José Rico, obispo de Jerez: "Hay que vivir abiertos a la reconciliación; bendiciendo a los que nos maldicen"

Dos años y medio después de ser nombrado cuarto obispo de la Diócesis de Asidonia-Jerez, repasa en esta entrevista concedida a lavozdelsur.es asuntos como el futuro de la fe en un contexto de polarización y guerras, las migraciones, la bendición a las parejas homosexuales, y los casos de pederastia en la Iglesia. También habla del futuro de la Cartuja de Jerez

El obispo de Jerez, José Rico Pavés, posa en el balcón principal de Bertemati, con la Catedral al fondo.

32 años de sacerdocio de un intelectual que nació el día del Patrón de Jerez

Dos años y medios después de ser nombrado al frente de una de las diócesis más importantes de España, Asidonia-Jerez, José Rico Pavés, uno de los prelados más jóvenes del país, se ha habituado a la frenética agenda que le marcan asociaciones, grupos y hermandades en la zona. Reside en el Palacio de Bertemati, en el Arroyo de Jerez, la sede del Obispado en una ciudad que celebra el día de su Patrón, San Dionisio, cada 9 de octubre, el mismo día que nació hace 57 años en Granada.

Con una trayectoria eminentemente intelectual, iba para médico pero acabó ordenado sacerdote en Toledo (1992) y terminó sus estudios en Roma. Desarrolló su ministerio sacerdotal en Granada y llegó a Jerez en verano para ser el cuarto obispo residente en la Diócesis de Asidonia-Jerez (después de Rafael Bellido, Juan del Río y José Mazuelos) tras ser obispo auxiliar en la diócesis de Getafe. 

Actualmente, en la CEE es el presidente de la Comisión para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado. Durante 12 años dirigió el Secretariado de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, desde donde encabezó una investigación contra la asociación secreta El Yunque, ligada estrechamente a plataformas como HazteOir o Profesionales por la Ética, vetadas por algunas diócesis españolas. Ha dado clases en Barcelona y ha sido también profesor en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, y ha publicado cuatro libros de diversos temas. El último de ellos, en 2016, Cristología y soteriología. Introducción teológica al misterio de Jesucristo.

Tras dos años y medio al frente, ¿cómo está siendo la experiencia y en qué estado de salud está la Diócesis de Asidonia-Jerez

Estoy encontrando mucha más actividad de la que esperaba, en relación con la Diócesis de Getafe, de la que provengo. Y compruebo que aquí hay todavía un poso de piedad muy grande. Hay una fuerza en muchas asociaciones, grupos, hermandades, que se traduce en una propuesta ya bien estructurada a lo largo del año de actividades relacionadas con la fe. En Getafe la agenda la íbamos poniendo los obispos, pero aquí la agenda del obispo la van marcando esas actividades y propuestas que me van haciendo. Mi impresión es que, gracias a Dios, se puede trabajar muy bien. Hay muchas personas buenísimas y no nos falta tarea. Es una diócesis muy rica y muy variada, con lo cual, doy gracias a Dios por encontrarme aquí.

A nivel general, ¿hay resquicio para lo espiritual en esta sociedad que tenemos hoy, en este mundo con tanta polarización, con guerras que nos golpean cada vez más cerca…?

Precisamente por la situación que padecemos entiendo la necesidad de cultivar lo verdaderamente importante en la vida; y a esto nos ayuda la espiritualidad, que se hace cada vez más urgente. No se equivocaba el Concilio Vaticano Segundo cuando afirmaba que en el origen de todas las guerras hay siempre un corazón dividido. Esta es la tarea que desde la Iglesia se quiere proponer: el encuentro con Jesucristo y el Evangelio nos lleva a reconciliar el corazón para poner paz en nuestro mundo. Y vemos que este mensaje sigue siendo totalmente actual. Es el mensaje ahora al inicio de la Cuaresma. Invitación a tomar conciencia de aquello en lo que nos hemos equivocado para levantar la mirada al Señor y poder salir de nuestros errores más allá de lo que comprobamos que con nuestra sola fuerza no podemos alcanzar.

José Rico Pavés, en un momento de la entrevista.   JUAN CARLOS TORO
Esta semana hemos tenido esa imagen tan simbólica del Papa Francisco recibiendo al nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, que previamente le había atacado y dedicado todo tipo de improperios. Al final, la Iglesia es la primera en poner la otra mejilla.

