Martina Velarde (Podemos): "Decidieron sacarnos del mapa porque molestamos al PSOE y a los poderes"

"Me hace gracia que algunos repartan carnés de andalucista", señala la diputada en esta entrevista, una de las cuatro en el Congreso de la formación morada, muy crítica con el Gobierno de Moreno, "un fabricante de desigualdad". Sobre su masivo acoso en redes: "Llegaron a ofrecer bitcoins por datos de mi domicilio"

Martina Velarde, en un pasillo del Parlamento andaluz, adonde acudía este miércoles para la entrevista.
Martina Velarde, en un pasillo del Parlamento andaluz, adonde acudía este miércoles para la entrevista. MAURI BUHIGAS

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De Rota al Congreso pasando por Granada y Córdoba

Martina Velarde (Rota, 1979) es diputada por Granada en el Congreso, dentro del grupo mixto, tras el abandono de Podemos de la coalición Sumar en diciembre de 2023. Nació y creció en Rota hasta que se fue a estudiar a la Universidad de Granada la carrera de Derecho, donde empezó a trabajar. Posteriormente, pasó a un despacho de abogados en Córdoba, desde donde daría el salto a la política. Un comienzo que reside en las plataformas por el derecho a la vivienda, haciendo asesorías jurídicas para ayudar en situaciones vulnerables. Pero siempre con Rota dentro, origen también de Teresa Rodríguez, porque el mundo, y la política, son un pañuelo. "Hasta que surgió Podemos, me sentía huérfana políticamente". Y entre sus motivaciones, hay una reciente y dolorosa, "la pérdida de un familiar tras un proceso de enfermedad en la sanidad andaluza. Hubo un fallo en el diagnóstico; las políticas de Moreno Bonilla y del PP matan, y esa es la verdad".

La izquierda no ha parado de vivir momentos de cambios de rumbo, rupturas, en la última década. Usted sigue en Podemos. Mucha gente que no sigue la política en el día a día continúa confusa entre siglas y batallas. ¿Qué ha ocurrido estos años?

Hay que remontarse a cómo empieza Podemos, que sufre desde el principio una campaña de desprestigio brutal por parte de los medios y de los jueces, que abrieron causas con informes como el que presentó un periódico y era absolutamente falso. A partir de ahí, una cacería con más de 30 querellas contra el partido y sus dirigentes. Ahí empieza el camino. Luego, es verdad que al ser un partido joven, empezó muchísima gente nueva y no todos tenían las mismas aspiraciones políticas para mejorar la vida de la gente. Hay gente que quería mejorar su propia vida, eso está claro, y lo vivió como un trampolín. Lo tengo que decir así de claro en casos como el de Errejón, que si no ganas unas elecciones internas, te vas.

A partir de ahí, cada uno se ha ido posicionando en lugares que tienen más de interés personal que político. En la legislatura en que estábamos en el Gobierno, no había problema, convivíamos cuatro partidos políticos. Pablo Iglesias en un momento dado entiende que debe pasar a un lado y entiende que la mejor figura política, que ha recibido mucha admiración pero también mucho ocio, es Yolanda Díaz. Pues al final se convirtió en crear un partido nuevo, Sumar, que no sabemos bien qué es, y destruir todo lo que se había hecho. A mí me cansaba muchísimo cuando solo era votante. Entiendo que a la gente le agote, pero hay mucho de irresponsabilidad política, en lugar de seguir la senda de la unidad en la que ya estábamos dentro del Gobierno. Han decidido sacarnos del mapa porque molestamos a los grandes poderes y al Partido Socialista.

Podemos es hoy la única fuerza estatal con representación que no está en el Gobierno. Eso, estratégicamente, tiene sentido, comunicar a la gente que hay formas desde la izquierda de hacer cosas diferentes a las que decide el Gobierno de Pedro Sánchez.

No es eso, porque dentro del Gobierno éramos igual de críticos, dando la batalla al PSOE, que a muchas leyes les quitaba el contenido. Desde fuera, hemos conseguido algunos acuerdos para que algunas leyes sean más ambiciosas. Hemos venido a trabajar. Y si no podíamos hacerlo dentro del Gobierno cuando éramos socios, lo hacemos ahora desde fuera, para cambiar la vida de la gente. Hemos logrado evitar el recorte de las cotizaciones a mayores de 52 años, o que no se pueda desahuciar a nadie hasta 2028. Estamos ahí para seguir dando la batalla. Podríamos haber venido a quedarnos el tiempo que fuera y olvidarnos, pero estamos trabajando. Lo más peligroso en política es no querer trabajar.

