El último viernes de este mes de febrero, los obispos católicos alemanes hacían pública una carta. Pedían a sus fieles que se opongan al creciente nacionalismo de extrema derecha. Este movimiento, comparable a movimientos similares en España, Italia, Francia, Holanda, Brasil o Estados Unidos recibe el nombre de völkisch.
Para la Iglesia Católica de Alemania ese movimiento "es incompatible con la imagen cristiana de Dios y del hombre". El obispo Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal de Ausburgo (Baviera), concluye su mensaje con rotundidad: "Los partidos de extrema derecha y los que se mueven junto a esta ideología no pueden ser un lugar de actividad política para los cristianos y tampoco son elegibles".
Un día antes de que la carta viera la luz, Juan José Tamayo (Amusco, Palencia, 1946), catedrático emérito de Teología en la universidad Carlos III, sociólogo, filósofo y escritor visitaba la Facultad de Filosofía y Letras de Cádiz. Los miembros del Grupo Cristiano de Reflexión-Acción de la Bahía de Cádiz ejercieron de anfitriones durante toda la jornada.
"La alianza de Vox con el integrismo católico se manifestó desde su nacimiento como partido"
Casi un centenar de espectadores recibieron en el salón de actos a este activista, también secretario general de la Asociación Juan XXIII que apoya al Papa Francisco en su lucha vaticana, interna, contra los sectores más retrógrados de la Iglesia.
El teólogo palentino es uno de los máximos representantes españoles de la llamada "teología de la liberación", el movimiento progresista católico que tanta fuerza tuviera, décadas atrás, en la España de la Transición y en la América Latina de los años 60, 70 y 80.
Si los obispos alemanes pedían a más de 5.000 kilómetros al Norte, casi de forma simultánea, que "los católicos rechacen y repudien la extrema derecha", Tamayo presentaba 24 horas antes, durante su visita a Cádiz, un libro que alerta de la vinculación entre ese movimiento político y los colectivos cristianos (católicos o protestantes) más radicales.
Tras publicar más de 70 libros y desarrollar una intensa labor como articulista y conferenciante por Europa, América y África, Tamayo resume sus postulados en La internacional del odio (Editorial Icaria) que ya va camino de la tercera edición.
El ensayo detalla y denuncia esta alianza político-religiosa desde un punto de partida concreto: "Brasil quizás sea la ubicación más adecuada por ser el epicentro del cristoneofascismo y el lugar más emblemático de la extrema derecha de Dios".
El momento elegido para situar esta explicación es agosto de 2019, "con el encarcelamiento de Lula da Silva por orden del juez Sergio Moro, entonces ministro de Justicia de Bolsonaro".
El discurso de Tamayo tiene constantes referencias a ese origen brasileño y fija a Jair Bolsonaro como el máximo ejemplo mundial. También repara con frecuencia en el fenómeno Donald Trump.
Sin embargo, nunca elude el ejemplo español de esta alianza internacional del odio. Lo detalla con nombres y apellidos: "Uno de los ejemplos más emblemáticos en España es la total sintonía y complicidad entre Hazte Oír, organización católica española de ideología ultraconservadora, y Vox".
Para el filósofo y escritor, "la alianza de Vox con el integrismo católico se manifestó desde su nacimiento como partido político. Me refiero a Hazte Oír, Abogados Cristianos, Derecho a Vivir, Comunidades Neocatecumenales, El Yunque...".
Uno de estos colectivos, defiende, "sirvió de plataforma para visibilizar mediáticamente a Vox. Hazte Oír ejerció esa función cuando el partido político carecía de relevancia en la esfera pública, ha concedido premios a Abascal, Ortega Smith, Hermann Tertsch y en legítima correspondencia, Vox ha incorporado a miembros de Hazte Oír en parlamentos autonómicos, ayuntamientos y el Congreso de los Diputados".
La Conferencia Episcopal no apoya a Vox de forma oficial pero numerosos obispos se han mostrado abiertamente como "activistas del integrismo"
Aunque la jerarquía de la iglesia católica en España no apoya a Vox de forma explícita y formal, algunos obispos lo hacen de manera individual, según expone Tamayo. Un trabajo de otro estudioso que cita, Jesús Bastante, menciona entre los abiertamente partidarios a los responsables eclesiásticos de Alcalá de Henares, San Sebastián, Oviedo, Burgos y Córdoba. "Todos ellos no son sólo integristas políticos y religiosos sino activistas del integrismo".
Esta "internacional cristoneofascista del odio" tiene elementos comunes en todos los países. Tamayo resume varias de forma resumida al hablar, y de forma profusa en su obra: "El feminismo como cosa del diablo, el matrimonio que o es heterosexual o no es, la homosexualidad reversible, el veto parental, la islamofobia", también las posiciones extremas e intransigentes respecto al aborto y la eutanasia.
Feminismo, homosexualidad, eutanasia, laicismo, aborto, islamofobia y antiecologismo son algunas fijaciones comunes al 'cristoneofascismo' en el mundo
Los partidos, los colectivos, religiosos o políticos, que se funden y alinean en esta alianza del odio desarrollan "la dialéctica amigo-enemigo: quien no está conmigo está contra mí", y no dudan en fomentar o utilizar la violencia para defender sus postulados, como representan en un grado máximo los asaltos a sedes parlamentarias en Estados Unidos y Brasil, protagonizadas por partidarios de Trump y Bolsonaro.
Aunque el riguroso análisis del ensayo pudiera ofrecer una perspectiva preocupante y pesimista del avance "del odio contra la llamada ideología de género, el movimiento LGTBI o el feminismo, los inmigrantes, el lacismo y el ecologismo", Tamayo cierra su exposición con una llamada a la esperanza.
Asegura el teólogo que "hay alternativas a los discursos de odio, formas de deconstruirlos". Entre ellas propone "el encuentro con el otro" y la aceptación respetuosa del laicismo, "pasar del anatema al diálogo" entre creyentes y no creyentes, así como el fomento de la "ética emancipadora del feminismo, el liderazgo y el empoderamiento de las mujeres".
El filósofo y escritor describe de forma exacta y concreta, con nombres, fechas y lugares, el fenómeno del nuevo fascismo cristiano, del nuevo cristianismo fascista.
Puede que minoritario dentro de la Iglesia Católica en el mundo, aún residual en muchos países pero en constante avance y con un creciente acercamiento al poder en las instituciones a la vista de los sucesos y procesos electorales vividos en los últimos ocho años.
La primera condición para aspirar a frenar esta conexión político-religiosa, como pretende la Iglesia Católica en Alemania, es conocerlo y reconocerlo. Pocas formas más detalladas, documentadas y certeras, al menos en lengua española, que La internacional del odio de Juan José Tamayo.
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