El valor de los valores
Rubén Guerrero (Jerez, 1980) es periodista en lavozdelsur.es y docente, y creyó en un centro educativo entero, el CEIP La Marquesa, en todo su alumnado, para dirigir y coordinar Érase una vez un colegio, una colección de más de 500 cuentos, microrrelatos y dibujos. Un libro que pone en alza valores fundamentales como el rechazo al acoso escolar, el respeto, el medio ambiente, o sus opiniones sobre violencia de género bajo el prisma limpio y cargado de inocencia de unos niños a los que la vida aún no les ha contaminado con rencores u odios.
Todo lo recaudado por la venta del libro —se puede adquirir en Amazon—, es para la organización Payasos Sanadores, iniciativa creada por Esteban Viaña y Nicolás Montoya, y que trata de hacer reír a los más pequeños que están ingresados por diferentes motivos en el hospital.
Ha sido un proceso muy laborioso porque se ha tenido que ajustar al resto de docentes para que, a su vez, el trabajo que yo he hecho en los cursos de escritura creativa y comunicación digital, lograran hacer funcionar los engranajes con la precisión de un reloj suizo. Encajar todas las piezas no ha sido fácil porque lo que se ha intentado es que participase la gran mayoría del alumnado.
Creo que en entre el 85 y el 90% está presente en el libro; son más de 600 alumnos. Son más de 500 cuentos y microrrelatos, e incluso dibujos de los más pequeños. Creo que están casi todos.
Yo lo quiero extrapolar a otros centros educativos, no solo al colegio y a la comunidad educativa de La Marquesa. Debe ser una herramienta de trabajo. Me gusta decir que esto puede servir para un niño del País Vasco o de Canarias, por ejemplo. Al fin y al cabo, se habla de valores en la educación y de historias que forman parte del día y la realidad de los colegios.
El acoso escolar, el medio ambiente, la violencia de género... Los niños se han puesto ante el espejo de la escritura para decir cómo ven ellos ese tipo de situaciones.
"El libro lo forman más de 500 cuentos y microrrelatos"
Esta es una cuestión que siempre me planteo. Venimos de una generación que, en cuanto al sistema educativo y valores, había un respeto máximo a la figura del maestro. Yo, por ejemplo, soy lo que soy gracias a ellos, y parece que con el paso del tiempo no hemos sabido transmitir como padres ese valor que tiene el colegio y los maestros. Al final, nuestros hijos pasan allí cinco horas todos los días, y es un tiempo que nosotros no les dedicamos por cuestión de trabajo o lo que sea. Son cinco horas de calidad cuya importancia no hemos sabido transmitir.
"Era una responsabilidad para mí reflejar la labor de los maestros"
Se reconoce como un tipo constante, inasequible al desaliento, como suele decirse. Sin embargo, usted en este proyecto ha estado a punto de tirar la toalla.
Lo más duro ha sido encajar todas las piezas, sobre todo a la hora de estructurarlo a un capítulo por valor. Lo hemos dividido en 15 valores relacionados con la educación. Cada alumno tenía claro el tema que le tocaba, pero a la hora de meter las más de 500 piezas en el puzzle del libro, la cosa se complicaba. Había que insistir al alumnado de que tenía que entregar el trabajo, la historia. También he sido escrupuloso en eso de mantener la esencia. Es decir, yo no he querido cambiar nada de lo que ellos decían, de lo que ellos cuentan. He querido ser fiel a lo que ellos dicen.
Sí. Lo que pasa es que te enfrentas y dices: ¿seré yo capaz? De alguna manera, lo que he hecho ha sido plasmar lo que hace el profesorado, pero no solo durante todo el curso escolar. Esa base que hay se da en este centro de Jerez con actividades e infinidad de cosas, con esos valores. Era una responsabilidad para mí reflejar la labor de los maestros.
Pues quizá esos microrrelatos de apenas dos líneas pero con una carga brutal. Hay cuentos de niños de segundo de Primaria que te están radiografiando con todo detalle algo tan terrible como es el acoso escolar.
Ellos no tienen el rencor, ni el odio, ni nada que les contamine. Para ellos todo se soluciona muy rápido: con un abrazo basta.
Comentarios