María Pérez Herrera (Cádiz, 1981) creció entre libros. Cuando ella nació, su padre ya tenía Zorba, la conocida librería portuense que hoy se ubica en la calle Larga, 84; un enclave que ha sido como una 'hermana' más para María.
Desde adolescente, María trabajó en el local, lugar de encuentro para toda la familia desde siempre, como ella misma explica. Desde hace 16 años, es ella quien está al frente de esta librería que se ha convertido en centro cultural para El Puerto, en un bastión del comercio local y de la literatura, donde una puede pasarse a charlar un rato o a que le recomienden la última novela.
En el día a día, la acompaña Cecilia, y entre ambas mantienen funcionando este rincón de El Puerto que, en tiempos de Amazon, es un oasis para los lectores que buscan ritmos pausados.
La abrió mi padre, primero como tienda de regalos, y poco a poco le fue añadiendo libros. En 1978 abrió ya como librería, digamos. Y estuvieron trabajando mi padre, mi madre, mi abuela... Mi hermano y yo también trabajamos en ella de adolescentes, y ya luego me quedé yo. En el año 2008 ya me puse al frente.
Que he estado en tres locales distintos... (risas). Y que hemos ampliado mucho la oferta de libros, y también todo lo que son actividades, presentaciones de libros, eventos... adaptándonos también a los nuevos tiempos: mucho WhatsApp, mucho ponernos al día con las tecnologías, con los envíos...
Yo creo que precisamente ofrecemos algo que Amazon no ofrece: un trato personalizado, recomendaciones según los gustos, sobre todo cuando son clientes fieles, que ya sé lo que les gusta. De esos tengo muchos.
Somos lectoras, y recomendamos libros que ya hemos leído. Ese trato personalizado es algo que la gente agradece en estos tiempos del 'clic'.
Tengo un poco de todo, la verdad. Tengo muchas familias con niños que vienen los sábados por la mañana, a echar el ratito aquí, a mirar cuentos... Como también vendo prensa, también tengo la gente que viene todos los días a por su periódico, su revista, a su charlita... Ahora en verano, tengo muchos clientes que tienen aquí su segunda residencia, que vienen todos los años y todos los años vienen a comprar lo que se van a leer en la playa. En verano cambia el día a día de la librería, porque entre los que son clientes de diario, que trabajan cerca, y ahora vienen menos porque están de vacaciones, y los que vienen de fuera, que siempre vienen... Lo bueno es eso, que tengo unos clientes muy fieles, que repiten todos los veranos y ya saben adónde acudir a por sus libros de playa.
"En verano tengo muchos clientes que vienen a comprar lo que se van a leer en la playa"
Es una hermana pequeña; en las épocas de crisis, también un poquito la hermana 'tonta' (risas).
En verano, novela negra; eso no falla. Y mucho libro de bolsillo; la gente quiere que ese libro que se vaya a estropear o mojar, no sea muy caro.
De poesía, tengo aquí una caja muy mona de poesía portátil: Amor portátil. Son ocho libritos, con distintos autores, de poemas de amor. Están Lorca, Cortázar, Safo, Shakespeare... Un poco de todo.
De novela, que me haya gustado mucho el año pasado, Lecciones de química, de Bonnie Garmus. Es muy, muy, muy buena; muy entretenida, pero con su enjundia.
Y de ensayo, uno que ha salido hace poco por el aniversario de Mafalda: Universo Mafalda, que hace una recopilación de tiras, la historia de Quino... Está muy bien presentado y es una edición muy bonita.
Un paquete de pipas y una buena novela policíaca.
La playa de la Muralla.
Gazpacho, sin duda.
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