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Oskar Martín (UGT-A): "No vemos puntos de encuentro con la Junta en temas como vivienda o sanidad"

El recién elegido secretario general de la UGT en Andalucía habla sobre la situación que atraviesan las relaciones sindicales con el Gobierno de Juanma Moreno y las líneas de actuación de su organización

Oskar Martín, secretario general de UGT Andalucía.
Oskar Martín, secretario general de UGT Andalucía. MAURI BUHIGAS
21 de marzo de 2025 a las 21:01h

Malestar con el Gobierno andaluz

Cuando a Oskar Martín (San Sebastián, 1973) se le pregunta por su relación con Juanma Moreno se le escapa una pequeña risa irónica. Desde que llegara en 2023 su trato con el presidente de la Junta de Andalucía ha sido cordial. Recientemente, su organización ha celebrado la aprobación de la Ley de Participación Ciudadana. Sin embargo, Martín llegó en 2023 con un Pacto Económico y Social recien firmado por su antecesora, Carmen Castilla, en San Telmo. Ahora, que acaba de ser reelegido casi dos años después, muestra desazón porque el cumplimiento de aquel documento apenas avanza.

Unas relaciones que se complican aún más en el ámbito sanitario. UGT se ha convertido en una de las organizaciones más críticas con el estado del Servicio Andaluz de Salud. Por ello, su secretario general reivindica con entusiasmo la manifestación que se celebrará en Sevilla el primer fin de semana de abril. "Hay que apostar por lo público", afirma.

 

 
Pregunta. Acaba de ser reelegido un año y medio después de sustituir a Carmen Castilla. ¿Qué salud tiene UGT en Andalucía?

Respuesta. En términos de salud sindical la organización está en un buen punto de fortaleza. Hay varios indicadores que lo demuestran. Uno es la afiliación, que se mantiene con el tiempo. Otro, más sintomático, es la aportación de la cuota sindical con la que se sufraga la estructura del sindicato y sus políticos. Gracias a estas cuotas se negocian los convenios colectivos que son de ámbito de aplicación general para todo el mundo, no solo para los afiliados.

Esa es una reivindicación que llevamos tiempo haciendo al Gobierno para que no sean solo los afiliados, en este caso de UGT, los que tengan que pagar el diseño y los costes de la consecución de los objetivos en los convenios sindicales. Además en 2024 hemos incrementado el número de delegados en Andalucía. Es una subida relevante en unos tiempos difíciles porque la política ha tomado una deriva negativa en la que se critica y desvalora la acción de los partidos y los sindicatos y el resto de elementos que represente cohesión y sean pilares de la democracia.

P. Entiendo que le molesta el discurso que va contra los sindicatos y que se centra en las subvenciones.

R. Sí. Los sindicatos de clase rezan en el artículo 7 de la Constitución española. Se les da un papel predominante en la defensa de los derechos e intereses de la clase trabajadora. Pero además, participa de manera general en la defensa de los derechos de carácter transversal de todos los ciudadanos. También tienen ese papel los partidos. Relevarlo a un nivel mínimo o desvirtuarlo es hacer un flaco favor a la democracia.

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Su llegada se produjo en 2023, cuando sustituyó a Carmen Castilla.    MAURI BUHIGAS
P. ¿Se ha tomado la reelección como una continuidad o tiene previsto cambios?

R. Tras un tiempo de adaptación, mi comisión ejecutiva regional y yo hemos hecho una serie de reflexiones y replanteamientos sobre hacia dónde tiene que ir el sindicato. Porque a pesar de que somos un gran sindicato, con casi 140 años, nada es eterno. Todo está condicionado a la supervivencia y a la adaptación de las circunstancias que tenga la clase trabajadora.

Hemos hecho un análisis en el que hemos valorado la situación y visto nuestros puntos débiles para ver los espacios de mejora y hacia dónde tenemos que trabajar. Hay puntos que nos animan a remangarnos y trabajar para fortalecer el diálogo social. Es un elemento clave y nos jugamos la capacidad de demostrar, con la consecución de objetivos, a los trabajadores la capacidad de interacción y de consecución con la política.