El Papa Francisco nos da lecciones todos los días y, entre otras, la necesidad de vivir siempre abiertos a la reconciliación. Aunque uno reciba ofensas, no hay que responder con ofensas, sino como el Señor nos pide: ofreciendo la otra mejilla, bendiciendo a los que nos maldicen, queriendo el bien para todos… Esto es lo que el Señor nos propone en el Evangelio y en el Papa Francisco lo vemos hecho vida.

Abusos: "Es un problema que afecta a muchos ámbitos de la sociedad, lo que tenemos es que caminar juntos para resolverlo"

Eso es extrapolable a cualquier conflicto, y más aún a los conflictos políticos.

Efectivamente. O sea, se trata de superar esa tendencia que tristemente se puede ir acrecentando, reconociendo que para superar los conflictos lo primero que hace falta es que haya quien esté dispuesto a devolver bien al que hace mal. Y ese bien, pues acaba mejorando a aquellos que hacen mal. Ante la ofensa y el insulto, el Papa responde con acogida amable y buscando siempre la reconciliación. 

El informe del Defensor del Pueblo sobre las víctimas de pederastia en la Iglesia española, independientemente de las cifras que se dan y las cifras inferiores que ofrece la Conferencia Episcopal. ¿Qué valoración hace de todo eso? Como hay algunos casos en su diócesis, ¿se indemnizará a las víctimas?

Bueno, de momento en los casos que hay aquí, que se comunicaron en su día, no ha habido un contacto por parte de las víctimas en orden a indemnización de tipo económico. La Conferencia Episcopal ha puesto ya en marcha hace apenas dos semanas, en la última reunión de la Permanente, un plan de reparación integral. Reparación integral significa atender a cada víctima como cada víctima merece y necesita ser atendida. En algunos casos, las víctimas no piden una ayuda económica. En otros sí. Pues escuchemos a cada víctima y veamos realmente lo que necesitan. Y ese es el esfuerzo en el que nos tenemos que seguir empeñando. Es decir, atender a cada persona, a cada víctima, como cada persona merece y necesita. Eso es lo primero y fundamental. Gracias a Dios, vamos tomando cada vez más conciencia de esta realidad. 

Otro momento de la conversación.   JUAN CARLOS TORO
Reconocer el problema, esta lacra, es el primer paso para desterrarla. 

A nivel de Iglesia, pues sinceramente creo que estamos dando pasos muy importantes. Ya no hay diócesis en España que no tenga abierta su oficina de atención a los menores, o de protección a los menores o personas vulnerables. Y estas oficinas están atendiendo en muchos casos, o recibiendo denuncias, que no se refieren a entornos eclesiásticos. Bueno, pues si desde ahí podemos ofrecer también una ayuda para superar esta lacra, que no solo afecta al mundo de la Iglesia, pues bendito sea Dios. La Conferencia Episcopal y los obispos no nos cansamos de decir que estamos dispuestos a colaborar para que este problema se resuelva; evidentemente en la Iglesia, pero también en otros entornos y otros entornos pueden ser los ámbitos educativos, los ámbitos familiares. Dramáticamente, ahí es donde se da el mayor número de casos de abusos y donde está el mayor número de víctimas. De modo que, siendo un problema que afecta a muchos ámbitos de la sociedad, lo que tenemos es que caminar juntos para resolverlo.

Bendición a parejas homosexuales: "El Papa nos invita a tener espíritu y sentido de acogida con todos"

Otra cuestión que ha generado debate es la autorización del Papa a dar la bendición a las parejas homosexuales.

En realidad, después de que el Dicasterio de Doctrina de la Fe publicó la Declaración —una declaración desde el punto de vista del género literario es un documento que requiere la adhesión de los fieles, porque se refiere a una cuestión que afecta a la fe y a las costumbres—, el mismo Dicasterio, vistas las reacciones, publicó una aclaración; y en la aclaración decía algo obvio: antes de criticar el documento del Papa, vamos a leer el documento para ver lo que realmente dice. Y cuando se lee el documento del Papa, pues se comprueba que se le atribuyen afirmaciones que el documento no dice.

