Juan Manuel de Prada: "Lo 'woke' son andurriales ideológicos a los que soy completamente ajeno"

El autor termina su gira de presentación de 'Mil ojos esconde la noche' marcándose un Oviedo-Jerez-Alicante, en lo que supone una especie de 'regreso' a primera línea que el novelista no termina de ver claro

Juan Manuel de Prada, en la puerta de la jerezana Sala Compañía.
Juan Manuel de Prada, en la puerta de la jerezana Sala Compañía. MANU GARCÍA

El París de la ocupación, Picasso, bolis... e hipálages

Es curioso. Juan Manuel de Prada nunca se ha ido, como él deja bien claro y es evidente, su obra está ahí, pero existe una cierta sensación generalizada sobre algo así como "Prada ha vuelto". El mero hecho de 'salir' de gira, de recorrer durante mes y medio buena parte del país, el enfoque que le da su propia editorial, las buenas críticas generalizadas incluso en ámbitos que llevan años siéndole hostiles... todo hace pensar que algo de eso hay.

Él, por ejemplo, no se considera ni de derechas ni de izquierdas y sitúa su ideología en un mundo anterior a esta división ideológica de la sociedad. Eso sí, su catolicismo está fuera de dudas, una de las causas, cree, que supusieron lo que el denomina "su expulsión del canon". De Prada tiene un ego importante –bueno, como casi todos los escritores– y estima que no tiene el sitio que debería tener en las letras españolas, que gente con menos valor está más arriba. ¿Viene a reclamar el sitio que cree que le corresponde, ahora ya como escritor maduro, con Mil ojos esconde la noche? Él no lo relaciona directamente, pero por algún sitio habrá que empezar y qué mejor que estas 1.600 páginas en total, todas escritas a boli.

Por lo demás, al menos en esta entrevista, demuestra ser una persona más accesible de lo que parece por la tele y en algunos de sus propios libros. Habla (tangencialmente) de lo 'woke', 'reparte' a Picasso y, sobre todo, a Buñuel (a las personas, no a las obras), tilda de "alfalfa ideológica" cierto tipo de novelas a las que niega la palabra 'literatura'... ah, y reconoce sin mayor dificultad una sinécdoque que es más bien una hipálage, aunque seguramente esa fue para él la pregunta fácil.

'Mil ojos esconde la noche' es una novela de 800 páginas... perdón, no, lo que se ha publicado es la primera parte, la mitad de lo que es la novela real, ya que dentro de unos meses habrá una segunda entrega similar. Parte de la crítica ha definido a la novela como “monumental”. Cuando se aplica ese adjetivo a una obra tan extensa no sé si es positivo, solo descriptivo o teme que pueda encerrar cierta ironía de sus enemigos…

Yo lo entiendo como algo positivo o que se refiere estrictamente al volumen. Claro, es una novela grande, ciclópea, mastodóntica, muy extensa… Eso no quiere decir, nada, una novela de esas dimensiones puede ser buena o mala, se puede escribir Guerra y Paz o un auténtico truño.

¿La división de la novela en dos partes responde a la lógica de la trama o a la lógica del espacio? Lo digo por la división, página arriba o abajo, en dos mitades…

Responde a la lógica de la trama. Hay un ‘hiato’, una conversación entre dos de los personajes, que hace que la partición de la novela resulte natural, tenga todo el sentido que sea justo ahí. Esta parte se desarrolla en el 41, con los alemanes ganando, y la otra va del 42 al desembarco de Normandía, con la Alemania nazi ya perdiendo.

"Trabajando en otro libro encontré [en París] unos archivos policiales sobre las andanzas de artistas españoles, una golosina"

Estamos ante una historia de refugiados españoles, básicamente de artistas y escritores, que existieron realmente en el París de la ocupación alemana… ¿Se trata de una historia que usted, de alguna manera, llevaba años dándole vueltas a la cabeza o, de repente, leyendo, viendo una película o, no sé, una serie, ha dicho, vaya, esto puede ser interesante para una novela?

A ver, sí… en primer lugar hay que aclarar que algunos de esos españoles no eran refugiados, en absoluto, llevaban años viviendo en París, como Picasso u Óscar Domínguez. Otros, caso de César Ruano, querían vivir la experiencia de la ocupación y, sí, la mayoría eran republicanos que habían huido… Respecto a lo que es en concreto la pregunta, le diré que, de alguna manera, se trata de las dos cosas. Es una novela absolutamente independiente, pero el personaje que es la voz de la novela, el falangista Fernando Novales, ya fue protagonista de mi novela Las máscaras del héroe y yo quería escribir algo sobre la Guerra Civil, sobre los escritores falangistas, sobre su vida en Salamanca y Burgos, pero fui postergando la idea. Hace unos pocos años escribí la biografía de Ana Martínez Sagi, con la que me doctoré en Filología, una vida espectacular, la verdad… Resulta que trabajando en esta biografía tropecé con unos archivos policiales maravillosos sobre las andanzas de los artistas y escritores españoles en París, toda una golosina que no esperaba… Esto me despertó recuperar a Navales, pero ya en estos años posteriores a la Guerra Civil española, un tema, por lo demás, bastante virgen…

Juan Manuel de Prada, con un ejemplar de su última novela.
Juan Manuel de Prada, con un ejemplar de su última novela.  MANU GARCÍA
Entonces tiene usted pendiente una novela sobre la Guerra Civil…

Sí, si gusta esta novela, creo que la escribiré. No ahora mismo, después de escribir una novela tan larga escribiré otra cosa, pero después lo veo muy posible.

