Meticulosa y curranta de su oficio 24/7
Roxana Sáez Abascal (Santander, 1967) lleva décadas con el veneno del periodismo y la comunicación inyectado en vena. Metódica y meticulosa en su oficio —de las que repasan la última coma o te escriben tras una entrevista para que matices tal adjetivo o tal expresión porque no le han convencido—, se declara “adicta” a la información, hasta tal punto de que a veces le cuesta regañinas de su familia por no poder desconectar. “Hoy en día parece que te pierdes media hora y te has perdido algo”.
Sin embargo, esta mujer licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, Máster de Comunicación del Correo Español (Grupo Vocento) y máster en Derecho Comunitario por la Universidad Pontificia de Comillas, lleva ya unos años formándose y formando en nuevas tecnologías y comunicación, previendo posibles riesgos y ayudando a combatir los grandes males de una autopista de la información que a veces se llena de peligros y demasiados vehículos contaminantes.
Esta curranta de lo suyo, con experiencia en gabinetes, comunicación institucional, prensa, radio y tele, se ha estrenado recientemente como tertuliana en Canal Sur y desde hace unos días preside la Asociación de la Prensa de Jerez (APJ), responsabilidad que asume con ilusión tras “haberlo meditado mucho”. Se vienen tiempos difíciles (otra vez) para los medios de comunicación, pero la bandera que siempre ondea es que sin periodistas no hay periodismo, como tampoco lo hay con periodistas siempre en el alambre. Es julio y, en la piscina de la urbanización de El Bosque, corre una brisa tibia que aminora los primeros sofocos del estío. Ella, un año más, los dará por superados en el Norte, en su Cantabria natal.
Ya habrá tiempo de empezar con todos los retos que tiene por delante a partir de septiembre. "Estoy aquí para escuchar a los asociados, ellos son los protagonistas, sus necesidades, sus ideas, sus consejos, sus problemas... y que me alerten también si cometo algún error. Asumo el cargo con responsabilidad y con la tranquilidad de contar con una junta directiva con muy buenos profesionales y con mucha experiencia en la APJ".
¿Cuándo sintió la llamada del periodismo?
Fue un poco por mi padre, que lo vio antes de que lo viese yo. Tenía en mente Magisterio, pero también tenía esa mente despierta de los periodistas que vio mi padre. Y acertó. Me gusta la formación y la información, creo que se complementan y estoy pudiendo hacer las dos cosas.
¿Es de esas que llaman adicta a la información?
Horrible, pregúntale a mi familia. A veces hago verdaderos esfuerzos en casa por quitar la radio o la televisión. O como a veces me dice mi hija: mamá, siempre estás en el móvil y mi respuesta es que estoy leyendo noticias... Es que hoy en día estamos en un momento de inmediatez que es que cuando estás media hora desconectada, vuelves y parece que te has perdido algo. Y luego no es así en realidad... pero sí, me considero adicta a la información, desgraciadamente.
"La obsesión por el clic no puede ganar al trabajo de fondo, analítico y de contraste que exige una información"
¿Hace falta volver a ese periodismo reposado, hacer menos caso a lo que escriben (o les escriben) los políticos en Twitter? ¿Hay más titulares y menos contexto que nunca?
Totalmente. Lo has dicho de maravilla porque tengo esa sensación. En esa inmediatez en la que vivimos somos también los periodistas los que tenemos que ponerle freno. A veces damos una serie de informaciones que realmente al ciudadano ni le interesan, ni le importan. Se le da vueltas a la tontería que ha dicho uno u otro, y aquí habría que hacer un poco de autocrítica y poner freno a esa inmediatez. Aunque luego, y en la pandemia se ha visto, el periodismo ha hecho un gran trabajo que también tendría que tener un reconocimiento. La obsesión por el clic no puede ganar al trabajo de fondo, analítico y de contraste que exige una información. Por esa inmediatez, y por la situación de redacciones reducidas, a veces desaparecen cosas como el contraste. Hay que luchar por darle al ciudadano contenidos importantes y seleccionados por nosotros, sin entrar en el bucle del patio de colegio de las redes.
¿Asume el cargo de presidenta de la APJ como un 'marrón', especialmente por tratarse de una etapa donde lloverá sobre mojado en la crisis del sector?
Es un momento muy complicado y esto lo reflexioné mucho. Me llamaron los compañeros de la gran junta directiva que me acompaña y les reconocí que tenía que pensármelo un poco porque asumo una responsabilidad muy importante, representar a los compañeros de la prensa en un mundo muy complicado, donde nos ha pillado la reconversión tecnológica en la que estamos inmersos y el covid, que ha acelerado el proceso digital que ya se veía venir. Aquí hay un cambio de modelo en los medios de comunicación y los medios tradicionales deben adaptarse a esa reconversión, lo cual afecta a sus plantillas. Lo que tengo muy claro en este modelo, y esa es la parte positiva, es que los medios, y con el covid se ha visto, son más necesarios que nunca, y que también con la pandemia hemos digitalizado definitivamente al lector. En todo esto, y ya está probándose, lo importante ahora es que se consolide el modelo de pago. No puedes dar una información de forma gratuita. Igual que siempre se han comprado periódicos, la generación que viene debe acostumbrarse a pagar por este producto que lleva tantas horas de trabajo y formación.
