1864. Thoreau dijo: "Cada ciudad debería tener un bosque de varios cientos de hectáreas". Desde la Fundación Savia invitamos a la gente a que plante árboles. De hecho, hay un proyecto que ya apoyan más de 70 ayuntamientos que consiste en plantar un árbol por cada nacimiento que haya en el pueblo. Fíjate qué lección más bonita de educación ambiental. Por ahí hay que ir. Es lo que pretendemos. Cada uno podemos hacer cosas, como desenchufar el ordenador por la noche para ahorrar una pequeña cantidad de energía. Igual que eso con otras muchas cosas, como poner el lavavajillas o la lavadora las horas del día más baratas...
P.C.: Hay un mensaje de Ezequiel que es fundamental: las pequeñas cosas suman mucho y todo junto se convierte en algo muy grande.
Martínez: "Cuando se pide un esfuerzo para el bien común, la gente saca fuerzas de flaqueza y se pone a trabajar"
Por vuestra experiencia, ¿creéis que la ciudadanía está cansada de que se le pidan esfuerzos, primero por la pandemia y ahora por el cambio climático?
E.M.: No lo creo. La pandemia y la pérdida de la rutina diaria provocó un cansancio, y muchos trastornos mentales o depresiones, pero si le pides a la gente un esfuerzo para el bien común, saca fuerzas de flaqueza y se pone a trabajar. Con tu granito de arena y con el mío conseguimos hacer una montaña.
Como periodista, ¿cree que se informa bien sobre el cambio climático en este país?
E.M.: En los últimos años se está informando más. De hecho, los medios de comunicación cada vez llenan más espacio informativo con el cambio climático. El referente que conozco mejor es El País, que dedica los miércoles una página a dar una buena dosis de información sobre el tema. E igualmente lo están haciendo otros medios. En otro ámbito, en un artículo que voy a publicar dentro de poco he sugerido al presidente Moreno Bonilla que ha perdido una gran oportunidad para crear una Consejería de Medio Ambiente y Cambio Climático. Se adelantaría a su tiempo. El cambio climático es transversal, nos afecta a todos, a la economía, a la salud, a la alimentación...
Pero el cambio climático también se politiza y se usa como arma arrojadiza. De hecho hay partidos que niegan que exista.
E.M.: Esos tendrán un mal futuro.
P.C.: Toda la comunidad científica dice que no podemos seguir comiendo 90 kilos de carne cada año por persona. No es bueno para la salud ni para el medio ambiente. Pero seguimos potenciando las macrogranjas de cerdos, que nos hacen depender de materias que vienen de América Latina, además de que contaminan nuestros acuíferos. De la producción ecológica todo el mundo se reía hace años, pero hoy gracias a la tenacidad del movimiento ecologista tenemos el 29,7% de superficie agraria útil de Andalucía sembrada en ecológico. Ahora nadie lo cuestiona. ¿Por qué no podemos aumentarlo mucho más? Son importantes las actitudes personales. Todos tenemos que dar pasos en ese sentido. ¿Por qué no potenciamos el consumo de cercanía? ¿Cómo es posible que los colegios en Andalucía den frutas que vienen de Perú o China en lugar de naranjas, mandarinas o fresas de la zona? Ese es el compromiso.
Martínez: "Si fuéramos capaces de reducir nuestro afán consumista podríamos comer y vivir con mucho menos gasto energético"
E.M.: En el segundo capítulo del libro hablo de alimentación y hambre. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), 1.300 millones de toneladas de comida se desperdician en todo el mundo cada año. Si fuéramos capaces de reducir nuestro afán consumista podríamos comer y vivir con mucho menos gasto energético y mucha menos alimentación y, posiblemente, más sana. Hoy se coge el coche hasta para llevarlo a la puerta del bar. Para evitar eso hay que potenciar el transporte público y a algunos gobiernos no les interesa. Si seguimos contaminando y emitiendo CO2 estamos enterrando el futuro de la humanidad. Así de claro.
El denominador común de muchas medidas que no se ponen en marcha es la falta de voluntad política...
P.C.: Por eso no están interesados los poderes políticos en desarrollar una sociedad civil fuerte, que participe en la toma de decisiones. Por sí solos es imposible que puedan dar respuesta a estos cambios.
E.M.: En lo que a cambio climático se refiere o actuamos individual y colectivamente o esto se va al carajo.
Vaya mensaje final…
P.C.: La cuestión es responsabilidad sí o responsabilidad no. Si no hay responsabilidades los efectos se irán agudizando. Lo realmente asombroso es que el Gobierno y el Parlamento andaluz no declaren la emergencia climática en la zona de Europa más afectada por el cambio climático. Lo han hecho otros países y nosotros nos negamos, porque no hay un compromiso serio.
E.M.: Te voy a dar una frase para que cierres. No es mía, es de Mahatma Gandhi. "Vive sencillamente para que otros, sencillamente, puedan vivir". Es magnífica.
P.C: Hay que plantearse algo: Cuando te pregunte tu nieto, ¿qué hiciste por mí?, a ver qué le respondes.