El alma de la Luna Nueva
Nati Montaño (Jerez, 1958) y Cristóbal Serna fundaron hace 32 años la librería La Luna Nueva. Un referente cultural en la quinta ciudad andaluza en población y un ejemplo de resistencia que alumbra el centro comercial del corazón del municipio. Un ejemplo de resistencia, pese a los gigantes de la distribución mundial que acechan a las librerías de toda la vida. Entre sus estanterías, a rebosar de clásicos y novedades, late el pulso del comercio de proximidad y, aunque suene quijotesco, se siente el trato cercano, de generación en generación, que llega donde los molinos de Amazon no pueden. El alma de esta librería con encanto, situada en la calle dedicada al poeta sanluqueño Luis Eguilaz, es esta jerezana que, a su vez, es la gran librera de la ciudad, tan devota de la lectura como aficionada a la escritura. Hace unos años publicó Cuaderno de cocina de una monja confundida, un ejemplo de edición artesanal y de ingenio narrativo firmado por una tal Sor Virtudes.
¿Cómo soporta una librera esta pandemia que dura ya más de año y medio?
Pues como podemos, como todo el mundo, haciendo esfuerzos por optimizar los recursos que tenemos y ya está. Otra cosa es imposible. Todavía hay mucha gente que no se atreve a venir y se nota menos público que antes. Ahí estamos, intentando suplirlo con la página web, las redes sociales... pero no mucho más.
El multimillonario que más libros vende del mundo se ha ido de viaje al espacio. ¿Con qué no podría nunca competir Amazon frente a un librero?
Con el afecto, con la dedicación, el trato personalizado... todas esas cosas, que no se cuantifican en euros. Amazon vende los libros con un 5% de descuento y mucha gente solo ve que eso es más barato y ya está, pero no se dan cuenta de que las tiendas pequeñas, aparte de conformar un tejido que contribuye a la sociedad, a la comunidad, hacemos ciudad y ciudadanos. Nosotros primero cogemos el libro, aconsejamos, procuramos que sea el libro que esa persona busca, lo preparamos para regalo... cosas que no se cuantifican, pero marcan la diferencia. Pero claro, el impulso de darle al botón y comprar es muy fuerte, e incluso de recibirlo en domingo, sin pensar en el pobre repartidor.
¿Ayudar a la cultura y al mundo del libro también es crear conciencia de la importancia de las librerías de toda la vida?
Claro, es importante. En el caso de Amazon, con sus algoritmos, te vende lo que quiere, te ofrece cosas que a lo mejor no quieres, mientras que en un librería de toda la vida eso no se hace. Yo trato de que sepas lo que quieres leer.
¿Se siente llena tras más de 30 años de Luna Nueva?
Me siento orgullosa de haber aguantado tanto tiempo y, además, pretendo aguantar unos cuantos años más. Considero que sí que la librería forma una parte significativa de esta ciudad.
"Hay más lectores que nunca. Si te digo los lectores que había en Jerez hace 30 años... imagínate"
¿Usted es de las optimistas? ¿Hay más lectores que nunca, especialmente jóvenes?
Hay más lectores que nunca. Si te digo los lectores que había en Jerez hace 30 años... imagínate. Lo que pasa que es necesario que haya todavía más y que se lean más cosas y de más calidad.
Escribió usted Cuaderno de cocina de una monja confundida. ¿La receta para escribir es leer más y mejor?
Claro, lo que hay es que leer mucho. Todo el mundo tenemos derecho a escribir y que nos lean nuestros amigos y familiares, pero es muy importante leer mucho, leer mucho para poder escribir.
En ese libro la protagonista era sor Virtudes, algo así como su sosias...
Sí, bueno, aquello fue una travesura (ríe). Era una forma de ver la vida...
"Aquí no hay más virtud que trabajar. Sobrevivir 32 años con este negocio significa que hemos trabajado mucho"
Aun así, ¿cuál diría que es su mayor virtud al frente de su negocio en la vida real?
Aquí no hay más virtud que trabajar. Sobrevivir 32 años con este negocio significa que hemos trabajado mucho. El trabajo y la constancia, y el sentido común. Pero a cualquier empresa lo que hace falta es echarle muchas horas para que medio funcione.
¿Da tiempo a leer lo que quisiera entre tantos albaranes?
Sí, me encantaría tener una vida paralela solo para lecturas, pero bueno, leo todos los días un rato grande. Lo de la lectura entra dentro de las prioridades de cada uno en su tiempo libre y, en mi caso, yo lo que hago en ese tiempo es leer. Y ahora, en los 15 días de vacaciones que cojo, me llevo una maleta llena de libros para ponerme al día sobre lo que no he leído durante el año.
¿Cuál es el último libro que no ha podido terminar?
No... no te lo voy a decir (ríe).
¿Eres de las que aguanta hasta el final?
No, yo abandono, pero considero que cada persona tiene derecho a leer lo que le parezca y lo que le guste. Hay un libro para cada persona y hay libros que a ti te pueden gustar mucho y a la persona que tienes al lado no le gusta absolutamente nada. Es algo muy particular. En el mundo de los perfumes puede pasar algo parecido. Hay veces que necesitas una lectura más profunda, que te abra nuevos horizontes, estás en búsqueda... y otras veces necesitas una lectura relajada, sin problemas... Para cada persona y cada momento hay un libro.
Dígame una joyita de su biblioteca que no pondría en su escaparate por nada del mundo…
Tengo todos los libros que he ido leyendo y que han significado algo especial para mí. Todos esos libros los conservo, pero no hay ninguno especial. Cada uno te influye de una manera o de otra en función de la edad.
Viajar en verano con los libros: "Uno de los libros que me llenó y me leí varias veces fue 'Cien años de soledad', la literatura hispanoamericana fue un antes y un después"
¿Cuál es el verano que ha podido viajar y vivir con especial intensidad sin salir de un libro?
Uno de los libros que me llenó y me leí varias veces fue Cien años de soledad, hace muchísimos años. Y La ciudad y los perros también me encantó. Había leído durante toda mi vida, pero cuando descubrí toda la literatura hispanoamericana fue un antes y un después.
¿Cuál es su lugar sagrado para las lecturas veraniegas?
En la playa me gusta mucho leer.
¿En cuál?
En Bolonia, pero no lo quiero decir porque va mucha gente (ríe)
Ya que Jeff Bezos ha ido al espacio, si usted pudiera también, ¿qué libro se llevaría a ese viaje?
Uf, no lo sé. Yo es que soy muy variable. Me llevaría el último libro que viera en las estanterías y que me llamara. Iría el día antes, iría a la estantería, echaría un vistazo y alguno seguro que me llamaba, por el título, por la portada, no sé qué misterio hay...
Al final los libros nos acaban buscando y encontrando.
Sí, seguro. A mí me buscan, está claro. Y últimamente los libros me buscan mucho más. Lo noto. Será por la edad o porque les presto más atención cuando me llaman.