¿Qué retos se pone por delante?
Es un momento que asumo con tres retos: dignificar la profesión, ponerla en el lugar que le corresponde como servicio esencial, y por otro lado, combatir la precariedad laboral. Muchos periodistas siguen sin cobrar por su trabajo y eso, que vemos a veces normal, porque somos muy apasionados y esto es muy vocacional, no puede normalizarse por más tiempo. Y por supuesto, la formación en competencias digitales.
"Al final perdurará la calidad. El ciudadano busca la referencia y al final huye de esas 'fake news' que nos llegan de forma masiva"
¿Volver a pagar por la prensa ahuyentara a los intrusos digitales, es imposible no tragarse algún bulo?
En ese modelo de medios a los que vamos, y vosotros lo sabéis por el tiempo que lleváis luchando, y por ello os doy la enhorabuena, porque lo vistéis venir con mucha antelación, alguien me dijo que el tiempo pondría a cada uno en su sitio y que al final perdurará la calidad. El ciudadano busca la referencia y al final huye de esas fake news que nos llegan de forma masiva. Hasta yo misma, que soy periodista, me he visto en la tesitura de comprobar un titular que me había llamado la atención. Entonces si me pasa a mí, que soy periodista, imagínate al ciudadano. Y eso hace mucho daño. Pero creo que eso se pondrá en su sitio: el ciudadano tiene más información cada vez y ya es capaz de poner en el buscador ese titular y comprobar que, si no sale en otros medios de referencia, hay que ponerlo en cuarentena.
¿Qué le da más miedo, y ya le pregunto como madre, de la relación entre las nuevas tecnologías y la comunicación?
Desde hace ya cinco años he estado estudiando mucho el mundo de las nuevas tecnologías porque me encontré con eso. Empecé a ver a mis hijos manejando las pantallas y dije que me tenía que informar. Pero es que luego como periodista noté que había mucho desconocimiento y que teníamos una labor muy importante, que era ayudar a esa labor de formación e información. Estuve haciendo un programa en la radio y la conclusión para los padres ahora es que sus hijos son nativos digitales y tienen que preocuparse de ese mundo. Los padres no pueden pensar que qué bien que sus hijos esta noche no salen de casa, pero luego están encerrados en su cuarto con una pantalla. Y luego aquí también tienen que entrar las administraciones porque hay un tema muy importante que es el derecho a la educación digital, y eso hay que llevarlo a los colegios, ayudando a padres y docentes a formarse para formar a nuestros menores en competencias digitales. Es el futuro, ofrece oportunidades, y no queda más remedio. Es una asignatura pendiente.
El verano en las redacciones es una época de becarios y nuevos periodistas, ¿puede dar algún consejo a quien empieza?
Que abran muchos los ojos y hagan muchísimo caso de lo que le van a decir las personas que están trabajando con ellos, que aunque les vean mayores, la experiencia es un valor. Quizás no tienen tanta competencia digitial, pero sus consejos son fundamentales, el reposado de informaciones, el contraste... Y también aconsejería a quienes van a tratar con esos becarios que, como se dice vulgarmente, no cubran con ellos el verano. Es nuestra responsabilidad como veteranos estar encima de quien viene a aprender.
¿Y qué libro le recomendaría?
Son muchos, pero ahora mismo tengo en la mesita de noche es el de Fernando García de Cortázar, que fue profesor mío de Historia, y es el de Y cuando digo España: Todo lo que hay que saber. Como está la política como está, tenemos que saber mucho de la historia de nuestro país para poder escribir.
"La generación que viene debe acostumbrarse a pagar por este producto que lleva tantas horas de trabajo y formación"
Sabiendo que agosto es un mes bajo en intensidad periodística, ¿qué titular le gustaría leer?
Pues que por fin estamos ya con la inmunidad de grupo. Estamos viendo lo que ha pasado con los jóvenes, que es algo que ya se veía venir, de lo que muchos han estado alertando, y es que no tenerles vacunados en estas fechas era una bomba de relojería porque los jóvenes, que lo han pasado muy mal y que han estado sometidos a mucha presión, se han relajado al ver a sus padres y abuelos vacunados. Ellos se han podido sentir en algún momento de la pandemia como armas de fuego, como si pudieran contagiar y llevar a la muerte a padres o abuelos, y de hecho algunos han metido el virus en casa, por lo que esta bomba de relojería era previsible que estallara. Por tanto, lo que sí me gustaría leer es que ya se ha llegado a la inmunidad de grupo y que en ese momento ya podemos empezar un poco a normalizar nuestra vida.
¿El destino ideal para seguir leyendo la prensa este verano?
Nacional. El que cada uno quiera elegir, pero nacional. Y con muchísimo cuidado y respeto a las normas. Tenemos una España maravillosa, pero como siempre me iré para Santander. Tengo la suerte de vivir en Cádiz y ser de Santander, pero cualquier sitio que elijas de España es un acierto.
¿Un plato para desconectar de tanto ruido informativo?
Soy poco comilona... (ríe). Los pimientos rellenos de mi madre. Es una gran cocinera, como también lo es Marcos, mi marido.
¿Y un atardecer de rabiosa actualidad?
Siempre voy a ver los de Cádiz. Y también los de la playa de La Barrosa. Eso es un lujo que ocurre en muchos puntos de esta provincia.