¿A qué nos está invitando el Papa Francisco? A que la evangelización se haga siempre con amabilidad. A nadie se le ocurriría comprar un tanque para anunciar las bienaventuranzas. Pues esto igual. Hay situaciones que deben ser también llevadas a la luz del Evangelio y se tiene que hacer con la cordialidad misma que Cristo nos propone en el Evangelio. Y ahí entra el tema de las bendiciones. El Papa nos invita, pues, a tener espíritu y sentido de acogida con todos. Y lo repite. Lo hemos escuchado este verano en la pasada Jornada Mundial de la Juventud con insistencia. Todos, todos, todos. Esa acogida no significa reducir la grandeza del Evangelio para llevar la luz que Cristo nos ofrece a las relaciones humanas, sino hacerlo con la amabilidad que el mismo Señor nos pide. Entiendo que la polémica se podría haber resuelto si primero hubiéramos leído bien el documento del Papa.

Quizás el problema, en general, es que esta sociedad cada vez lee menos.

O que leemos frases sueltas. Hay muchos intereses en éste, o en otros temas, que efectivamente afectan a muchas personas y afectan seriamente; y como que somos más de una generación de tuits, ¿no…? de mensajes breves. Y a veces hay afirmaciones que no caben en un tuit, que tienen que ser un poco más desarrolladas. San Ignacio, y el Papa es jesuita, en el libro de Los Ejercicios Espirituales, tiene una afirmación que es de sentido común, entiendo yo, para las personas que nos decimos de fe: hemos de estar más prontos a salvar la afirmación del prójimo que a condenarla. Es decir, que busquemos siempre interpretar bien lo que los demás están diciendo; y de todo, buscar siempre la parte buena. También de esa manera leamos al Papa.

"Con los migrantes hay que acoger, proteger, hacer crecer e integrar, sin ignorar que hay intereses torcidos por parte de quienes negocian con los migrantes"

Ha hablado usted de acogida. Uno de los grandes desafíos, también de los grandes dramas de nuestro tiempo, son los movimientos migratorios desde zonas en conflicto o muy deprimidas. ¿Cómo se sienten desde su diócesis?

Se nota porque Jerez es un punto de paso del corredor que se ha abierto con las Islas Canarias. En el Hogar San Juan han estado recogidos transitoriamente grupos jóvenes, o muchos de los que están llegando a las Islas Canarias. Esta es una necesidad que estaba siendo atendida por nuestra diócesis desde Cáritas, pero ya desde hace dos años vimos la urgencia de abrir un departamento, una delegación, de migraciones, para que esta atención esté más cuidada y se ha formado un equipo. En este equipo hay también personas migrantes que han llegado a España, a veces por situaciones bastante complejas, y el objetivo de este equipo es cumplir lo que el Papa nos pide en relación a las migraciones: acoger, proteger, hacer crecer e integrar. En estas cuatro expresiones o palabras el Papa nos da las claves en relación a la migración. En un mundo de tantas desigualdades como existen entre países y zonas, la tarea de la migración debe ser gestionada buscando siempre el bien de las personas, sin ignorar que hay intereses torcidos por parte de quienes negocian con los migrantes y la necesidad siempre de que, a niveles que superan nuestra capacidad inmediata, a nivel de los gobiernos, se busque el bien de las personas.

El obispo de Jerez, fotografiado tras la entrevista.   JUAN CARLOS TORO
¿Qué les llega de otros prelados de territorios empobrecidos o directamente devastados?

 A los miembros de la Iglesia nos ilustra mucho escuchar, por ejemplo, a los obispos o líderes religiosos de los lugares de procedencia, que muchas veces con verdadera alarma piden a sus jóvenes que no marchen a Europa o a otros sitios. O sea, el drama de la migración no es solo el de quienes se lanzan en situaciones paupérrimas a una aventura que no saben cómo puede terminar, sino también la situación de que dejan atrás países que no terminan de arrancar porque la población que tendría que tomar las riendas del país para que fuera mejorando, lo abandona en busca de una situación mejor. Es un drama que tiene que ser visto de una manera global. Y bueno, desde esta diócesis no estamos en primerísima línea como en la vecina diócesis de Cádiz y Ceuta, pero desde que se ha creado la delegación de migraciones el trabajo es muy estrecho, de colaboración, de sensibilización, y ahí tenemos mucho todavía por hacer.

Ha hablado de redes sociales, ¿se abrirá usted cuenta en Twitter como el Papa Francisco?

(Ríe) Entre mis muchas limitaciones, esta es una de las más evidentes, la de no verme capacitado para mantener al día una cuenta en redes sociales. Esto implica atención, saber manejarse y yo reconozco que no, no me veo capacitado. Me manejo con lo más rudimentario y me comunico en WhatsApp, estoy en grupos, pero a otro nivel superior, veo que requeriría una atención de la que hoy no soy yo capaz.