Un punto importante son los jóvenes. Hemos firmado un plan de empleo con la Consejería, pero queremos crear una cantera de jóvenes sindicalistas para fortalecer y darle la esencia real al sindicato y participen de manera activa porque dentro de unos años muchos de los que estamos abandonaremos las responsabilidades. Esta apuesta la vamos a hacer con convenios con las universidades públicas.

"Andalucía tiene que crear su propio espejo; nuestro modelo productivo no es el de Euskadi"

P. Usted es del País Vasco, donde hay un tejido asociativo y sindical muy fuerte. Es una comunidad con un gran número de huelgas. ¿Tiene que mirarse Andalucía en ese espejo?

R. Andalucía tiene que crear su propio espejo porque ni la situación geográfica, ni la dimensión territorial, ni el modelo productivo de Euskadi es el mismo. Andalucía tiene grandes potencialidades que no tiene el País Vasco a pensar de que técnicamente al Pais Vasco se le ha ido dotando de una infraestructura industrial por decisiones políticas, que han ido en perjuicio de Andalucía.

En Andalucía tenemos puesto el objetivo de seguir trabajando en el cambio de modelo productivo aprovechando la situación geográfica para las energías renovables. Hay que apostar por la industrialización y la atracción de inversión porque tenemos que acercarnos al 20% que marca la UE. Estamos trabajando en ello desde el sector aeroespacial, que está dejando buenas cifras, el sector hostelero, que tiene buenas cifras pero hay que mejorar las condiciones de trabajo, y las energías renovables que están dando un impulso al cambio de modelo productivo. El sector agrario también es prioritario y necesita una implicación exigente de los empresarios con mejores condiciones.

P. ¿Cómo se lleva con Juanma Moreno?

R. La relación que tenemos es de intercambios de ideas, de disputa y, si cabe decirlo, de pelea, porque no encontramos los puntos de encuentro necesarios que tendríamos que encontrar en cuestiones importantes como las listas de espera o la atención primaria, que está bloqueada y los usuarios y profesionales no paran de quejarse. 

Necesitamos gestores más profesionales con un punto de conocimiento profundo de lo que existe en la sanidad para que la nefasta política de personal que se está viendo hasta ahora y el distanciamiento con los estándares de calidad se pueda corregir. Hay que apostar por lo público.

P. ¿En qué punto se encuentra el Pacto Social y Económico?

R. Se encuentra en una situación de mucha desazón. Este 2024 ha sido preocupante por la indiferencia de ese diálogo social. En muchos casos las mesas de diálogo ni siquiera se han llegado a convocar. Falta compromiso con la transparencia y la participación. El diálogo social es un pilar esencial. Cuando no se hace, la ciudadanía pierde confianza en las instituciones.

En el Pacto Social había doce medidas urgentes, una era el pacto por la Atención Primaria con 20 puntos pactados en 2023 y a día de hoy no se ha finalizado casi nada de lo acordado. Así difícilmente vamos a poder reforzar el nivel asistencial y corregir el desequilibrio del presupuesto. El 5 de abril vamos a tener una gran manifestación para reivindicar las cuestiones que no se han cumplido.

Luego el bono familia sí se ha cumplido, pero para el bono carestía hay 17.177 familias vulnerables con menores a cargo que aún están a la espera. Luego una asignatura importante es la siniestralidad laboral. La Consejería de Empleo ha rechazado nuestra propuesta clave, la creación del delegado territorial, que ha funcionado en otros lugares y podría ayudar a que se reduzcan las muertes.

P. ¿Por qué lo ha rechazado la Junta?

R. Porque necesita un capítulo especial con una adenda económica de 2 millones de euros. Lejos de incrementar, lo que han hecho ha sido reducir el capítulo de prevención y seguridad en el trabajo entre un 12 y un 14% estos dos últimos años.

