Aurora Muñoz, impulsora de Soleras y Criaderas: "Me interesa la influencia del vino en la historia de Jerez"

Nace como una cuenta de Instagram, en realidad. Siempre me ha gustado mucho el vino de Jerez, pero no solo como consumidora, sino también todo lo que es el proceso de elaboración y, sobre todo la influencia que ha tenido en la historia de Jerez y de la región. Durante la pandemia empecé a publicar todo lo que yo, de forma autodidacta, había estado leyendo sobre la historia de la ciudad, pero siempre intentando enlazarlo a los vinos de Jerez.

Por circunstancias, luego desarrollé otros trabajos hasta que hace un año y medio, tras conseguir el carnet oficial, empecé a ofrecer servicios como guía, y hoy en día Soleras y Criaderas es el proyecto a través del cual ofrezco visitas guiadas para conocer el Marco de Jerez, porque también hago visitas por Sanlúcar, por El Puerto... Pero la base de esas experiencias es siempre el vino.

Pues yo no tenía mucha inquietud en principio desde joven, porque sí que tenía familia que trabajaba en bodegas, pero no es algo que haya estado siempre ahí. Cuando terminé mis estudios, para las prácticas entré en una bodega, en González Byass, a trabajar como guía, y ahí tuve buenos profesores, y empecé a tener más inquietud para aprender, no solo lo que tenía que explicar en la visita, sino ir más allá.

También hice un par de cursos en el Consejo Regulador y sentí que quería dedicarme a esto. Aprendí mucho y quise saber más e involucrarme más. 

Empecé primero en el mundo del vino por el marketing digital, un ámbito en el que todavía trabajo, con la agencia Chelsea & Co, y la fundadora de esa agencia, que es Chelsea Anthon, fue la creadora también de Sherry Week, que es un movimiento anual que se lleva a cabo para celebrar los vinos de Jerez con eventos en todo el mundo. Y ahí, a través del marketing digital, retomé el contacto con bodegas, empecé a recibir visitantes, y a partir de ahí, ya de forma bastante orgánica, fue creciendo mi proyecto.

Son visitantes extranjeros, sobre todo americanos. Normalmente, visitan más ciudades de España, y vienen de ciudades grandes, como Sevilla o Madrid. El atractivo de Jerez, ahí, es vivir el estilo de vida español en una ciudad que no tiene un turismo masificado.

Cuando vienen de visitar el Alcázar en Sevilla, o la Alhambra en Granada, de visitar ciudades más grandes, en las que a lo mejor no es tan fácil encontrar el estilo de vida local, visitar Jerez complementa muy bien esos circuitos, porque aquí tienen la oportunidad de ir a los tabancos, de pasear por las calles y ver que hay gente local, que hay comercio local, que hay sitios donde pueden ir a tomarse una copa y hay gente del lugar.

Y luego, por supuesto, por todo el atractivo del vino, unido a la gastronomía, a la historia, a la arquitectura. En Jerez están en el centro las bodegas, que normalmente suelen estar a las afueras de la ciudad, entonces vienen o buscando el mundo del vino, o buscando un turismo más tranquilo, donde puedan experimentar un poco más lo que es un día a día en Andalucía o en España.

Son visitas personalizadas y grupos reducidos; saco visitas generales de vez en cuando, porque me gusta organizar experiencias para la gente de aquí, pero normalmente lo que hago es más a medida. Este tipo de visitantes suelen ser americanos normalmente. Y si es turismo nacional, suelen venir más en festividades como son las Zambombas, o para la Feria de Jerez... 

También hay muchos ingleses, y últimamente está entrando mucho el visitante australiano también. Este tipo de turista va buscando un tipo de visita más personalizada. La temporada alta para ellos es primavera y otoño. 

Veo mucho cambio en los últimos doce años, diría. Estuve viviendo fuera desde 2015 hasta 2018, y al volver vi que había bastante cambio, que habían abierto también más hoteles y más lugares para quedarse, más hostelería. Hay muchas personas que tienen Jerez como un destino recurrente, y que vienen para quedarse a lo mejor una semana, o un mes, porque están jubilados y a lo mejor quieren estar aquí en el día a día.

