El buscador del pasado más siniestro
Wayne Jamison (Rota, 1970) huye, o al menos rehúsa, de la palabra "escritor" si hay que catalogarle de algún modo. Él se considera un periodista que investiga, y que escribe libros sobre las cosas que descubre, asuntos casi siempre relacionados con la II Guerra Mundial y sus horrores.
Lector de los que devora varios libros a la vez, Jamison es autor, entre otros, de La sombra del führer (Editorial Círculo Rojo); del ensayo Doctor Pirata: un médico nazi en la España de Franco (Editorial Kailas, 2020). Sin embargo, su trabajo quizá haya trascendido más en algunos ámbitos de la provincia de Cádiz con los libros Esvásticas en el sur (2018) y Esvásticas en el sur 2 (Ediciones Mayi, 2021). Ambos recogen historias cortas y autoconclusivas sobre diferentes episodios que ocurrieron en esta zona durante la Segunda Guerra Mundial, con las que pretende demostrar el papel tan importante que tuvo en el devenir de dicho conflicto bélico.
Ahora vuelve con Los Gaditanos en campos nazis (Editorial Mayi), que sale en unos días. Tras el verano, publicado por Edhasa, saldrá El poeta que liberó París, aunque el título es provisional.
Se conoce porque el patrón que siguieron los refugiados y acabaron en los campos de concentración es muy similar en casi todos los casos; con excepciones curiosas y llamativas. Lo que no ha habido hasta ahora es un libro que haya recopilado información sobre los prisioneros gaditanos. Yo no solo he querido recuperar la historia de esos 87+1. Sí que es verdad que la Historia en general no difiere de la del resto de españoles, pero aquí sí que he querido que cada gaditano tenga su propio capítulo, su propia historia, por eso me he ocupado y preocupado de rastrear bien, aunque sea para poder hacer una pequeña semblanza de cada uno de ellos. En algunos casos más extensas y, en otros, menos.
La mayoría eran republicanos de la Guerra Civil. Desde el momento en que cae Cataluña hay un éxodo masivo a Francia, se calcula que unos 500.000. Ellos esperaban que en Francia fueran recibidos con los brazos abiertos, ¿pero qué pasó? Nos tenemos que situar en 1939, cuando aún Francia era un país libre porque no había sido ocupada por Alemania. Pero no ocurrió lo que los españoles esperaban. Los metieron directamente en campos de refugiados. Pero cuando digo campos de refugiados, en realidad podemos hablar de campos de prisioneros, directamente. En algunos casos estos campos se delimitaban por unas alambradas en la playa, donde los refugiados estaban en condiciones pésimas y donde se bebían el agua del mar. ¿Qué sucede? A ellos se les ofrecen diferentes alternativas: volver a España, cosa complicada y peligrosa; alistarse en el Ejército francés, o apuntase a grupos de trabajo extranjeros: cavar zanjas, hacer carreteras..., pero siempre dependiendo del Ejército francés. Lo que ocurre es que en 1940 los alemanes invaden Francia. Es entonces cuando se producen estas detenciones de los españoles, quienes por cierto estaban catalogados como franceses porque estaban bajo bandera francesa. A partir de ahí va cambiando un poco la Historia, pero tampoco demasiado.
En este caso concreto, para mí los dos. Pero si me das a elegir, Hitler. Pero porque hay que tener en cuenta que fueron los alemanes los que idearon todo este sistema: los campos de concentración, el exterminio. Yo creo que a todos los que nos gustan estos temas es porque nos atrae acercarnos al abismo, explorar.
87+1 y los capos de los campos de concentración
Jamison se refiere a los prisioneros de los campos de concentración nazis con esta curiosa fórmula. La razón es sencilla, cuenta Wayne: "Hubo 87 hombres oriundos de muchos pueblos de la provincia gaditana, pero hay otro que no nació en España, pero que vivió 50 años en Algeciras. De un modo o de otro, víctimas del horror de la maquinaria ideada por el führer".
