David Calleja, concejal de El Puerto: "En las cofradías nunca he sido el 'mariquita gracioso'. Es mi trabajo"

¿Cómo deja su labor para acabar en política?

He trabajado con 120 hermandades en toda España y me encantaba. Pero era mucho estrés. Vestir vírgenes en cinco o seis ciudades en unos días el estrés de poder perder un avión, y un trabajo en Semana Santa no es igual, porque no puede estar para el día siguiente. Además, ya había trabajado con la Macarena, que es como llegar a lo más alto, es la hermandad de referencia con respecto a mi trabajo, sin entrar en las devociones. Me ofrecieron trabajar en carnaval, he hecho asesoramiento de novias y hasta me ofrieron trabajar en La1 y TeleCinco, pequeños abordajes sin nada todavía concretado.En estos años he buscado diseñar series de época, que es algo que en parte ya hice en Semana Santa, al buscar una vestimenta, digamos, teatral. Pasé a las telas naturales y me alejé del terciopelo. He incluido prendas rajadas y deshilachadas. Eran cuadros pictóricos con esa ropa. Pero se me cruzó Germán Beardo y me ofreció ser concejal de Fiestas en El Puerto. Me gustan las fiestas. Soy muy polivalente. Me da coraje cuando alguien critica pero no se ofrece a ayudar, y él me pidió ayudar. Me permitía trabajar en la Navidad, los Corpus, el carnaval, todo buscando una visión más amplia. Suponía a nivel personal una ilusión y ver el trabajo que desarrollas.

"Soy un puto máquina comprando de toda la vida. No gasto tanto en ropa"

Cada día, en sus redes, presenta un nuevo modelo con el que va a trabajar al Ayuntamiento. ¿Cuántas prendas tiene su armario? 

No te puedo decir, pero muchísimas. Tengo 380 camisas. Todas organizadas por colores y preparadas para ponérmelas cuando quiera. 

¿Todos los días estrena ropa?

Casi todos los días, pero cuando me pongo algo, no la repito en al menos tres años. El vaquero sí lo uso más. Tengo muchísimos bolsos, pero voy combinando. Nunca repito la combinación, jamás.

Supongo que será una gran inversión.

Soy un puto máquina comprando, desde jovencito. No invierto tanto en ropa. Hay prendas en las que sí. Pero compro en Zara, en mercadillos...

Quizás sea parte de su trabajo, ¿no?

Es parte del personaje. Hay quien invierte en un abono de fútbol, en una moto… La ropa me ha ayudado a ser quien soy. Preparo la ropa desde el domingo para toda la semana, con sus zapatos, bolsos, camisas... No me gusta elegir la ropa el mismo día, porque no se tiene que notar tu estado de ánimo. Antes que entraran la cama y el televisor, en mi casa se eligió el vestidor.

Es concejal de Fiestas en los tiempos que menos fiestas hemos celebrado. A la vez, se ha llevado en general buenas críticas. ¿Cómo lo lleva?

Yo le encuentro mérito a destacar en Fiestas cuando no es el año de las fiestas. La primera Navidad y el primer carnaval fueron brutales. Creo en mi trabajo y sé hacerlo. Con el covid, pasaron 50.000 personas por los Reyes, me inventé unas bolsas especiales para los caramelos, porque me como mucho la cabeza. El primer año encontré un déficit del gobierno anterior, pero soy muy resolutivo y he aprendido mucho en el covid.

"Me llamaron maricón para insultarme tras leer el manifiesto del Orgullo y ningún partido de izquierdas salió a defenderme"

Recientemente, participó en un reportaje en El País sobre la homosexualidad en el mundo de las cofradías.

La Iglesia es una entidad como otra cualquiera. Igual que en política no hay partidos buenos y malos, en la Iglesia hay mejores y peores. Un estamento no es mejor o peor, sino en función de las personas en ese momento. No he tenido nunca un problema con las hermandades. No he sido nunca el mariquita gracioso. Yo iba allí porque es mi profesión. Tenía fama de antipático incluso, porque ahí no aguanto bromas. Después soy quien soy. Para mí es un orgullo. Soy lo que soy por ser gay. Nadie me llamó maricón en el colegio. Amigos míos sí sufrieron bullying. Eso sí, me costó contarlo en casa y me costó ser feliz hasta entonces. Soy gay, no un chiste. El bolso provoca algún insulto. Cuando leí el manifiesto del Orgullo, me criticaron llamándome maricón, pero nadie de los supuestos partidos de izquierdas me defendió. La Iglesia no es mejor ni peor, es que hay curas que piensan de una y otra forma, como en las cofradías. No he tenido nunca problemas. Le doy gracias a la vida de ser quien soy.

