31 años de Expo y de caricaturas de Praticó
El fanzine TeVeo, revista independiente y undergraund no ha dejado de perder la ocasión para recordar los fastos de aquel evento, con la totalidad de los dibujos y de las crónicas de texto de apoyo publicadas semanalmente en el suplemento Sevilla92 de Diario16 Andalucía, donde aparecen los comentarios a cada caricatura realizados por el Equipo 4 Orillas, formado por redactores diversos del periódico.
Rafael Iglesias es el editor y artífice del fanzine, y la edición especial de la magnífica obra de Practicó responde a la celebración del décimo aniversario de una revista que goza de absoluta independencia y es plenamente sostenible.
Miguel Ángel Praticó, nacido en Buenos Aires (Argentina) fue el encargado de hacer de aquel evento una caricatura que, cosa rara, fue bien recibida, tanto por la clase política, como por los propios organizadores del evento que comprometió a toda una ciudad y a sus habitantes, que se tomaron la Exposición como cosa suya.
Miguel Ángel, han pasado treinta años desde la Exposición Universal de Sevilla y algunos más desde su llegada a España. ¿Qué recuerda de todo ello?
Había venido invitado para pasar un fin de semana y me hablaron bastante de la exposición que se iba a hacer. Esto fue en el año 88, pero yo tenía trabajo para Italia y para Madrid... Resulta que tenía que volver. Me dijeron que podía regresar cuando quisiera e integrarme con los trabajos. Dije que terminaba lo de Madrid y venía para acá. En realidad me entusiasmó la idea y me quedé. Colaboré en la medida de los posible con 110 países. Fue un trabajo duro también. Terminé la Expo publicando 150 dibujos tamaño folio.
Terminé la Expo publicando 150 dibujos tamaño folio en el diario
"Mi dibujos no ofendían a nadie"
No. Hay algunas cosas que sí, pero no mucho. Hoy todo son palabrotas, insultos. Hace 50 años que estoy en esto y cada vez lo que veo es peor. No es como por ejemplo cuando pintaban Mingote o Chumy Chúmez. De Quino ni hablemos.
Invitaron a unos 20 autores, y a mí me invitaron también. Me compararon con Quino. En la mesa de los comensales ponía un sobre nombre o nos distinguían con algunos títulos. A mí me pusieron "El Quino del Guadalquivir." Fíjate. Muy bonito, pero me sentí ofendido. Es inigualable, pero es maravilloso que me puedan comparar con él. Al final estuve con Quino y se lo dije.