Sobre todo, después de la pandemia, creo que precisamente todo el mundo huye un poco del turismo de masas, porque a raíz de la pandemia creo que huimos de los sitios más masificados.

Creo que Jerez está recibiendo más turismo.

Para el carnet de guía oficial se piden dos idiomas, yo tenía ya el inglés y estuve viviendo en China unos tres años, porque mi marido encontró allí trabajo, y una manera de poder estar allí era inscribiéndome en la universidad, y pensé que era una buena oportunidad para aprender el idioma. Estuve a full aprendiendo el idioma, y eso me sirvió luego a la hora de volver para solicitar el carnet de guía oficial. No le estoy poniendo a mucho uso porque no tenemos de momento muchos turistas chinos aquí en Jerez, que normalmente sí es un tipo de turista que busca más las ciudades grandes, los sitios más icónicos, buscando las fotos.

Yo creo que la clave es enfocar un poco más el destino en un lugar en el que aprender, en el que merece la pena hacer visitas culturales, y no fomentar tanto lo que son las celebraciones: que no se sitúe Jerez como un lugar para simplemente que vengan grupos a beber, o para pasar de puntillas sin aprender sobre la historia de la ciudad, o pasar de puntillas sin visitar el centro cultural de Lola Flores o alguna bodega, sino fomentando un poco más que Jerez sea un destino cultural. Que, aunque celebremos mucho, que aunque tengamos, como te decía antes, la Feria en mayo, y las Zambombas, que todas estas celebraciones tienen una historia antes, que está muy unida a la ciudad, y que es importante entenderla.

La cuestión sería hacer un poco de equilibrio en no divulgar tanto la imagen de Jerez como destino ideal en ciertas fechas, como el lugar para venir a comer, beber y bailar, sino también por la relevancia que tiene, hasta el punto de que Jerez, sin ser capital de ninguna provincia, ha estado en el mapa mundial desde hace siglos por el vino, por los caballos y luego también por el flamenco, pero por mucho más. Se debería fomentar eso para que el turista que venga también invierta más en ocio, beneficiando también la economía local.

Sí, no quita que salgas, que bebas, que comas, que bailes, que te lo pases bien, pero que entiendas por qué. Y también que cuando esos visitantes vuelvan a sus ciudades de origen lo cuenten, e incluso vuelvan, porque es un destino muy recurrente.

A mí me gusta mucho un rincón que a lo mejor no está tanto en el circuito de visitas más común, pero en la calle Ancha hay un monumento dedicado a Álvar Núñez Cabeza de Vaca, que fue un jerezano explorador a las Américas y que está junto a un tramo de la muralla almohade, y es un rinconcito que está al lado del barrio de Santiago que me gusta mucho. Aparte viví allí de pequeña, muy cerca, y me reencuentro mucho con mi infancia y mis días de camino al colegio. La Alameda Vieja también me gusta mucho, pero es más conocida. 

Depende para qué, pero un sitio que recomendaría a cualquier persona, local o visitante, es El Pasaje, sin duda. El año que viene cumple 100 años y es un sitio con mucha magia, donde te puedes sentar apartado si quieres tener una charla, o te puedes acercar a ver un espectáculo flamenco. Y aparte tienen allí vino de El Maestro Sierra, que me encanta.

Pues, no sé si veraniega... Pero un fino muy frío y una tapa de mojama me gustan siempre. Y un plato más elaborado que me gusta mucho son las alcachofas en el tabanco de Las Banderillas, con una copa de amontillado. 

Volviendo al tema de China, me gusta mucho la escritora Pearl S. Buck, que fue, si no me equivoco, la primera mujer de Estados Unidos que ganó un Nobel. Se crio en China, porque su padre era misionero. Y los libros que ella escribe hablan mucho del contraste cultural entre China y occidente. Aparte de que sus historias me enganchan, habla de muchas cosas cotidianas del país, de cómo las puede percibir un occidental, y viceversa.