Ha nombrado a Picasso, un artista del que está casi todo dicho. En algún momento de la novela se refiere a él como un sádico. A Picasso, qué curioso, le pone usted también en su objetivo, siendo, como es, una pieza de ‘caza mayor’ de cierto tipo de izquierda ‘woke’…

Yo con sádico me refiero a su carácter, su temperamento, las relaciones vejatorias que mantenía con las mujeres… Es una mirada sobre el personaje, no un juicio y menos a su obra. Respecto a lo ‘woke’… son andurriales ideológicos a los que soy completamente ajeno. Las lacras personales de determinados artistas no las tengo en cuenta a la hora de valorar su obra. En Las máscaras fantaseé algo más, aquí son todo hechos contrastados. A Luis Buñuel le gustaba salir a pegar a homosexuales de los que se apostaban en los urinarios públicos acompañado de su entrenador de boxeo, un negro llamado Johnson, pero a mí estos hechos reprobables no me afectan a la hora de valorar Viridiana. Igual me pasa con Picasso.

El lenguaje que utiliza en esta novela es más crudo que en otras ocasiones, menos... hummm, florido, por decirlo de alguna manera… ¿Es una evolución propia o, sencillamente, es el lenguaje que va a la historia?

La escritura debe adaptarse siempre a las circunstancias. La voz narrativa es la de Navales, una persona corrosiva, vitriólica. Puede que el lenguaje sea más crudo, sí, el tono es esperpéntico, claro, es el que va con la historia, una historia que nos narra él...

¿Hay algo del protagonista en usted?

Siempre hay algo, claro, Navales es mi criatura, pero él es nihilista y yo soy una persona religiosa. No es un alter ego, en absoluto…

¿A pesar de que usted también puede tener un humor vitriólico?

Sí (risas), a pesar de eso.

Lleva como mes y medio de gira, algo que creo que no le gusta…

Nada de nada (risas)…

Casi a la manera de una estrella de rock que busca reclamar su sitio en la madurez…

¡Una estrella de rock...! (más risas).

"Triunfé muy joven y por diversas cuestiones, como el hecho de ser católico, fui expulsado del canon"

Déjeme que siga (risas), que me he quedado a medias... Está en una gira de promoción en toda regla; si me permite, ha perdido unos cuantos kilos, está especialmente locuaz… Lo que quiero decir es que aunque usted nunca se ha ido y de hecho tiene una obra bastante prolífica, creo percibir en este momento algo de esta situación: una ‘estrella’ que triunfa muy joven y que, años después, en plena madurez, como es su caso, reclama un espacio central que está convencido de que le pertenece, que no tiene el reconocimiento que se merece. ¿Viene a por ese sitio con esta novela y el esfuerzo personal que está haciendo?

Triunfé muy joven, es cierto, y por diversas cuestiones ajenas a mí fui expulsado del canon. A mí no se me ha enjuiciado por la calidad de mi obra, sino, por ejemplo, por ser católico. Se me ha tratado de manera injusta. Escritores claramente peores que yo han sido premiados, reconocidos… Ahora, gente que ha reconocido que le gusta Mil ojos esconde la noche ha dicho que “empecé fenomenal, pero que luego me dispersé”… es algo falso, se supo que era católico y se me negó el pan y la sal. Yo he seguido escribiendo novelas todo este tiempo, si bien ese mundillo literario decía que no había que leerlas. Ahora, como de alguna manera enlaza con Las máscaras…, veinticinco años después, se han vuelto a encontrar con el escritor. Conmigo. Respecto a la gira, lo hago por la editorial, que ha tenido muchos detalles conmigo, como la publicación de El derecho a soñar, la biografía de Ana María Martínez Sagi, de la que he hablado hace un momento, un libro enorme que estoy seguro de que ha perdido dinero.

Ya sé que usted no se considera de derechas y que incluso reivindica cierta izquierda por la pertenencia de su padre a la clase trabajadora, pero, es evidente que, en su faceta más polemista, siempre se le ha asociado con la derecha…

Yo no soy de derechas ni de izquierdas porque estoy en contra de las ideologías modernas. Para la gente que no me lee, soy de derechas, sí, pero si leyeran lo que acabo de publicar sobre Ayuso y Milei a ver qué pensaban… Yo defiendo el pensamiento tradicional, desde ahí pienso en el ser humano, en la libertad y la justicia. Lo que pasa en que en España, la gente es tan simple que si me opongo al aborto soy de derechas, y si defiendo la dignidad de los trabajadores –y yo vengo de una familia muy humilde–, pues soy de izquierdas. Luego siempre he publicado en el ABC, claro, que me ha aguantado tantos años…

Juan Manuel de Prada, durante su estancia en Jerez.
Juan Manuel de Prada, durante su estancia en Jerez.  MANU GARCÍA
Por cierto, me encanta el papel de su padre, que obviamente tiene que tener cierta edad, en su proceso de escritura, una especie de secretario-primer corrector (Prada escribe sus novelas siempre a mano, a boli, como él dice, y su padre le pasa el texto al ordenador)… ¿Se llevan bien, discuten, es usted un buen hijo (risas)?

