El hombre de los mil proyectos
El termómetro marca 29 grados en la ciudad donde Antonio Rosa Lobo (1994) se despierta. El portuense vive la mayor parte de su verano en Vigo, tierras gallegas (casi) inmunes a las olas de calor. No está de vacaciones. De hecho, casi nunca tiene. Este joven que se ha hecho un hueco en el panorama audiovisual puede distribuir su tiempo libre, pero, como le encanta estar metido “en 18.000 jaleos”, esos días son escasos.
Antonio es el hombre de los mil y un proyectos. “No me estoy quietecito”, dice al otro lado del teléfono. Él mismo reconoce que siempre está currando. Desde que decidió abandar el bachillerato de Artes Escénicas en el IES Pintor Juan Lara de El Puerto –o incluso antes– comenzó a participar en todos los saraos audiovisuales de su tierra y a empaparse de contenido de todas las épocas. Actualmente, es productor y distribuidor en Hyperion Films y cabeza pensante de estrategias de comunicación para la promoción de películas, cortometrajes y documentales en salas comerciales.
“La distribución y la comunicación es lo que hace que la obra tenga un sentido. Sin ellos, ese producto no llegará a nadie”, comenta el portuense, que en un año, puede llegar a abarcar hasta 50 proyectos, entre sus tres facetas. Siente predilección por los títulos de terror y fantástico, tanto, que en 2015, dio a luz a uno de los pocos festivales de España dedicados a este género, Insomnia, que ya está preparando para su regreso a El Puerto.
Al mismo tiempo, anda liado con otros cientos de quehaceres. En su línea. De su boca brotan nombres de proyectos como Keratyna, pendiente de estreno, de la que ha sido productor o La Restauración, también a punto de salir. En los últimos meses ha llevado la labor comunicativa de La Casa, de Álex Montoya, y de Mientras seas tú, documental multipremiado de Claudia Pinto. Además realiza esta misma función en Valenciana, dirigida por Jordi Núñez, que se estrenará en cines este próximo octubre.
Ha formado parte del equipo de numerosos cortometrajes como Nada de nada, de Gaston Haag, o Match, del gaditano Víctor Basallote. Pero, los títulos más sonados han sido como productor de Dolores Guapa; Unicorn Wars, galardonada con el Goya a la Mejor Película de Animación y Loop, a Mejor Cortometraje de Animación. En estos dos últimos, desde el campo de la comunicación digital.
Antonio también ha metido la cabeza en el mundo de la animación en ejemplos como productor del film La Frecuencia Kirlian; el multipremiado cortometraje El Sepulturero del también gaditano Juanca Arniz o la webserie En medio del medievo. Si tuviera que hacer una lista, probablemente, sería infinita y a él mismo le costaría hacerla.
A todo esto, el portuense, como buen culo inquieto, trabaja en festivales de cine nacionales e internacionales. Es programador en Terrormolins, que es el segundo festival más antiguo de terror de España y, a lo largo de su vida, ha completado labores de producción en el Festival de Cine Africano (FCAT), en Shorty Week y en Monkey Week.
La inquietud de Antonio resulta abrumadora. A su currículum se suma su incursión en el mundo editorial. Ha sido creador del proyecto Doce veces un año (2015), coordinador de Terror en serie: de Alfred Hitchcock presenta a Stranger Things (Héroes de Papel, 2019) y coautor de Malditos spoilers (Lunwerg, 2022). “Ya esto pensando en el siguiente libro”, dice.
Sí, de hecho creo que la animación cada vez está mejor considerada. Hace una década se seguía pensando, lamentablemente para mucha gente, que la animación era una cosa para críos. Por suerte, esto ha ido cambiando. Las plataformas tienen "parte de culpa" porque han traído muchas series de animación para adultos. Hacían falta y cada vez hay más. Guillermo del Toro dijo en el discurso cuando ganó el Globo de Oro por Pinocho que la animación es cine, la animación no es un género infantil, es un medio. Y es así, es un medio para contar historias, aunque mucha gente lo haya "ridiculizado" como películas de dibujitos.
