Con polo oscuro, pantalones claros y sus características gafas de pasta negras, David Trueba (Madrid, 1969) aparece por un extremo de la calle Ciegos, en el interior de las bodegas González Byass, donde acaba de terminar una sesión de fotos. El periodista, cineasta, novelista y guionista se encuentra en Jerez para presentar su documental Si me borrara el viento lo que yo canto, en el que cuenta la historia de un disco de Chicho Sánchez Ferlosio, Canciones de la resistencia española, cuyos temas se convirtieron en verdaderos himnos en Suecia.
Luego Trueba, tras ponerle en la pista el dueño de una pequeña discográfica, tiró del hilo. Los temas de Sánchez Ferlosio eran verdaderos himnos revolucionarios en los países nórdicos, pero también en Latinoamérica y en muchos países de Europa, aunque era un desconocido en España. Todo ello, y mucho más, se cuenta en la película del cineasta, proyectada en la Sala Compañía, dentro de las actividades de En Flamenco, I Festival de Cine Flamenco y Etnográfico, tras lo que Trueba y Máximo Pradera mantuvieron un coloquio. Antes, el cineasta sacó unos minutos para atender a lavozdelsur.es.
¿Por qué cree que las canciones de Chicho Sánchez Ferlosio siguen teniendo tanta vigencia?
Es un poco el misterio del que habla el documental: cómo lo consigue alguien que hace prácticamente todo lo que ahora mismo no se recomendaría hacer para tener éxito. Haz todo lo contrario de lo que te dicen y tendrás una inmortalidad musical... Chicho era libre, heterodoxo, hacía lo que quería, buscaba el amparo en la expresión popular... El misterio del documental es ese, cómo es posible que las canciones sean incluso más conocidas que su propio autor. Son canciones de un estudiante contestatario que se rebelaba contra la dictadura. Son canciones que tienen un discurso que permanece, porque las injusticias permanecen, las desigualdades permanecen, el poderoso y el débil permanecen… mientras permanezcan esas eternas angustias del ser humano permanecerán las canciones que hablan de ello.
"El periodismo es una pata de la democracia. Un país sin prensa libre no tiene democracia"
Para Sánchez Ferlosio la patria eran sus hermanos que labraban la tierra. ¿Y para usted?
Chicho tenía un discurso muy unido a la gente que encabezaba las protestas, como los mineros asturianos o los agricultores andaluces, que eran la cabeza visible de las reivindicaciones sociales y políticas de la época. Hoy en día ha cambiado, pero sigue habiendo gremios que se adelantan al resto de la sociedad, que perciben que sus derechos están desapareciendo, que son más contestatarios que acomodaticios. Yo me siento muy reconocido en el mundo del cómico en sí mismo, como una persona que se siente libre, poco apegado a los poderes y que busca darle placer a los demás y obtener de ellos una manera de vivir.
Conoce la historia de Chicho a través de Joan Losilla, dueño de una pequeña discográfica, y a partir de ahí tira del hilo. Al final está haciendo periodismo…
Este documental sí que saca mi vena periodística. La curiosidad del periodista es algo que me ha guiado siempre. He hecho muchas películas basadas en una historia real, en algo que he leído en un periódico o que he investigado. En este caso, fue la investigación de un profesor en Suecia, que se encontró en un mercadillo este viejo disco de Chicho —Canciones de la resistencia española— y no sabía cómo era posible que estuviera allí. Tirando del hilo descubrió que las canciones se habían traducido al sueco, que las conocía todo el mundo y que no sabían que eran de un español. Joan Losilla me contactó y me dijo que tenía una parte de la historia, que sería muy interesante completarla. La entrevista a la pareja de Chicho, Ana Guardione, que ya falleció, nos sirve de hilo conductor de toda la trama y gracias a ella pudimos armar todos los agujeros que quedaban en esta historia.
Como periodista, ¿qué estado de salud cree que tiene el periodismo español?
El periodismo está atravesando una gran transición tecnológica que supone el cuestionamiento del papel que cumple en la sociedad. El periodismo se ha visto en el peor de los espejos posibles. Hay políticos, como Trump, que han crecido a base de desprestigiar al periodismo, de negar el papel que tiene en la democracia, por lo que eso quiere decir que ese discurso cala en una parte de la sociedad y que el periodismo profesional tiene que entender que ha hecho algo mal, corregirlo y reivindicarse como lo que es. Siempre he pensado que es una pata de la democracia, sin él no existe una democracia verdadera. Un país sin prensa libre no tiene democracia.