"A la vista está que nuestras medidas no están siendo consideradas y parece que las de la patronal van con velocidad de crucero"

P. ¿A la Junta le cuesta menos trabajo cumplir lo que afecta a la Patronal que lo que afecta a los sindicatos?

R. A la vista está que nuestras medidas no están siendo consideradas y parece que las de la patronal van con velocidad de crucero. Nosotros lo que sí decimos es que no hemos firmado la estrategia de salud en el trabajo 2024-2028 porque son continuistas y haciendo las mismas políticas vamos a tener los mismos resultados.

P. Entiendo que para ustedes esta situación es de desplante. ¿No merece una respuesta más firme por parte de los sindicatos? 

R. El toque de atención que se va a procurar escenificar con acierto va a ser la manifestación que va a poner de manifiesto que el elemento más importante para la sociedad, la salud. Vamos a ser capaces de posicionarnos para dar ese mensaje claro y contundente a la administración y entiendan de una vez que hay un problema que hay que analizarlo.

Para saber de qué deficiencias partimos deberíamos hacer un gran diagnóstico para que a partir de ahí, la propia administración, con los sindicatos podamos aportar el diseño, el plan y la estrategia para intentar reconducir los errores del sistema sanitario. Lo que queremos todos es solucionar una de las cuestiones más importantes del estado de bienestar. 

P. A usted también le ha tocado lidiar en su etapa como secretario general de UGT con sentencias y titulares muy duros con su organización. ¿Cómo se lava la imagen de UGT?

R. Con humildad, mucho trabajo, análisis, nuevas ideas y con el pensamiento de que el sindicato tiene que estar cerca de la gente y para lo que necesite la gente. Esa es la clave de nuestra organización y con esa actitud pretendemos que la gente se sienta más cercana para ver en qué podemos ayudarles. Esa es la pócima mágica para que el sindicato funcione y salve los escollos tan importantes que han aparecido en el camino.

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Martín avisa a la Junta de que habrá movilizaciones si no se cumplen los acuerdos.    MAURI BUHIGAS
P. ¿Entiende que exista desafección hacia los sindicatos de clase?

R. Sí, pero no solo hacia los sindicatos. Yo también he estado fuera y la imagen que tenía no era la misma. Pasa con los partidos y las organizaciones, pasa con todo. Y además se ha agravado por los discursos de determinados grupos políticos que deterioran y atacan lo que hemos construido en el ámbito democrático. Hay quien lo quiere dinamitar y hacer volar esa construcción nacional de paz, libertades, respeto e instituciones. Hay que tener cuidado porque es lo que sustenta el país y si no inoculamos esa vacuna contra la barbarie podemos encontrarnos con situaciones muy peligrosas que ya sufren otros países.

"Algunos economistas con augurios negros deberían ser más prudentes y responsables"

P. Usted ha insistido en la necesidad de que se reduzca la jornada laboral. Recientemente ha habido avances, pero también sabe que actualmente es de 40 horas y hay gente que trabaja más. ¿Qué va a cambiar?

R. La reducción de jornada ha sido una bandera de UGT. Es cierto que hay trabajadores que trabajan más de 40 horas. Actualmente la media está en 38,20 y el servicio público en 35. Hay una disparidad de situaciones. Nosotros planteamos dos cuestiones. Una es que después de 40 años, con una transformación integral de las empresa y la sociedad, ha llegado el momento de repartir. Quizás no en términos económicos directamente, pero sí en términos de tiempo, que es otra forma de repartir riqueza.

No puede haber una parte que tenga la capacidad de disfrutarlo todo y otra que esté sin beneficios. Ahí planteamos la reducción que tendrá que acordarse entre Gobierno, sindicatos y a ser posible por los empresarios porque también son importantes en la negociación. Luego tenemos un objetivo más ambicioso que es acercanos a las 32 horas semanales. Ahora choca, pero tenemos que seguir avanzando y lo vamos a conseguir.

Decían que con la subida del SMI se iba a generar desempleo y conuna subida del 51% tenemos récord de trabajadores ocupados. Algunos economistas con augurios negros deberían ser más prudentes y responsables.