"Moreno Bonilla es un fabricante de desigualdad"

Siendo diputada y andaluza, ¿cómo ve Andalucía y la gestión de la Junta?

Pienso que el discurso de Moreno Bonilla sobre la igualdad es hipócrita y cínico. Yo pregunto por la igualdad de los andaluces. Tiene legitimidad para hablar de financiación con Pedro Sánchez. Pero parece que acaba de llegar. Lleva seis años en la Junta y tiene la suerte de que en cuatro de esos años, Podemos estaba en el Gobierno, porque gracias a eso ha sido el presidente andaluz que más financiación ha recibido, tanto en presupuestos como por fondos europeos. Porque lo hemos peleado, yo lo he hecho como diputada andaluza. Sin embargo, devuelve 120 millones al Gobierno de la escuela pública de 0 a 3 años. No utiliza instrumentos de recaudación del estatuto, y deja de recaudar 1.400 millones del 1% más rico de los andaluces.

Ahora vemos el troceamiento de contratos del SAS, mientras sigue un millón de andaluces en listas de espera. Nosotros vamos a denunciar esos contratos para que se abra una investigación. Sería el caso más grave de corrupción de Moreno Bonilla, como ya tuvimos el caso de las mascarillas en la Diputación de Almería. ya digo, es el presidente más financiado, se cumple la financiación por peso poblacional, y deja de ingresar ayudas como la renta mínima. Es un fabricante de desigualdad.

En el Parlamento andaluz, sigue adelante el acuerdo entre Podemos e IU y otras fuerzas, el que se ha roto a nivel estatal. 

En Andalucía y el resto de parlamentos se ha mantenido. Por responsabilidad política, sabiendo que a menudo nos infrarrepresentaban en nuestra propia coalición. Pero viendo lo que pasa en Europa, con el auge de la derecha, tenemos que hacerlo. La coalición en Andalucía es anterior a Sumar, aunque el primer ensayo de eso se realizara aquí.  Ahora, en el grupo hay un cambio en las portavocías. Seguiremos, por el bien de Andalucía, trabajando en el Parlamento contra las políticas de Moreno Bonilla.

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Velarde, frente al Hospital Virgen Macarena, junto al Parlamento andaluz.  MAURI BUHIGAS
Ahora mismo, utilizando una palabra que ha empleado mucho Podemos, parece que la derecha es hegemónica en Andalucía. ¿Eso puede cambiar?

Sí. Aunque Moreno sea la cara amable y moderada del PP, es la misma derecha que Ayuso, aunque con menos aspaviento y menos incoherencia tan sonada. Desmantela lo público, la sanidad, la educación, no cumple la ley de vivienda y no regula el alquiler... Lo vemos en zonas tensionadas de Málaga, Cádiz y Granda. Hay un millón de personas en listas de espera, no avanzan en pruebas diagnósticas, da contratos a amigotes en sanidad y educación privadas. Eso es el PP creando desigualdad. Hay un caladero de descontento y la cara de moderado no dura siempre.

A menudo, se produce la reflexión de si los diputados del Congreso son de su circunscripción, o si al entrar en un grupo político lo son de todo el país. ¿Qué se puede hacer desde el Congreso como diputada por Andalucía?

Muchísimas cosas, en el Congreso y también en Europa. Hablamos del campo andaluz, de las macrogranjas fotovoltaicas instaladas por empresas que no tributan en Andalucía. Ahora, desde el Congreso, estoy defendiendo la singularidad andaluza de la que habla el Estatuto de Andalucía, ese por el que salieron mis padres y mis abuelos a la calle. Como diputada dentro del Gobierno, estuve trabajando para que se cumpliera con esa financiación del peso poblacional por primera vez. Ahora hemos llevado iniciativas para recurrir la ley del suelo andaluza, pero me la han tumbado PSOE, PP y Vox. 

"Llegaron a ofrecer criptomonedas para obtener información de mi vivienda y mi familia"

¿Cuál es el futuro de Podemos?

Estamos trabajando en la construcción del partido a nivel territorial. Los compañeros de Jaén acaban de abrir una oficina para la gestión del Ingreso Mínimo Vital, para ayudar a la gente. Algo que hacen ya en Sevilla, unos compañeros que son referencia a nivel estatal. Ayudamos con la burocracia a mujeres que han sufrido maltrato, y estamos en contacto con la sociedad, en sintonía con la población para esa construcción. Trabajamos desde los barrios mano a mano, con el horizonte de gobernar, de tener fuerza suficiente para ello. Vemos el auge de la extrema derecha y creo que lo que más puede aportar Podemos a este país es ser una herramienta de cambio.