¿Y éste lo es?
A veces se nos olvida lo joven que es la democracia española. Después de 40 años de dictadura no es fácil armar una democracia en un país que no tiene tradición democrática. Poderes muy importantes para mantener una democracia, como el judicial, el policial o el periodístico, han estado muy contaminados de esa falta de tradición. El futuro de España va a estar en transformar esos poderes en verdaderamente independientes.
"La pandemia nos debe enseñar que los países con servicios públicos fuertes, con transparencia y división de poderes son más sanos que las dictaduras"
El periodístico es un sector precarizado, como puedo serlo el cultural, ¿ha visto mucha autoexplotación en este tipo de trabajos creativos?
Absolutamente. Y más ahora. El cine independiente que haces fuera de las grandes cadenas de televisión está precarizado y lo tienes que hacer así o no lo puedes hacer. Conozco bien esa sensación. Pero conozco otra sensación peor, que es la de tragar y pasarte la vida haciendo lo que te dicen los demás que tienes que hacer. Trabajar con libertad, la independencia de verdad, tiene un precio. Es una satisfacción pasarte tu carrera y tu vida haciendo lo que crees que tienes que hacer, y no lo que los demás te mandan que hagas.
¿Cómo le ha tratado la pandemia? ¿Ha cambiado su forma de crear?
No, no mucho. Como a todos, nos ha afectado porque hemos visto la fragilidad del sistema, de nuestra propia organización, la desigualdad... Yo tengo mucha relación con los países latinoamericanos y lo que está sucediendo allí es tremendo. La gente rica está yendo a vacunarse a EEUU y la gente pobre está muriendo. Estamos en un país que es capaz de igualarnos a todos a la hora de vacunarnos. Creo que, aunque todavía no se nota, en los años próximos va a quedar muy claro que la gente quiere y reivindica una igualdad en el espíritu que rige una Sanidad pública, en el espíritu educativo… ahí es donde está la tecla. Nos hemos dado cuenta de que el modelo norteamericano, el liberal, no es el mejor, sino que el mejor modelo es el europeo, la sociedad del bienestar. Creo que la gente poco a poco se ha dado cuenta de eso. Espero que haya servido para tomar conciencia.
Saldremos mejores, decíamos… ¿Lo cree así?
Una sociedad no mejora de un invierno al otro. Las sociedades evolucionan más lentamente. A la larga sí que se van a notar las consecuencias de esta pandemia. Una es que los países que actúan unidos colectivamente, que tienen servicios públicos fuertes, que tienen transparencia democrática, que tienen división de poderes, son más sanos que las dictaduras. Lo que ha pasado con Trump, Bolsonaro o Putin con respeto a la pandemia nos debe hacer pensar que esta especie de dictaduras disfrazadas de democracia no funcionan. Lo que funciona es la democracia real. Debemos ahondar en fortalecer la democracia y la libertad.
"Ser director, periodista o escritor las 24 horas puede ser perjudicial para mantener la ilusión por lo que haces"
Me refería más bien a España… ¿No palpa más división e incluso egoísmo que antes de la pandemia? ¿O tenemos una imagen distorsionada por las redes sociales? En ellas, por cierto, no tiene presencia, no sé si huyendo de todo eso precisamente...
No soy una persona que condene los avances tecnológicos, creo que tenemos que usar lo que es bueno y descartar lo que es malo. El lado gregario, el que anula la colectividad, que convierte a las personas en más egoístas... debemos anularlo. Debemos utilizar las cosas buenas que nos ofrece ese desarrollo tecnológico. El negocio es convertirte en un esclavo, siempre lo ha sido: esclavo de la gasolina, de las redes sociales… de lo que quieras.
Cineasta, escritor, columnista, guionista… ¿Se aburre haciendo siempre lo mismo?
Por mantener la ilusión en mis profesiones me viene bien de vez en cuando abandonarlas durante unos años y practicar otra. La profesionalización cínica, es decir, convertirte en un director de cine las 24 horas, en periodista las 24 horas, en escritor las 24 horas… puede ser perjudicial para mantener la ilusión y la pasión por lo que haces. Me viene bien huir de vez en cuando y volver a una de esas profesiones cuando noto que tengo ganas de contar algo de una manera concreta.