¿Siente presión al ser un personaje público de erigirse como referencia de todo un colectivo? ¿Es justo llevar esa responsabilidad?

Yo no hago lo que hago por erigirme como nada ni por un colectivo. Es que soy así. No abandero, no lo hago por ser referente, es que Calleja es así. Pero a veces no es fácil ser Calleja. Cuando tomo una decisión, cómo me visto, por ejemplo, estoy ta seguro que me da igual lo que opinen los demás. Me aseguro de que tengo que estar contento conmigo mismo, es lo más importante. La base está en el respeto. El hándicap está también en el mundo hetero, que es la base de respetarse. Yo noto el cariño de la gente también. Por mi olor la gente sabe que he llegado al Ayuntamiento, Eso es marca, imagen, y me ayuda, tanto en el trabajo de antes como el de ahora. 

Hace política, además, en el PP, que tiene entre sus líderes a personas homosexuales, pero que también llevó al Constitucional el matrimonio igualitario. Entiendo que está cómodo en el PP.

Yo no estoy más cómodo en el PP porque no pertenezco al PP, estoy cómodo con el trabajo de Germán. Como tal, no creo en los partidos, creo en las personas. No abandero un partido para defender a alguien en Madrid que no conozco, pero sí a la persona, y me da igual su partido. En el Orgullo se dice: no necesitamos ser de un partido por ser gay, y no tienes que ser de izquierdas, es una chorrada como la copa de un pino. No me siento partícipe del PP. Me siento en tanto soy teniente de alcalde de El Puerto. He tenido broncas con gente de otros partidos de izquierdas y te llaman maricón para insultarte. Eso no vale. 

"No creo en los partidos, sino en las personas"

A pesar de ser independiente, sí imagino que en parte será una persona conservadora al ir en las listas del PP.

Me he criado en una familia muy conservadora. Yo sí tengo ese… Mira, Oscar Wilde decía que quien con 20 años no tiene ideas revolucionarias, y con 40 no era de derechas, es que no había conseguido nada en la vida. Mira Podemos. Todo el mundo quiere un chalé y una piscina. Con cierta edad, todo el mundo quiere vivir bien, y deja el discurso progre. Con todos los partidos comparto cosas. Hay cosas de la izquierda que pueden parecer bien, pero me va en función de la gente. No me gustan los políticos que lideran partidos porque no trabajan como ellos piensan. No me someto a un partido. Mi jefe sí esta por encima, pero no me debo a un partido.

¿Se ha llevado alguna decepción en la política?

No es como me la esperaba. La política me gusta cero, pero me encanta mi trabajo. Las críticas constructivas me sirven, aprendo de ello. Todo el día me corrigen. Pero con lo que he pasado, para nada me afecta la otra crítica. Sí me siento respetado por los demás partidos. Con los compañeros de la oposición tengo un trato cordial, con alguno me llevo mejor y me tomo cervezas. Eso no me preocupa, la de la gestión. Sí me preocupa la política interna.

"Por suerte o desgracia, siempre me he defendido solo. Y sé batallar"

Todos los partidos están llenos de puñaladitas y algunas mentiras, ¿no?

Existen, sí. Te mentiría si dijeras que no. Tienes que batallar, porque a veces son de personas que no esperas. Pero siempre me he gobernado solo. Ahora también lo hago, con el permiso del alcalde, pero soy una persona que siempre se ha defendido solo, por suerte o desgracia. Y sé batallar.

Un platito de verano.

Paro cada día en el mismo bar. Los hígados de pollo del bar Er Beti.

Un lugar para perderse en verano.

No cojo vacaciones. Pero te diría que una playa, a las ocho de la tarde

¿Cuál?

O los Toruños o al final de Las Redes.

Puesta de sol o ver amanecer.

Puesta de sol. El Puerto es el lugar donde más tarde muere el sol. Es mucho más bonito que ver amanecer.

¿Muchos amaneceres tras largas noches de verano?

No. Cada día soy más diurno: Prefiero una comida, unas tapas, un vino... Trabajé de relaciones públicas en la noche y lo pasé muy bien, porque tuve suerte, obligaba a que me compraran ropa. Pero le saco más provecho al día. Tengo varias fobias. No me gusta nada la lluvia. Y los problemas por la noche siempre se incrementan. El sol brilla a la mañana y veo las cosas con otro color.

Un libro.

El retrato de Dorian Gray, siempre.