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No es una novela dramática ni una ficción romántica, pero tampoco una costumbrista. "Hay escenas de drama, de amor y se narran las costumbres de los pueblos de la comarca, son episodios que han sucedido de verdad", explica Cristóbal Romero Gandolfo, autor de Sueños de gloria y libertad (Círculo Rojo, 2024). El interés por la historia de Jerez, llevó a este conocido exedil, activista y cofundador de Cedown a escribir una novela que se desarrolla en la ciudad decimonónica, aquella que vio nacer a Ramón de Cala y Barea, el único personaje no ficticio que aparece en el libro.
"Podría haber hecho algo más fácil, es un mundo muy complicado por las fuentes y la cantidad de datos que se barajan", explica el autor, que ha incluido un prólogo donde introduce al lector en el "turbulento" contexto social y político de la época. "Era necesario para que el público encaje la novela, que se desarrolla en un dilatado periodo desde mediados del siglo XIX hasta principios del XX", añade. El libro, que cuenta las andanzas de un tal Pedro Spínola y su esposa Teresa, habla sobre el auge del negocio vinatero, pero también de las vergüenzas, el clasismo, y las contradicciones de un Jerez con una aristocracia aburguesada y una burguesía incipiente, rodeada de una gran masa de obreros industriales y jornaleros adscritos a movimientos libertarios y revolucionarios.
"Cada vez que he tenido un poco de tiempo libre, me he puesto a investigar... el siglo XIX es un siglo espectacular, que ha sido una mina para gente de fuera que lo ha descubierto, pero no para gente de Jerez y con mis inquietudes, eso no podía ser", dice sobre el proceso de reflexión y redacción que le llevó a la autoedición de la novela. Cristóbal, que ha utilizado dos imágenes adaptadas del pintor Julio Rodríguez para ilustrar la obra, presentará la novela el próximo miércoles 13 de noviembre a las 18:30 horas en los Claustros de Santo Domingo junto a Pepe Castaño.
La historia de la familia Spínola y de los personajes que salen en el libro incluye a Nachito, hijo de ambos —excluye de llamarlos protagonistas porque el verdadero protagonista tiene que descubrirlo el lector—, un tal Juan María Vadillo y su hermana María, la inclusa María Magdalena Expósito, una gitana llamada Agustina Monge, el presbítero Lucio Maldonado, y desvalidos, jornaleros, anarquistas, republicanos y emprendedores varios.
"El narrador dice que Jerez era un navío que surcaba mares impetuosos, a impulsos del ferrocarril, la traída de aguas (del Tempul), la lucha y represión jornalera y la supervivencia a revoluciones como la del año 54 y la Gloriosa, el Motín de las Quintas, la Primera República o la Restauración", dice el autor, sin olvidar a los "mártires de Jerez", en referencia a los procesados por la "ingeniada" Mano Negra. "Se trata de una disertación sobre el poderío y la soledad, con una boda de tronío, de toros y caballos, amor, desamor, orden y castigo, dudas, desalientos, placeres libertinos y la añorada libertad y fraternidad de los líderes revolucionarios contra el poder eclesial y los contrarrevolucionarios", añade.
Entre sembrados de trigos y viñedos, barcos, regatas, y escenarios tan ideales como la propia Alameda Vieja, uno de los lugares más importantes de la novela donde también se desarrolla esta entrevista con lavozdelsur.es, Sueños de gloria y libertad "fantasea con una conquista de un mundo mejor", en referencia al mensaje societario, la defensa de la mujer "sometida al patriarcado" y la de los "desfavorecidos, donde encuentra el desconsuelo". "Es una continua convulsión y progreso, poder y celebridad con tragedia, virtud, ideología y fe, un lugar donde sobrevivir, un Jerez que pasó de ser una ciudad de tendencia monárquica y conservadora a republicana y progresista", explica, lamentando un "afán de cambio social" en el que "a posteriori perderían los de siempre". "Cada personaje tiene su razón de ser, son la representación de una sociedad rica, variopinta y plural", concluye.
Edil durante 12 años y cofundador de Cedown, asociación donde va la recaudación del libro
No es el primer libro que Cristóbal Romero Gandolfo (Jerez, 1952) escribe, pero probablemente sí es el que más trabajo le haya costado concebir. "No ha sido nada fácil, he gastado demasiado tiempo", dice sobre el proceso de documentación, escritura y publicación de Sueños de gloria y libertad (Círculo Rojo, 2024). A pesar de que Cristóbal ha investigado y escrito un libro de poemas y varias obras, como una muy consultada donde abordaba la historia de las cofradías —Semana Santa en Jerez de la Frontera (1977)—, y dirigió la revista cultural Xera (1978), nunca había experimentado con el terreno de la ficción.
Enamorado de su ciudad y de sus contradicciones —en la novela se aprecia las notables diferencias entre clases sociales—, decidió embarcarse en una ficción histórica para fusionar su pasión por la investigación histórica con el relato de una familia de los tiempos en los que Jerez fue la tercera ciudad más rica de España, con un quinto de las exportaciones del país. "La reina quería mucho a Jerez por lo que aportaba a las arcas públicas", dice tajantemente. La vida de Cristóbal cambió cuando nació su hijo Marco Antonio, con síndrome de Down, hecho que le motivó a cofundar con otras familias jerezanas la asociación Cedown en 1996. Fue en aquel momento cuando se apartó de la política, y se centró en el asociacionismo y el activismo, donde desde hace muchos años es una figura reconocida en la ciudad.
"Empecé a valorar el tiempo y su educación, en esa época los parámetros de mi vida cambiaron, empecé a tener otra visión de cómo hacer las cosas", recuerda. La tirada inicial de 300 libros, de los que treinta se ha quedado la editorial, va íntegramente a Cedown, según explica el propio autor. "A ver si los vendemos todos, yo tengo los pies en el suelo", comenta el que fuera concejal durante doce años en la ciudad.
Romero Gandolfo formó parte del PSA y PA, siendo concejal con Pedro Pacheco como alcalde, desde 1983 a 1995, además de diputado provincial en la corporación 1987-1991, y un destacado activista y voluntario en los movimientos sociales. Ahora, algo cansado de los vaivenes y desencuentros políticos, llama a la unidad en una ciudad que parece tener urticaria al pacto. "No se ponen de acuerdo en nada, no trabajan por Jerez", lamenta. Poco o nada que ver con el Jerez que le tocó vivir de joven y cuando entró a la política, en el que a pesar de las diferencias políticas, había ideas y proyectos contrapuestos en gobierno y oposición, así como un contrapeso del movimiento asociativo y vecinal.
"Jerez ya no tiene industria, ¿cómo vamos a vivir exclusivamente del turismo? No puede ser la única fuente de ingresos", lamenta el autor, que en su novela cuenta una época tan revolucionaria como contrarrevolucionaria, un periodo histórico en el que la ciudad tuvo un papel importante gracias precisamente a su bonanza económica, derivada del auge industrial y de la inversión extranjera, algo que considera paradigmático. "Los empresarios de aquella época tenían una visión increíble del mundo. De todas formas, parece ser que los jerezanos no nos hemos tenido estima históricamente, siempre son gente de fuera la que hacen las cosas aquí... de hecho, el Jerez-Xérès-Sherry llego a ser lo que fue gracias a que británicos y franceses vinieron a hacer negocio y darlo a conocer", lamenta. En esa línea, piensa que no hay otra solución para la ciudad que retomar el camino industrial que quedó en el olvido de la mano de los propios jerezanos y ante un Jerez que se aproxima exclusivamente a vivir del turismo y del sector servicios. "No nos queda otra", dice.
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