Otra cosa que llama la atención son los capos. Tan presos como el resto de compañeros, pero que, a las órdenes de los mandos alemanes, eran el brazo ejecutor dentro de los campos de concentración. Los altos mandos alemanes trataban de no mancharse directamente las manos de sangre, por lo que encargaban muchos de los trabajos a estos prisioneros que, a su vez, tenían ayudantes para estas tareas de pesadilla.
¿Hasta qué punto es criticable o censurable la actitud de los capos? Sin duda la labor era horrenda, pero como dice Wayne Jamison, "habría que ver qué hubiéramos hecho cada uno de nosotros ante un contexto de esa clase".
Al final el monstruo se puede presentar con muchas caretas, por eso creo que es necesario desvelarlas.
Lo digo en el buen sentido de la palabra. Sí que es verdad que hay algo en común en quienes nos gustan estas historias. Yo soy de los que lee todo lo que cae en mis manos. Soy un lector compulsivo. Puedo leer cuatro o cinco libros a la vez: según el momento siempre hay un clásico, y siempre hay uno sobre este tema. Todo empezó con una primera novela que escribí hace muchos años, que estaba ambientada en la playa de los Alemanes, aquí en Cádiz, y cuya documentación que necesité me descubrió que en la provincia de Cádiz habían pasado cosas que hasta un friki como yo desconocía. Soy periodista, me puse a escarbar y hasta hoy.
"Soy de los que lee todo lo que cae en mis manos"
Ahí estuvo el germen de lo que yo te comentaba: la influencia que tuvo esta zona durante la Segunda Guerra Mundial. Lo que busco al fin y al cabo demostrar en mis trabajos anteriores es que lo que pasó aquí, en el sur del sur, que es como le llamó a esta zona, fue que pudo cambiar el curso de la Guerra. El Estrecho de Gibraltar era una zona estratégica, de control de acceso al Mediterráneo. También es puerta al norte de África. No hay que olvidar que justo después, los aliados invaden el norte del continente africano y entran a Europa por Italia. Aquella base de operaciones estuvo en Gibraltar. Ambos bandos sabían que quien controlara eso tenía mucho ganado. Si a los aliados le cierras la puerta al mediterráneo y a los británicos que era el único país de Europa sin invadir, imagínate. Todo el combustible con destino a Inglaterra venía de Oriente.
"Franco se descolgó de entrar en la guerra pidiendo a Hitler imposibles"
Antes de morir reconoció que ese fue su gran error. Herman Göring, jefe de la Lutfawe, uno de los lugartenientes de Hitler, reconoció en los juicios de Nuremberg exactamente lo mismo. En ese contexto, sí que es verdad que son los alemanes los que quieren invadir Gibraltar. Franco había planeado la operación para invadir Gibraltar, pero es Hitler quien quiere que le ayude en esa invasión. Lógicamente es muy difícil sin la ayuda española. Había que atravesar los Pirineos y luego España. Y la invasión ya estaba prevista: el 11 de enero de 1941. La reunión de Hendaya se produce en octubre del 40. Entonces, lo que ya se había pactado y hablado por sus subalternos, se suponía que en esa reunión se cerraría todo oficialmente. Pero Franco, tal y como estaba España, hambrienta y con el ejército diezmado, se descuelga pidiendo imposibles.
Colonias que estaban en manos de Vichy, que era el gobierno que estaba en manos de los alemanes.
Al final, las estrategias son las mismas, pero tú puedes pintar las cosas a tu conveniencia. Pero es que la estrategia de propaganda de Joseph Goebbels se sigue utilizando en la actualidad. De hecho, los principios de la propaganda nazi siguen muy vigentes hoy en día.
No, en general. A mí lo que más me fascina de este tema es cómo un país entero remase detrás de lo que esta gente hizo. Los alemanes, en su inmensa mayoría, estaban convencidos de que lo que hacía Hitler, los nazis, era lo correcto. Si el mundo se circunscribe a los buenos y a los malos: para ellos, ellos eran los buenos, y el resto, los malos. Y eso fue gracias a la propaganda: cómo usaron la radio, el cine... Ellos sabían que tenían un poder enorme de sugestión. Era muy raro encontrarte en aquella época a un alemán que estuviera en desacuerdo con lo que Hitler estaba haciendo.
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