Sí, claro que discutimos y creo que soy un buen hijo y él un buen padre (risas). Mi padre, en efecto, de joven fue obrero en Sestao, luego estudió a distancia y se sacó Derecho. Él siempre ha tenido una veta literaria que, de alguna manera, se ha proyectado en mi vocación. Cuando se jubiló –ya tiene 77 años– me propuso transcribir mis obras y ahí seguimos, yo escribo a boli las novelas y él las pasa al ordenador. Los artículos no, los artículos los escribo directamente yo en el ordenador. Él es mi primer corrector, sin duda, va más allá de la simple transcripción. De vez en cuando me dice que no le parece bien la deriva de este personaje o que no le convence esta situación y sí, a veces lo cambio y otras no le doy la razón y discutimos, pero siempre llegamos a un acuerdo…

Unas 1.600 páginas a boli, ufff… No sé si conoce esa expresión que he escuchado alguna vez en las mujeres, la de ‘me duelen los tacones’… ¿A usted le duele el boli?

Pufff, desde luego, claro que me duele (risas).

Los bolis y los tacones... las dos son la misma figura, ¿no? No estoy muy seguro de cual… ¿sinécdoque?

Sí, son sinécdoques... Bueno, también tienen algo de hipálage.

"Tengo móvil, pero sin aplicaciones, no tengo por qué soportar que 50 pelmazos me estén mandando memes todo el puto día"

Para acordar la entrevista le llame a un teléfono fijo, escribe a boli… No sé exactamente, pero me hago una idea de cual es su relación personal con las nuevas tecnologías, internet, etc. ¿Qué me dice de ello y qué piensa del mundo que ‘nos está quedando’?

A ver, yo tengo una actitud crítica ante la tecnología, pero en absoluto negacionista, como dicen de mí los zoquetes de turno. Me aprovecho de los adelantos tecnológicos, lo que pasa es que no estoy dispuesto a estar 6 ó 7 horas diarias delante de un móvil. Tengo móvil, pero sin aplicaciones, porque es que no me interesa… No tengo por qué soportar que cincuenta pelmazos me estén mandando memes todo el puto día. No soy tecnófobo, en absoluto, simplemente pienso que se trata de instrumentos que deben estar a nuestro servicio y que no nos deben colonizar. Eso sí, estoy en contra de la enseñanza en las pantallas, creo que hay que volver a los libros, a la enseñanza sin el ordenador y recuperar la escritura a mano.

Siempre ha habido novelas de género negro, histórico.... ¿Qué le parece la aparición de nuevos géneros novelescos, como la 'novela feminista' o la 'novela racializada'?

Si no hay aliento humano, no es literatura. ¿Cabría denominar de 'literatura juanetuda' a la que escriban personas que padecen de juanetes? Pues eso pienso de términos como 'novelas de negros' o 'novelas feministas'. Son simplemente ilustraciones de doctrinas, alfalfa para gentes adoctrinadas...

"Términos como novelas feministas o novelas de negros son ilustraciones de doctrinas, alfalfa para gentes adoctrinadas"

Bueno, ahora también se habla de 'novela literaria', incluso desde las propias editoriales...

Sí, es triste. Siempre ha habido best-seller, claro, no pasa nada, pero... A ver, en estos momentos existe un interés didáctico, muy directo, una infiltración ideológica evidente. Y a veces creo que las editoriales se equivocan en la promoción usando esos términos un tanto simplistas.

Estamos en Jerez, en Cádiz... ¿Se le ocurre así, sobre la marcha, algún cameo de alguien de aquí, de alguna figura histórica, por ejemplo para esa novela que tiene pendiente sobre la Guerra Civil?

Pues... José María Pemán. Es uno de los grandes escritores de la época, que además ha sido injustamente tratado. Para mí es, sin duda, uno de los mejores articulistas del siglo XX. Tendría que salir, sí... 

Sobre el autor:

Carlos Piedras, nuevo jefe de Edición y Opinión de lavozdelsur.es, en un retrato en la redacción del periódico.

Carlos Piedras

Nací en Madrid, en 1965, aunque llevo exactamente media vida viviendo en Jerez. Soy licenciado en CC de la Información (Periodismo) por la Universidad Complutense. He sido jefe de la sección local del Diario de Jerez y también he trabajado en Información Jerez y el Diario Ya (época de Antena 3). He colaborado con El Mundo, Economía y Empresas, Notodo… Soy socio fundador y colaborador habitual de lavozdelsur.es. Últimamente he publicado el libro ‘Sherry & Brandy 2.0’ y he redactado el guion del documental sobre el vino de Jerez ‘Sherryland’. Todo esto ha hecho que me vaya haciendo una idea aproximada de las cosas… 

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