¿Le parece bien, en todo caso, que haya sacerdotes que utilicen las nuevas tecnologías para trasladar el mensaje de la Iglesia?

Efectivamente, el mundo ya no es solo el que controlamos con los sentidos, sino que hay un mundo digital creciente que necesita también la luz del Evangelio. Y ahí, pues, gracias a Dios, hay muchos que se han encontrado con el Señor a través de estos medios, o que ellos mismos ahora se han convertido en apóstoles en este mundo digital. Pues bendito sea Dios.

El futuro de la Cartuja: no se desacraliza, pero tendrá una importante proyección cultural (y turística): "Somos conscientes del deseo de regularizar las visitas"

La Cartuja y su futuro preocupa a católicos y no católicos, por ser uno de los bienes patrimoniales más importantes de la provincia de Cádiz.

Antes de que se vayan las Hermanas de Belén, que lo harán a mitad del mes de marzo, queremos ya tener una presentación del equipo de trabajo que está trabajando en lo que va a suceder una vez que se marchen. ¿En qué estamos trabajando? En cuatro líneas. Una primera, el tema de la conservación, que es el tema decisivo del que dependen los demás. Es decir, actualizar los informes para ver en qué estado de uso se encuentra La Cartuja. La Cartuja pertenece a Patrimonio Nacional, en concreto al Ministerio de Hacienda, y cuando la diócesis, por la gestión realizada por don Juan del Río, adquirió la cesión se asumió la responsabilidad de mantener el conjunto para que pudiera seguir siendo utilizado. Y en eso hemos trabajado e invertido no pocas energías y recursos económicos y materiales. Evidentemente, un conjunto histórico de esa envergadura, sin la ayuda de las administraciones, la sola diócesis no puede sostenerlo. Por eso, mantener al día los informes sobre el estado de conservación y, por tanto, saber qué y en qué modo se puede seguir utilizando, es la primera línea de trabajo. La segunda línea de trabajo es, una vez que va una comunidad religiosa grande, la seguridad. Vamos a garantizar que haya allí siempre alguien viviendo, y si ya no hay comunidad monástica, pues como ocurre en el convento de las Carmelitas de Sanlúcar, habrá una familia de mandaderos que son los que estén pendientes del edificio. Esa presencia tiene que ser reforzada con medidas de seguridad que hasta ahora se suplían con la estancia de las monjas.

"Todo, todo depende del estado de conservación y los informes ahí son los que van a ir mandando"

El tercer tema es el de la proyección pastoral, o sea, desde el punto de vista pastoral queremos seguir garantizando que el templo va a seguir abierto al culto, de momento manteniendo la periodicidad dominical y en alguna solemnidad va a ser lugar también de encuentro a nivel diocesano. Actividades que realizamos acudiendo a la Catedral, o a algún templo de la diócesis, pues las vamos a tener ahí con diferentes grupos de apostolado seglar, de pastoral universitaria, etcétera Es decir, que no se va a desacralizar el templo, sino que va a seguir ofreciendo ese servicio pastoral. Y la cuarta línea de trabajo es toda la proyección cultural.

El obispo Rico Pavés, tras la entrevista con lavozdelsur.es.   JUAN CARLOS TORO
Ahí entran las ansiadas visitas.

Y ahí entra el tema de las visitas. Somos conscientes de que hay un deseo de que se regularicen turnos, horarios y modos de visita, y estamos trabajando para que eso se pueda realizar. Hace un año pues anuncié las gestiones que habíamos hecho con el grupo editorial SM para facilitar una visita virtual. Ese proyecto, con una conclusión extraordinaria, está ya hecho y ahora se ha visto parado por la salida de las hermanas, pero queda decidir si además de disponer de esta visita en los medios digitales, ubicamos eso como sala inmersiva que llaman, la cual iría donde ahora se encuentra la tienda de los productos de cerámica que elaboraban las hermanas. Prepararíamos esa sala inmersiva y eso sería un complemento que permitiría, junto con las visitas, entrando en los lugares que hasta ahora, por haber una comunidad de clausura, no se podían visitar.

Estamos trabajando en estas cuatro direcciones, pero todo, todo depende del estado de conservación y los informes ahí son los que van a ir mandando. Lo primero y urgente es determinar el estado de conservación y cómo va evolucionando esa conservación. Estamos pendientes de la conclusión de un informe que requiere que pase un tiempo para verificar la situación del terreno, que parece que es lo más inestable y que ha ido causando un deterioro algo más rápido en los últimos años.