Juan Diego Mateos, flamenco y 'musicfulness': "La música tiene más poder del que creemos"

Este proyecto surge de una idea entre Musiquita y yo, más otros dos socios, en el que planteamos hacer algo similiar a lo de atención plena del mindfulness, pero con la música. Y por eso se llama Musicfulness. Es un proyecto donde se trata de enseñar a la gente a escucharla de una manera diferente, para poder captar los verdaderos poderes transformadores que tienen las cosas en directo, a través de la meditación.

"Musiquita y un maestro hindú me descubrieron que la música tenía una utilidad que yo nunca había pensado"

Esto es fruto de una experiencia que he vivido en primera persona, porque Musiquita componía los temas para ir arreglándome los discos y, cronológicamente, me iba poniendo cosas con las que yo iba creciendo y me iba sanando también.

Y por eso se nos ocurrió compartirlo ya que, lo mismo que a mí me ha venido muy bien, le puede venir muy bien también a otras personas y que empiece a percibirla de otra manera.

De todo tipo. Quien viva esta experiencia se va a encontrar desde flamenco al clásico, pasando por el jazz y un poco lo que yo he grabado en los cuatro discos que tengo. De mi trabajo como compositor en Luminaria, Respira, Bedallama y Una promesa he cogido las piezas que mejor se adaptan a este proyecto.

De hecho, Una promesa es una introspección y que la gente pueda ir hacia adentro. Nos ponemos en contacto con la infancia, por ejemplo, o hacemos algún experimento de mandar ese cariño a una persona que no esté allí. Nos estamos olvidando un poco de la naturaleza humana.

Yo descubro todo esto porque me di cuenta de que el primer tema que me puso Musiquita coincidió con una tragedia familiar que habíamos tenido en casa y yo estaba muy mal anímicamente. Y él me dijo: "menos mal que tienes la música". A mí eso, en ese momento, me repateó porque no entendía qué tenía verla así. Yo estaba hundido.

"Quien vive esta experiencia encuentra flamenco, clásico o jazz, además de lo que yo he grabado"

Entonces él estaba viviendo en Madrid y yo estaba con José Mercé. Fui a Madrid, nos vimos y me enseñó un tema que, por el mero hecho de tocarlo, yo sentía alegría. Pero yo no tenía que sentir alegría, porque yo estaba hundido, aunque no me podía negar a la evidencia. Yo tocaba esos acordes y a mí me brotaba algo dentro.

Con el paso del tiempo, vino otro y luego vino otro y así han venido veintitantos temas más. Entonces empecé a notar eso, dibujar esto otro y, claro, él lo estaba haciendo precisamente para eso. Para sanarme.

"La música es nuestro aporte a la sociedad"

Luego yo entré en un proceso de limpieza interior, para tomar unas técnicas de meditación. Y cuando te digo una limpieza interior me refiero a un proceso de preparación. Fue como una vuelta a casa y hablo de casa, señalándome en el pecho, porque Musiquita y sus aportaciones, más un maestro hindú, me iba apartando de las malas hierbas, descubriendo que la música tenía una utilidad que yo nunca había pensado. Más que entretener o pasarlo bien y que guay es, llegaba mucho más allá.

De hecho, en el libro Cuaderno de Interpretación reflejo una cita de John Coltrane que dice: "los poderes de la música son todavía desconocidos y los músicos tenemos la obligación de descubrirlo". Esta cita lo que viene a dejar claro es que la música es nuestro aporte a la sociedad.

No es que tú seas un canal o tú transmitas. Lo veo más como que yo, con esa música, empiezo a vibrar en otro estado y a la gente que lo escucha se le da unas indicaciones muy simples de cómo poder aprovechar máximo esa música que está sonando en directo.