P. Sigue habiendo muchas familias que lo pasan mal para llegar a fin de mes. ¿No hay autocrítica en los sindicatos respecto a la relación que han mantenido con el Gobierno? Ustedes se han manifestado contra la oposición.

R. La labor de UGT durante estos años de Gobierno de progreso ha sido subir un salario mínimo que estaba hace 7 años en 700 euros y no daba para vivir. Queda un poco, pero estamos cerca de ese compromiso de la carta social europea que habla del 60% de salario medio. Hemos hecho un gran trabajo exigiendo al Gobierno que se cumpla con eso.

Las pensiones con Rajoy tenían una actualización del 0,25%. Para alcanzar el 8,5% de este año necesitaríamos 97 años. Eso ha sido una decisión política impulsada por los sindicatos. La reforma laboral ha sido otro elemento importante donde ha auentado el núero de contratos estables y se les ha dado encaje a los fijos discontinuos. Podemos sacar una lectura muy positiva porque se puede añadir todo lo de la pandemia o la ley rider contra los falsos autónomos, que nace de miles de denuncias de UGT y los jueces nos dieron la razón. ¿Queda camino por hacer? Sí.

"Solidaridad viene a romper de manera negativa la estabilidad y la posibilidad de trabajar en una línea sindical que da buenos frutos"

P. La vivienda.

R. Es uno de los temas que tenemos que seguir afrontando porque la turistificación está expulsando a mucha gente de sus barrios. Hay que apostar por la VPO e impedir que se especule con ella. También hay que hablar de la discapacidad y la discapacidad sobrevenida por miles de accidentes laborales. Cada 10 minutos hay un accidente de cualquier índole en Andalucía. El sector de la dependencia tabién es un sistema que no está funcionando bien. Hay 8.000 personas que han muerto esperando ser atendidos.

En políticas sociales también hay que hacer un trabajo importante y la industria es otro tema que nos preocupa porque necesitamos un nuevo modelo productivo que alcance ese 18%-20%. Esperamos que con las nuevas energías, que se están apostando por ellas, podamos dar pasos certeros para cambiar el modo de vida.

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El secretario de UGT Andalucía durante un momento de la entrevista.    MAURI BUHIGAS
P. Le quiero preguntar por Solidaridad, el sindicato de Vox. Ahora ha elegido a un líder con pasado neonazi.

R. Que un partido político tenga sindicato no es ninguna sorpresa. Eso puede ser positivo. El problema es que la composición de esas estructuras se hagan con una base ideológica fuera de los marcos de la Constitución y de las leyes. Cuando nos vamos a los extremos o, incluso, salimos de ellos, encontramos el fascismo y no es otra cosa que la imposición ideológica, política, a base de la fuerza. A partir de aquí no estamos hablando del mismo tablero de juego.

Solidaridad viene a romper de manera negativa la estabilidad y la posibilidad de seguir trabajando en una línea sindical que da buenos frutos. UGT ha participado durante 140 años en las decisiones más complicadas de este país de mejor o peor forma, pero siempre ha estado con responsabilidad en los cambios y aportando en términos de sociedad, personas y trabajadores. Solidaridad busca dar un mensaje muy sesgado a una parte de sus electorado. Mensajes sectarios y la sociedad no se construye desde los sectario, se construye desde lo universal y el compromiso conjunto de la sociedad.

P. Atendiendo a los vínculos históricos de UGT y el PSOE. ¿Cómo valora la llegada de María Jesús Montero?

R. Muy bien. Es una gran política y lo ha demostrado. Es una mujer muy decidida, con mucha capacidad de trabajo y tiene un factor que lo complementa, conoce muy bien a su tierra. Es sevillana y trianera, ha sido consejera de Salud y de Hacienda por lo que tiene una visión y un análisis de la situación de Andalucía que creo que es muy acertado. Viene con ganas de ser un revulsivo en la izquierda y veremos hasta dónde llega.

P. ¿Le gustaría verla en San Telmo?

R. A mí me gustaría ver en el Palacio San Telmo a cualquier político que quiera cuidar a la clase trabajadora.

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Emilio Cabrera.

Emilio Cabrera

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