El flamenco de Cádiz, su leit motiv
Viñero por los cuatro costaos, así es David Palomar (Cádiz, 1977). El barrio de La Viña fue su "formación". Se crio jugando en la calle, aprendió en el colegio Valcárcel con un telón de fondo incomparable, la playa de la Caleta. "Esa es mi manera de vivir y de sentir", asegura cuando habla de su tierra. Una vida llena de carnaval y mucho flamenco en El Manteca. "Cuando El Manteca era El Manteca de verdad y paraban artistas de verdad", apunta sobre sus orígenes. Palomar está formado por todas esas pequeñas cosas cotidianas que lo engrandecen. A los 16 años hace sus primeros pinitos en tablaos y academias de la ciudad. Más tarde llegaría su trabajo en las compañías de Javier Barón, Paco Peña o Cristina Hoyos, entre las más destacables, con las que ha pisado los escenarios del Teatro Bolshoi de Moscú, la Ópera de Sydney, el Concert Hall de las Torres Petronas, el Teatro Real de Madrid o Palau de la Música de Barcelona. En septiembre sacará su cuarto trabajo en solitario 8 Miradas una reflexión musical sobre los temas que alegran, preocupan y entristecen al cantaor.
¿Qué tal el verano?
Muy contento porque ya se puede hablar de un verano más habitual de lo que teníamos. Estamos trabajando bastante y sintiendo el feedback del público sin las mascarillas, así que todo es muy positivo.
Próximamente saldrá a la luz tu cuarto trabajo en solitario
Acabamos de sacar el quinto single que va a acompañar la salida del disco. Debido a la pandemia hemos ido sacando cinco canciones de las nueve que van a estar en el disco, que lleva por nombre 8 Miradas. Y un bonustrack que hemos sacado ahora llamado Orillas de El Palmar, que ha venido de última hora y ha entrado también en el disco. Este trabajo integra miradas mías respecto a temas que me importan, me interesan y me duelen de la sociedad. Todo plasmado en un marco de pura fusión, mucho flamenco por encima de todas las cosas, pero coqueteando con el rock, las bases urbanas, con lo latino...Todo lo que nos sugería la temática de la que estábamos hablando.
¿Y cuáles son esos temas importantes?
De los cinco temas que han salido hay una mirada respecto a la contaminación de los océanos y del planeta en general. Otro va dedicado a la violencia de género; a la evolución como parte imprescindible de una revolución. Cogemos como leit motiv el flamenco de Cádiz, Pericón... El que sepa leer entre líneas, verá que es una manera de pensar. Toda evolución tiene que ir unida a una revolución, si no es imposible. El Desmadre habla de la actitud que hay que tener ante la vida, que no hay que tener prisas ni ansiedades. Ya sabemos en qué mundo vivimos, lo estamos viendo cada día, este mundo hostil, dañino y mentiroso... En lo que nos estamos convirtiendo los hombres y la gente que nos dirige. Son muchas miradas. Ocho en concreto, sobre cosas que me alegran y me entristecen.
¿Eres de los defensores de la pureza o abogas por la innovación en el flamenco?
Yo abogo por mi verdad. Lo que yo le vendo a la gente es mi autenticidad y esta va ligada al flamenco de Cádiz. Siempre hecho a mi manera. Pureza e innovación claro que son compatibles porque el Flamenco desde sus inicios ha sido una fusión. Del Flamenco no sabemos ni los orígenes, ya partiendo de ahí... El flamenco no tiene pureza ninguna, es de las músicas más impuras que existen. Está condicionado por muchas músicas, culturas y civilizaciones. Por eso el flamenco es de todo menos puro. Es una música maleable, que se permite hacer todo. Lo que sí hay es una tradición marcada porque hay un legado grabado y firmado, pero ese discurso está muy antiguo y en desuso. Lo que pasa que hay mucho romántico que se aferra a ese purismo. La pureza no existe, ni como concepto físico ni como concepto literario.
En las últimas décadas, el Carnaval parece haber tomado un papel protagonista en Cádiz con respecto al flamenco...
El Flamenco de Cádiz no ha sabido hacer su ejercicio como tenía que hacerlo. Y no ha sabido llegar ni captar más adeptos porque se ha encapsulado de una manera que asusta a la gente joven. En ese sentido, creo que la gente que está haciendo fusiones está acercando a la gente al flamenco. Llámese C.Tangana, llámese Rosalía. Todo esto aporta, aunque la gente crea que no, aporta. Habrá uno entre un millón que piense, mira, esto es como Flamenco y en ese interés, vaya tirando del hilo y se encuentre con Juan Talega, con Fernando Terremoto o la Perla de Cádiz. Ese ejercicio, tiene que entender la gente, que también es necesario.
¿Cómo llega esa predilección por el flamenco?
Yo vengo del mundo del Carnaval. Salía en una comparsa y mi mujer, Anabel Rivera, que también canta copla y flamenco, me decía que le sonaba flamenco lo que hacía con la comparsa. Total, que con esa tontería de que suena a flamenco, me empecé a empapar de Camarón, que fue lo que más me interesó al principio, y a partir de ahí me meti en un mundo que me atrapó. El Carnaval pasó a un segundo plano y el flamenco fue el que me conquistó. Esta es la raíz de la raíz de todo. Se convirtió en una vocación que luego ha resultado ser mi profesión. Cumplo este año 25 años dedicado a esto y aunque llevo desde que empezó 2022 celebrándolo, las celebraciones más especiales serán el 25 de septiembre en el Teatro Cervantes de Málaga, presentando el disco, y el 5 de noviembre en el Gran Teatro Falla con este 8 miradas.
¿Qué te ha dado este arte?
Me lo ha dado todo. La alegría, el espíritu, la profesión. Me ha permitido conocer mundo. Se lo debo todo al flamenco. Y por muchas incursiones que haga en otras músicas, mi mundo siempre girará en torno al flamenco, porque yo soy flamenco desde que me levanto hasta que me acuesto.
Nunca pierdes Cádiz en tu creación
Soy pesado con Cádiz porque es mi inspiración. No lo concibo de otra manera. Habrá quien diga que qué pesao el tío este con Cádiz y La Viña, pero es lo que hay. Esa es mi manera y así voy a ser siempre.
Un buen lugar donde comer
Voy a recomendar un bar que hay en la calle Ancha que se llama el Recreo Chico, que es de unos amigos míos, y que además el cocinero que es un arrocero de categoría. Y soy muy aficionado a un arroz, que no lo hacen todos los días, con ortiguillas. Es un sitio de arte al que hay que ir.
Otro para descansar
Me gusta mucho Algodonales y Zahara de la Sierra. Esa zona me cautiva, puede ser encantador ir a cualquier casita rural, pasear por los senderos cerca del río... Aquella zona es para investigar y disfrutar de la naturaleza. A mí me encanta. Las calas de Conil también son un lugar muy mágico. Ese atardecer es impagable. Cádiz es una maravilla entera.
Una playa
Siempre me ha gustado mucho Zahara de los Atunes. La Playa de los Alemanes o El Búnker, por ejemplo, son playas paradisiacas.