"Cuando trabajé para Bose, ellos ya buscaban cómo afectaba el sonido en las personas"

Recuerdo que cuando trabajé para Bose, hace ya bastante años, precisamente lo que ellos buscaban era cómo afectaba la vibración que produce el sonido en las personas. Y yo todavía no estaba metido en todo esto. El director de la compañía me decía que era eso lo que estaban intentando grabar:  ese estado en el que entras cuando tocando te ves como en una burbuja y empiezan a ocurrir cosas diferentes. Buscaban crear un altavoz que fuese capaz de generar esas emociones. Como se dice en mindfulness la frecuencia cardíaca. Que es lo que hace que el oyente pueda ir a otro lugar, en el plano metafísico.

Yo he hecho ya como unos 20 talleres de esto. Unos han tenido más aceptación que otros. Por ejemplo, en Espartinas hay una escuela de yoga que he ido ya 3 o 4 veces a hacerlo. Y las personas que se inscribían eran médicos y terapeutas que buscan mejorar la calidad de vida de sus pacientes. Así que imagínate a que nivel puede llegar todo esto.

Pues te puedo adelantar que ahora mismo estamos viendo la posibilidad de hacer un documental sobre toda esta investigación, porque tiene una gran parte científica. Estamos viendo la posibilidad de usar electrodos y demás para ver qué pasa. Si hay variaciones en las personas o no que lo llevan cabo.

Y también queremos trabajar en la experiencia personal contada a través de la persona que recibe ese regalo y analizar si depende de su nivel de capacitación que tenga o su nivel de experiencia con el mundo mindfulness.

"La música no entiende de tus paranoias mentales"

Hemos comprobado que ha habido gente que viene como un poco predispuesta y tal, pero también lo he hecho en sitios donde no y da lo mismo. Hay una parte del taller donde se le pide a la gente que piense en alguien que necesite una energía y hemos tenido un montón de respuestas de esas personas llamando y diciendo que ha habido un efecto.

Por ejemplo, hay una pieza musical en el que no digo nada y lo toco para después pedir que me responda qué les evoca o dónde les lleva. Y la mayoría de la dice "me he visto en la guardería cuando yo me ponía a jugar en la arena" o "me ha traído recuerdos de cuando mi abuelo venía a recogerme al colegio, a la guardería o al colegio cuando pequeño" y el tema es Bedallama, que está dedicado a mi niña en el disco, y consigue ponerte en contacto con ese niño que está todavía ahí dentro. Que sigue estando ahí, pero no lo echamos en cuenta.

Los artistas pues siempre estamos muy pendientes a eso porque el que mejor toca es el niño ese que está ahí dentro. Cuando escuchas un Keith Jarrett, por ejemplo, te das cuenta de que está haciendo unas armonías super complejas, pero la melodía la está haciendo a nota pelada y, si la escuchas bien y aprendes a escucharlo bien, te das cuenta de que lo hace como lo haría un bebé. O sea, sin intención ninguna.

"El feedback de los talleres siempre ha respondido más allá de lo que esperábamos"

Y así resuena la música de una manera diferente, porque no estás poniendo ninguna intención. Siempre nos han dicho "tienes que poner tus sentimientos", pues ahí la estás cagando, porque estás poniendo tus paranoias mentales y tus sufrimientos. Y la música no entiende de tus paranoias mentales.

Tienes que sentir lo que está ocurriendo, pero no poner tus sentimientos. Son cosas diferentes. Y ser consciente de qué voy sintiendo y por qué lo voy disfrutando a la vez que alguien lo está escuchando. Te conviertes en una especie de espejo con la persona que te está escuchando tocar y entra en contacto con esa vibración.

De hecho, queremos investigar científicamente qué efectos tiene eso. Pero realmente nosotros siempre que hemos hecho un taller hemos pedido el 'feedback' y la gente ha respondido más allá de lo que nosotros esperábamos.

No tenemos un espacio fijo. Por ejemplo, el día 21 de septiembre vamos a hacer uno en San Ambrosio, en Stone Pine Eco Gampling a las ocho de la tarde con un aforo limitado a 40 personas y 40 euros de coste de inscripción, en el que después de taller también vamos a tener una fiesta flamenca.

Además de ese taller, vamos a estar también en el Levante por la zona de Alicante y en Huelva hay varios estudios interesados donde estaremos próximamente.