Una jubilación en el Parque de Las Aguilillas
Pedro Alemán (Jerez, 1957) es secretario comarcal de UGT en Jerez desde 2006. Trabajador de la Junta de Andalucía, desempeñó labores en el Instituto Andaluz de Reforma Agraria (IARA). Sindicalista pero sobre todo activista, participa en numerosos movimientos sociales de la ciudad y de la provincia, como en el ámbito memorialista, el ecologista o el patrimonial, con una notable implicación en la Plataforma de Asta Regia. "Cuando me jubile, quiero seguir ayudando", asegura. Muy conocido y activo en estos círculos, Pedro es ante todo un luchador incansable que espera disfrutar su jubilación montando un huerto en su casa de Estella del Marqués.
En algunos círculos resuena el chascarrillo “¿y dónde están los sindicatos?”. Alguien tiene que responderles...
Los sindicatos hemos estado siempre muy desprestigiados por parte de los empresarios y de los medios de las derechas. Lo que propongo es que se informen, que se den cuenta de lo que hemos conseguido hasta ahora y de los derechos que seguimos teniendo. Lo que nos queda lo tenemos gracias a la lucha y a los sindicatos, nadie nos ha regalado nada.
Algunos jóvenes no saben ni qué es un sindicato.
La precariedad laboral es quien tiene la culpa. Un chaval que trabaja dos horas al día ni se plantea afiliarse a un sindicato. Luego está el miedo. Los empresarios merman a los que están afiliados a un sindicato. Si la empresa sabe que estás afiliado, no tienes las mismas posibilidades de entrar a trabajar.
Y hay diferencias entre lo público y lo privado.
Está claro. La administración es el lugar donde hay más garantías para los derechos de los trabajadores y las trabajadoras. Hay más igualdad y equidad, no hay tantas diferencias, aunque también tenga margen para mejorar. Comparado con la empresa privada, hay un abismo.
Hablamos de precariedad y jóvenes. En vuestra generación era raro quien no hubiera hecho la vendimia o pasado por la fábrica de botellas, pero ahora es echar unas horas en algún bar.
Imagínate... la hostelería. Es lo más precario que hay. A pesar de que se llegó a aprobar la obligatoriedad de los controles de horario en todos los trabajos, que es un acierto del Gobierno, sigue siendo muy complicado. Cuando llega un inspector de trabajo, no puede comprobar que hay una entrada y una salida. Nos encontramos con sitios en los que un trabajador trabaja ocho horas y luego cobra cuatro. Y eso es muy difícil de demostrar.
Trabajar ocho, cobrar cuatro pero cotizar incluso dos...
Ese es el problema más gordo que te encuentras, sobre todo en la hostelería.
Pero es una de las pocas salidas laborales que tenemos en nuestra tierra.
Desgraciadamente es así. Poco más. Como no se le ponga un tapón al sector industrial, en la provincia de Cádiz seguimos desangrándonos. Hemos hablado siempre de las bodegas, de la fábrica de botellas, de Holcim, de la Azucarera, y la poca industria que seguimos teniendo, ya la estamos perdiendo. Mira Airbus. La única alternativa que tienen al sector industrial es la hostelería y ya sabemos lo que es. Son ciertas épocas del año: Semana Santa, Feria, Verano y Navidades. No te voy a decir que no sea necesaria, porque cualquier contratación que se haga es buena, pero si la economía nuestra va a depender exclusivamente de la hostelería vamos mal.
Dicen que el turismo es industria.
Bueno, siempre se le ha calificado como industria pero no sé a quién se le ocurrió ese calificativo. Es verdad que contrata, y si lo medimos en número de contrataciones podríamos llamarlo industria. Pero por lo demás, no es industria como tal. Aunque haya tres millones de personas trabajando del turismo.
Entre la crisis económica de 2008 y la crisis del coronavirus hay algunos cambios...
Cambios, no sé. Es diferente. Lo que es evidente es que desde que se aprobó la reforma laboral en 2012 estamos peor. Se dijo que era para favorecer la contratación indefinida y lo que trajo fue una huelga general, abaratamiento de despidos, flexibilización de estos y un aumento de las contrataciones temporales en detrimento de las fijas. También rompió el equilibrio de la negociación entre los empresarios y los trabajadores. Luego, los salarios bajaron y hasta ha surgido la figura del trabajador pobre. Antes el que trabajaba tenía para llegar a fin de mes y hoy en día muchos no pueden y tienen que buscar ayuda.
