Una vida tranquila entre libros, plantas y amigos
“Lo que pasa es que en las entrevistas, cuando uno coge carrerilla, se acaban”. Es lo primero que nos dice el escritor Francisco Bejarano, cuando nos recibe en su casa del centro de Jerez, donde vive rodeado de libros –tiene unos 25.000 volúmenes, casi todos, salvo dos cajas que al parecer le traen por la calle de la amargura, perfectamente ordenados- y de plantas, plantas de las que se ocupa todas las tardes ahora en verano.
Es curioso cómo habla Bejarano de sus libros. Por ejemplo, se refiere a una de sus bibliotecas como su "biblioteca personal", como si el resto que tiene por la casa no lo fueran... Y a lo mejor es porque no lo son, porque no siente que lo sean, que al final viene a ser lo mismo. Bejarano, a sus 77 años, entiende que está terminando el que será el último libro de poesía que escriba y no tiene ningún problema, haciendo un remedo de aquella novela de Torrente Ballester, en decir que ha sido escritor un poco a su pesar.
Nunca ha sido ni se ha sentido un escritor de carrera, ni siquiera ha tenido vocación de serlo, pese a haber ganado el Premio Nacional de la Crítica (1989). Pues no, no vamos a coger carrerilla… al fin y al cabo, lo que viene a continuación es más una conversación delante de una copa de oloroso que una entrevista al uso.
Por cierto, faltan dos ‘por cierto’: el libro estará en las librerías en los próximos meses, puede que bajo el nombre 'Contra el júbilo' aunque está por decidir, y dos, en las líneas que vienen a continuación la corrección política como que no…
A preguntas tontas, respuestas inteligentes; a preguntas inteligentes, respuestas tontas.
R: No, no, Marie Christine del Castillo, una amiga editora de Renacimiento, me pidió que escribiera un libro de poemas como despedida. Y eso es lo que estoy haciendo…
Sí, para que no me molesten el resto de mi vida.
Los libros realmente son siempre despedidas. Este es una despedida desdeñosa, distante. El destino del hombre es morirse, como usted sabe… Tengo conciencia de que lo escribo para cerrar mi relación con la poesía, pero escribir tiene un misterio. Las palabras pueden contigo, las palabras te llevan a otras palabras, las ideas a otras ideas… Puedes empezar escribiendo de un tema y acabar en otro, es muy habitual.
"Podría escribir de lo que he ganado, de premios, respeto, libros, amigos... pero eso no tiene gracia, tiene algo de destino cumplido"
Yo tengo carácter melancólico desde niño… no depresión, no, pero sí un sentimiento de pérdida que es cada vez mayor y es de lo único que me apetece escribir, de lo que he perdido. Podría escribir de lo que he ganado, de premios, respeto, libros, amigos... pero eso no tiene gracia, tiene algo de destino cumplido, y cuando un destino se cumple deja de tener gracia. Lo digo en uno de los poemas del libro que ha avanzado la revista ‘Calle del Aire’: "De muchacho quería vivir solo y libre en un lugar lleno de libros. Los deseos se cumplen y el destino, cuanto más generoso, más castiga". [El poemario, por cierto, no tiene nombre definitivo, aunque podría ser 'Contra el júbilo'].
Yo diría que mi relación con la literatura ha sido muy complicada. En mi vida, ni el sexo ni la literatura han sido más importantes que otras cosas que me gustan. Yo muchas veces he escrito para justificar mi vida laboral, por tener el respeto de mis jefes políticos [trabajó muchos años en el Ayuntamiento de Jerez], con los que, en general, me he llevado bien. Ser articulista siempre me vino bien y yo, además, utilizaba mis artículos como esquemas de futuros libros, caso de ‘Manual del lector y el escritor moderno’, ‘Las Estaciones’ o ‘Consolación del melancólico’.
No, no… Por ejemplo, si no me hubiera comprometido a escribir este libro, no lo estaría haciendo… Mire, ahí tengo dos cajas de libros, no consigo ponerlos en orden, ahí están, esas son las cosas que me apetece hacer… Si se encasquilla un poema, lo pongo el último y ya volveré sobre él, no me preocupa. A mí me preocupa no colocar mis libros.
"Escribir me entristece, siempre encuentro cosas que me agradan más que escribir"
El poema me tiene que gustar a mí… a los demás también, no escribes para la nada, pero me tiene que gustar a mí. Si me gusta a mí, sé que le gusta a la mayor parte de mis amigos porque tenemos una conexión de vivencias parecidas. Perdón por utilizar la palabra vivencia que me parece un horror [risas].
Nunca, nunca.