Hay mucha gente que se siente cómoda en la oposición para criticar todo, pro la valentía en política es gobernar. Nosotros nos hemos ido a la oposición para arrancar de alguna manera. A mí me dice mucha gente, incluso que no nos vota, que en un año se ha notado una diferencia abismal respecto a cuando estábamos. El discurso de la inmigración de PP y Vox se lo está comprando el PSOE, al igual que prefiere el de la patronal frente a los trabajadores. Si adoptas el discurso de la extrema derecha, le pones una alfombra roja.

Sobre ese futuro de Podemos, parece que hay un movimiento de abrazar más el andalucismo. ¿Desde la ruptura con Teresa Rodríguez ha cambiado algo?

Me hace gracia ese relato sobre el andalucismo. Yo conseguí en el Congreso mejor financiación para Andalucía. Que me digan si eso no es andalucismo. Recurrir la ley del suelo de Moreno Bonilla es andalucismo. Sobre ese relato de 'somos más andalucistas que nadie'... ¿quién ha dicho que yo no lo sea? No me califican las palabras, sino los hechos. Si me han hecho una campaña de acoso en redes, ha sido por molestar en el Congreso, siendo valiente, hablando de Andalucía. La campaña fue sobre un vestido que me había puesto más veces, y salieron un montón de ultras cuando llevaba propuestas de Andalucía. Soy diputada por Granada y me reúno con colectivos de Granada y de toda Andalucía. Si alguien quiere repartir carnés de andalucista, pues me da la risa. Está bien el relato político, pero que me digan qué han hecho por Andalucía en estos años aquellos que se autodenominan andalucistas frente a lo que hice y hemos hecho en el Congreso. Tuve que irme de Rota por trabajo y he hecho lo posible en mi vida por currar en Andalucía, para eso he trabajado como una jabata. 

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Martina Velarde, durante la entrevista.  MAURI BUHIGAS
Sobre ese caso machista en redes, parece que, en parte, le está tocando recibir mayor crueldad desde que perfiles como el de Irene Montero ya no están en la exposición que estaban en el pasado.

El acoso en redes empezó en 2020, cuando se hizo viral un video contra las políticas del Gobierno andaluz de entonces, con Vox y el Partido Popular. Allí tuve amenazas de muertes. En Telegram había una página sobre cómo acabar en mi vida. Llegaban a dar criptomonedas a quien diera información de mi domicilio, el de mi familia. Eso fue en 2020. A partir de ahí, Okdiario ha dado varias noticias falsas poniendo en mi boca cosas que no digo, porque tiene bastante fijación. Además, en el Congreso, hay acreditado un fascista como Vito Quiles que no es periodista y ya pedimos a la presidenta del Congreso que retirara la acreditación. En el chat de su amigo Alvise se me puso en la picota, y desde ahí, cientos de mensajes machistas, vejaciones, fotos manipuladas, llamándome puta, yonki, zorra. Fue cuando hable de las palabras de Esperanza Aguirre con el ataque al acento andaluz. Pues los que se quejan del burka nos quieren poner uno.

¿Cómo se para la llamada máquina el fango?

Para empezar, sin la connivencia de los medios de comunicación y de los jueces, que abren causas por nada. Mientras, si denuncio una amenaza de muerte, la Policía me dice que se archivará porque habrá que ver si encuentran a la persona. Tenemos una ley mordaza para juzgar muy rápido, pero si toca que denuncie la izquierda, la vara de medir no es la misma. La máquina del fango se paraliza sin un Consejo General del Poder Judicial con fascistas, y así lo voy a decir. Y si tenemos a Ana Rosa hablando todo el día de inmigración y ocupación, así se ve en el CIS. El borrador que presentó el presidente no se materializa. Queremos que lo presente. Y debe tumbar la Ley Mordaza, eso para empezar. Pero por mucha regeneración, el delito de odio ya está en el Código Penal, lo que hay que hacer es llegar hasta el final. Soy la primera defensora de la libertad de expresión, pero si hablamos de discursos cada día contra los derechos humanos, los migrantes, las personas vulnerables, las personas trans, las personas LGTBI y en contra de las mujeres, pues hay que tomar medidas ya.

Sobre el autor:

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Pablo Fdez. Quintanilla

Subdirector de lavozdelsur.es. Graduado en Derecho por la Universidad de Cádiz, licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria en cabeceras de Grupo Joly, con varios años de experiencia también en empresas de marketing.

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