Creo que la distribución en cines está atravesando un momento bastante complicado porque está colapsada por grandes blockbusters, que han acabado comiéndose a las pequeñas y medianas cintas. Sin despreciar a nada, que yo las disfruto. Pero, en los últimos años las carteleras nacionales están abarrotadas por comedias dirigidas a un público familiar, porque también es lo más rentable al final. Si los niños van a ver la peli, arrastran al padre, a la madre y, a lo mejor, al abuelo, con lo cual, no venden una entrada o dos, vendes cinco. Aún así, hay una sobreexplotación en los últimos años y lo podemos ver en títulos como Padre no hay más que uno, A todo tren o los futuros estrenos nacionales como Guerra de suegras, Odio el verano y similares. Entiendo que para muchos puedan pecar de ser rancias y, lamentablemente, no reflejan en sí la riqueza que tiene el cine español. Siempre he sentido que nuestro cine se respeta mucho más fuera del país que dentro. Podría decirte diez películas buenas (o más) que se estrenan cada año en nuestro país, pero el problema está, quizá, en que no encuentran una buena distribución o no la apoyan tanto en salas. Hay películas que han ganado un Goya y prácticamente nadie ha visto en cines. Detrás de estas comedias hay caras muy conocidas y grandes productoras o empresas. Pueden hacer que te bombardeen constantemente en la televisión mientras ves el fútbol. Al final, la gente tiende a ver lo que se publicita masivamente. De hecho, si miramos las diez películas españolas más taquilleras de 2023, de esas, ocho son comedias y una de ellas es una película de animación. Salvo As Bestas, la sensacional película de Sorogoyen. La comedia familiar manda en la taquilla de nuestro país.
En absoluto. Las cosas que yo produzco están fuera del circuito habitual de las salas comerciales. Los organizadores del Monkey Week dicen que ellos que descubren la música del mañana, y yo intento acompañar a los que considero que van a ser los directores del mañana. Ejemplo de ello es Gaston Haag, que ahora vamos a hacer su primera película (Superjodidos) tras arrasar en Disney con su serie Hay algo en el bosque. Siento que cuando la hagamos va a resonar mucho dentro del circuito nacional de género. También es cierto que estoy fuera de lo que se suele hacer porque tampoco me interesa. Intento buscar historias poco habituales, las que como espectador también me gustaría ver.
La principal desventaja con la que siempre te encuentras es que, normalmente, este tipo de películas no tienen cabida en anuncios de spot de televisión, las cadenas tienen sus propias producciones. Los medios que suelen consumirse hoy en día son la televisión o internet. De la televisión tienes que olvidarte, si quieres un spot es muy caro. Queda el medio digital, que puede llegar a muchísima gente de muchísimas edades y diferentes gustos, pero para mí el problema es que está sobrecolapsado diariamente y eso hace que la retención de una persona de cualquier producto es muy baja. La limitación también es el propio público, que cada vez tiene menos retención y pone menos atención a cualquier cosa. Hoy en día vas al cine y hay gente que está mirando TikTok en medio de la película. Al final tú metes publicidad en internet y nunca sabes a quién le va a llegar, y cuando llegas, ¿cuál es la calidad de atención del espectador de cara al futuro? ¿Es potencial? ¿va a ir a las salas?
Se fue por diferencias ya no tanto políticas sino de interés cultural que se tenía hacia la actividad. Siempre ha tenido muy buena acogida, los conciertos de bandas sonoras siempre han estado a rebosar. Por el festival han pasado películas que nunca olvidaré como El Hoyo, que se estrenó antes de que llegara a Netflix, o Midsommar, antes de ser un éxito. Obras de directores que luego han dirigido capítulos de Marvel. Eso, los espectadores de Insomnia sabían verlo, pero el concejal de ese momento no supo. No había la misma sintonía de gustos o el mismo interés cultural, pero creo que es importante que una ciudad tengan una programación cultural diversa. Es igual de lícito que te guste el flamenco y que te guste el terror. Entonces este año, tras el cambio de concejal, este nos pidió una reunión para que el festival regresara a su tierra. Empecé el festival con casi 20 años, acabo de cumplir 30, evidentemente Insomnia es una parte muy importante de mí y si el festival volvía a la ciudad no podía hacerlo a cualquier costa. Hemos llegado a un acuerdo, me ha gustado bastante cómo lo estamos enfocando. Aunque nuestra idea era regresar con la apertura del nuevo cine y hacerlo en invierno, pero como el cine no ha abierto y sigue sin abrir, decidimos hacerlo en verano. La intención es que el año que viene se instaure ya en la programación de otoño. Hemos vuelto porque el concejal también nos ha dado una facilidad y estoy en un momento en el que me apetecía recuperar el proyecto. Había que recuperarlo para que la ciudad tenga una variedad en la programación cultural, y no la misma de siempre.
Un festival de cine.
Canino de Yorgos Lanthimos.
Estrella Galicia.
Galicia. He descubierto la maravilla de estar en verano aquí, el cambio de temperatura se agradece muchísimo.
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