Ni entonces siquiera. Tardé como catorce años en escribir el siguiente libro. Con eso está dicho todo. Siempre he encontrado cosas que me agradan mucho más que escribir. Escribir muchas veces me entristece, acabas pensado en las pérdidas. Si ves una película es más divertido que sentarse a escribir. Dar un paseo, charlar con amigos, es más divertido… Sentarse a escribir es para los que tienen ganas de perder su vida, no le interesa su vida. ¿Qué han vivido muchos escritores profesionales? Y luego hemos vuelto a los tiempos de Franco: antes te podían poner alguna pega, que tampoco te las ponían, no creas. Ahora tienes que ser adicto al Gobierno para que se te haga caso o se te sobrevalore…
R: Sí, es así. Para mí escribir es un adorno de mi vida. Como el que colecciona terracotas púnicas, esas cosas. No es mi vida, mi vida no es escribir. Mi vida son los libros, los amigos, las plantas y lo eran también los viajes, porque ya no voy a ninguna parte.
"En mi opinión, hay un deterioro muy grande de la sociedad al que no es ajeno la política, desde luego"
Me levanto pronto. Tomo un café solo y fumo un cigarro, que siempre es el mejor del día. Salgo a la compra si me hace falta, vienen muchos días a verme mi sobrino Francisco o amigos como Carmen Gallegos o Fernando Taboada. Como solo, salvo dos veces en semana en que como con mis hermanas. Si como solo, me tomo una copita de oloroso mientras preparo la comida, a veces antes de la cena también, pero con este calor no. Sobre las diez suelo ver una película
No, no, no necesariamente, qué va. Me gusta mucho por ejemplo la serie de 'Mad Max'. Para mí no hay género malo, hay películas malas.
La sigo poco. Cuando un alto cargo deja su posición, pasa totalmente al olvido…
Me entristece… no, no. Me da la sensación de que no era un hombre importante, de que no era un hombre de estado…
No tienen ninguna importancia. Los partidos en la oposición gritan, insultan… y cuando están en el poder se moderan que da gusto. Además, Vox dice menos disparates que Podemos. A mí lo de Podemos en el Gobierno me ha recordado a la maldición clásica: “Merecéis que os gobiernen adolescentes”. Por lo demás, tanto en el PSOE como en el PP hay que gente me cae bien.
Hace varias legislaturas que no voto, desde que Rajoy no derogó todo lo que tenía que derogar de las cosas de Zapatero.
... Pero porque los dos llevábamos bastón, no porque yo escribiera como Antonio Gala o él lo hiciera como yo.
Sí sí. He conocido a mucha gente en el mundo de la literatura.
No, no lo tenía. Era un escritor que salía mucho en televisión y la tele puede hacer famoso a cualquiera, que lo paren por la calle sin saber ni a quién se para. La televisión te hace famoso, solo eso. La fama dura bastante, la popularidad mucho menos. Los famosos –ahora los 'influencers', esa palabra nueva terrible– están condenados al olvido.
Estoy al corriente de que la gente se informa y liga por internet y las redes sociales, pero yo apenas uso el ordenador. El caso es que lo usaba más hace unos años. Yo tengo internet para ver a Carlos Alcaraz, para ver si la peli que ponen merece la pena verse o ampliar información si me entero de algo extraordinario.
"No entiendo el estado privilegiado de la homosexualidad, esa bondad franciscana que últimamente se le presupone"
Digamos que me interesa, más bien me interesaba, Carlos Alcaraz.
No, no, yo sigo leyendo en papel… Además, soy de los que cree que el libro se revalorizará.
Ya, sí…
¿El Orgullo Gay?
Si se hiciera un día del orgullo heterosexual... Mire, yo pienso que es ordinario e innecesario hacer bandera de la tendencia sexual.
En el mundo literario la homosexualidad nunca ha sido inconveniente, entre los poetas es algo muy común... La homosexualidad, desde mediados de los 70 hasta los 90, se vivió con bastante naturalidad en determinados ambientes sociales, aunque entiendo que es posible que un empleado de banca no piense lo mismo. Fíjese, a mí alguna vez me han preguntado si lo soy, si soy homosexual, y siempre he respondido "pues no lo sé todavía".
"Para la gente de izquierdas soy de derechas y para la gente de derechas soy de izquierdas"
Me gustaría hablar de un par de cosas. Para la gente de izquierda soy de derechas, y para la gente de derechas soy de izquierdas y eso me lleva a pensar que no me equiv...
No sé, ¿tú crees? No lo tengo yo tan claro… Ah, y otra cosa. Quería decir que siempre me ha gustado estar rodeado de talento, de los mejores… Siempre ha sabido percibir ese brillo en alguien que escribe, en alguien que pinta, aparte de que la gente joven es más guapa que la vieja [risas generalizadas]. Pepín Mateos, Juan Bonilla, Felipe Benítez, Luis García Montero, en menor medida… [también algunas risas ante la pequeña maldad], siempre supe que eran buenos, que era la gente de la que quería estar rodeado y a la que he ayudado en la medida de lo posible.
Vivo en Jerez exactamente igual que si viviera en otra ciudad. Voy a tres o cuatro sitios, me relaciono con tres o cuatro personas, llevo lo que se dice una vida rutinaria pero no monótona. Nunca he sido un ‘patriotero’ de Jerez. Me gusta vivir en Jerez porque tiene, en general, un clima benigno y es una ciudad bonita en la que se puede pasear. Aquí nací, aquí está toda mi familia y aquí voy a estar…
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