Te acuerdas de lo que decían de los mileuristas.
Ahora hablan de ellos como los nuevos reyes. En eso también tiene mucha culpa la reforma laboral. Se ha demostrado que ha sido un fracaso y hace ya mucho tiempo que pedimos su derogación. Volviendo a lo de antes: cambio no, estamos mucho peor. La gente joven no puede independizarse, comparte piso o vuelven a casa de sus padres y eso es un drama. Mi hijo, que trabaja en la aeronáutica, ha tenido que volver a casa con 32 años. Se ha encontrado con lo que tenemos en la comarca. La industria se nos va y ahí tenemos el ejemplo de Airbus. Ese es el problema de todos los jóvenes y de los trabajadores hoy día.
Pero sigue sin derogarse. Algún motivo habrá.
Pues no lo sé. Por nuestra parte no cesa el empeño. Yo creo que ha habido mala suerte con el tema del coronavirus, el Gobierno ha tenido que volcarse con unos problemas muy importantes, no solo el sanitario, sino el económico, por lo que hay temas prioritarios que han pasado a un segundo término. Espero que en otoño se retomen estas negociaciones y se deroge, o al menos se quiten los artículos más lesivos.
¿Cómo se explica que una ciudad industrial como fue Jerez, con 10.000 trabajadores en la industria del vino hace medio siglo, esté ahora así?
Es lo de siempre y es algo que pasó en los 80. La tecnología la paga desgraciadamente el trabajador. Si antes para el embotellado hacía falta 500 trabajadores llega la tecnología con un tren de embotellado y ya no hacen falta tantos. La tecnología es positiva pero siempre la pagamos los trabajadores. El que sale ganando siempre es el gran capital.
Es por eso que hay que fomentar un ingreso mínimo vital pero también una renta básica. La gente tiene que tener una bolsa para compensar la merma que perdemos. Se sigue produciendo igual o más pero no se crea empleo, y el PIB sigue estando ahí. ¿Qué ocurre? Que se produce más con menos trabajadores. Por eso es necesario una compensación para la clase trabajadora., La renta puede ser compatible con el trabajo.
Como secretario comarcal de UGT, conocerás qué queda de industria en la zona...
Prácticamente nada. De las grandes industrias que hemos hablado antes, de esas que tenían más de cien trabajadores, nada. Holcim está ya casi cerrada, nos queda la Azucarera y poco más. Las dos empresas que tenemos ahora mismo con más trabajadores son el Hospital y el Ayuntamiento. Luego en el sector servicios tenemos a Qualytel pero no hay industria como tal. Hablaron de iniciativas como las placas solares pero ya se ha visto que tras su instalación lo que quedan son diez o doce puestos de trabajo para el mantenimiento de varias hectáreas. A la generación de puestos de trabajo no ayuda.
Cuando llegaste en 2006 a la secretaría, la ciudad cambió de los pactos de Pacheco con Pelayo a Pilar Sánchez. De lo que se vendió de aquel Jerez en ebullición a ver en unos años la ciudad llena de pegatinas hablando sobre el número de parados. 20.000, 25.000...
Y seguíamos creciendo. Cómo no recordarlo, hubo un movimiento muy fuerte de la Plataforma de Desempleados...
No parece que las administraciones locales tengan mucho margen para fomentar la creación de empleo.
No, qué va, tienen las manos atadas, muy atadas. Y más el Ayuntamiento de Jerez. Cuando quiere emprender algún tipo de proyecto como planes de empleo está muy mermado por la legislación actual. Si el Ayuntamiento tiene además problemas económicos, de equilibrio presupuestario o está intervenido, lo tiene muy muy difícil. Sí tiene la posibilidad de atraer inversiones, de que al empresario le parezca bien venir a Jerez pero nada más. Estas limitaciones son un problema muy grande.
¿Dónde se queda Pedro Alemán en agosto?
Aquí, en Estella del Marqués. Me encanta vivir en Estella, considero que es la mejor zona de Jerez, rodeado de vegetación y en terrazas como esta, en el Parque de las Aguilillas.
¿Y tras la jubilación?
Aquí igual, eh. Lo tengo todo. Mi casa, mi patio y mis cosas. Voy a poner hasta mi huerto familiar (Ríe). Eso sí, cuando deje paso al siguiente en UGT, quiero seguir colaborando en los movimientos y en las asociaciones donde participo. Me parecen muy interesantes y positivas.