Los vinos de Jerez gozan de gran prestigio internacional. Esta ciudad levanta y hace disfrutar a sus ciudadanos y foráneos de la gran Feria del Caballo. Uno de sus grandes atractivos es el Circuito de Velocidad, de los mejores del mundo. Sin embargo, los jerezanos y jerezanas, el Ayuntamiento y las concesionarias de limpieza viaria y de residuos han de agachar la cabeza en lo que a limpieza se refiere.
La quinta ciudad de Andalucía se encuentra a la cabeza en el ranking de las más sucias de España tal y como lo avalan las quejas de los vecinos del núcleo urbano, las barriadas y pedanías rurales. Así quedó patente en el estudio de limpieza urbana de la Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, elaborado en 2014, análisis cuatrienal que pide opinión a más de 5.800 usuarios de las 60 grandes ciudades españolas entre las cuales Jerez ocupa el puesto 49 y suspende con 45 puntos de media sobre 100. Por entonces, el Ayuntamiento de Jerez, gobernado por los populares, se negó a facilitar información a la OCU para su elaboración. Los datos que se querían recabar abordaban el Presupuesto anual (euros por habitante) destinado a la limpieza urbana; y el número de habitantes por cada papelera, medios mecánicos y empleado de limpieza.
Al igual que sucede en otros ámbitos, la limpieza de la ciudad se lleva a cabo de forma muy desigual dependiendo de las zonas. Los más afortunados en cuanto a aseo viario son los vecinos del centro. “La calle Larga está limpia porque van turistas, pero al margen del centro no se barre, no hay personal. La limpieza es muy deficiente, según las quejas que recogemos”, afirma Sebastián Peña, presidente de la federación de vecinos Solidaridad. Esta tesis también queda refrendada por Juan Carlos Conesa, presidente del comité de empresa de Urbaser, concesionaria de limpieza viaria y de recogida de basuras, quien afirma que los operarios de esta empresa baldean el corazón de Jerez tres veces al día, “a primera hora de la mañana, a las dos de la tarde y a las diez de la noche; se cubre perfectamente”.
Juan Carlos Conesa (comité de empresa de Urbaser): “En la misma jornada sacan a los operarios de un barrio y lo mandan a otro para ir tapando pisadas, limpiar lo que más se ve”
Al pasear por el Polígono San Benito el repertorio de las quejas vecinales llega a ser muy amplio. Desde la joven asociación Mujeres en Pie señalan que el carril bici ha tenido algo que ver en cuanto a la reducción de contenedores, problema que obviamente se acentúa los días festivos. “Por ejemplo: dos contenedores que antes servían a dos edificios de 64 pisos ahora recoge la basura de unos 100”, asegura una de sus fundadoras, Claudia Toledo. “Si hay residuos fuera del contenedor, ahí se quedan y la basura que se cae se queda en el suelo tirada”, añade. Además, asegura que se colocaron papeleras sobre todo para los chicos y chicas. “Ellos depositan las latas de refresco y demás, pero no las recogen y rebosan de basura”. Varios vecinos de esta parte de Jerez eximen de toda culpa al Ayuntamiento y responsabilizan directamente a los operarios de Urbaser puesto que, declaran, se han ofrecido a vaciar las papeleras y los empleados de la concesionaria “nos dicen que ellos luego lo harán y no lo hacen”.
Cuentan que están continuamente recogiendo latas, papeles y concienciando a los muchachos. “Nos toca vivir entre la porquería”, lamenta Toledo. La asociación Mujeres en Pie baraja varias soluciones para paliar la situación: requiere una mayor supervisión de los trabajadores, más personal cualificado, la creación de cooperativas formada por personas de las diferentes barriadas y un mayor compromiso de todos.
La limpieza diaria con los carritos para los más de 212.800 habitantes de Jerez viene siendo realizada, según Conesa, por 84 personas –de las 400 que hay en plantilla–, con lo que no se puede dar cobertura a toda la ciudad. El presidente del comité de empresa de Urbaser se apresura a subrayar que estas deficiencias se vienen produciendo desde hace unos años dado que el servicio de limpieza está bajo mínimos por la situación económica de las arcas municipales y la política de la empresa no cubre las bajas ni las jubilaciones, lo que merma las tareas y queda reflejado en la ciudad. “No es cuestión de que un barrendero sea más rápido o menos. Incluso en la misma jornada sacan a los operarios de un barrio y lo mandan a otro para ir tapando pisadas, limpiar lo que más se ve, eso es lo que predomina por parte de la empresa y sus encargados”. Por tanto, admite que las asociaciones están en su derecho de quejarse y decir que las calles están sucias. No obstante, –reitera el representante de los trabajadores de la limpieza viaria– la culpa no es del barrendero que trabaja todos los días desde las seis de la mañana y va al lugar que lo mandan, sencillamente, “no hay tiempo suficiente para dar cobertura a la todo Jerez”.
La organización en cuanto al destino de recursos humanos y de la maquinaria para el aseo de las calles jerezanas depende de la concesionaria. Al respecto, Conesa como trabajador, apuesta por una mejora en este sentido trabajando en coordinación con otras empresas concesionarias como Elsan, encargada del servicio de parques y jardines, así como con los propios operarios del Ayuntamiento para ser más eficientes. “Los trabajadores de la limpieza a lo mejor empiezan a trabajar a las seis y media de la mañana y en ocasiones cuando acaban llegan los operarios de parques y jardines que empiezan a cortar árboles”, explica Juan Carlos Conesa.
Sebastián Peña (Solidaridad): “Tenemos que caminar mirando al suelo, independientemente de la zona o calle de Jerez”
Precisamente las quejas en la zona Norte están centradas principalmente en la suciedad relacionada con los parques y jardines. El mantenimiento de parques como Atocha “deja mucho que desear”. Jesús Palomo, ex presidente de la asociación de vecinos Palos Blancos, también destaca “el grave problema” que tienen al “convivir” con las ratas que habitan en las palmeras del Paseo de las Viñas. El dirigente vecinal reconoce la buena respuesta obtenida en los últimos meses por el ejecutivo local y la delegación competente. “Cuando hemos presentado un requerimiento han venido al día siguiente”, declara. Sin embargo la problemática persiste. A juicio de Palomo, pese a la buena voluntad de los operarios para zanjar la situación, deberían proceder a la poda de las palmeras y otras plantas en las que se cobijan estos roedores y, en general, a la limpieza de los solares para evitar que esto suceda en cualquier zona.
El panorama en pedanías rurales como La Barca no difiere mucho del núcleo urbano de Jerez, aunque con algunas variantes. Los ayuntamientos de cada una de ellas son los responsables del baldeo de las calles –salvo en San Isidro, donde también se encarga de ello Urbaser–. En este aspecto, Alejandro López Valenzuela, alcalde de la La Barca, asegura que no existe problema alguno y niega que haya suciedad. “Los dos barrenderos prácticamente se encargan de recoger solo hojas”. En cuanto a la recogida de basuras, de la que es responsable Urbaser, considera que durante los fines de semana los medios resultan insuficientes y lo peor es que “los contenedores, no se limpian, no llegan los lavacontenedores, las tapaderas están defectuosas y no permanecen elevadas cuando depositas la basura; aquellos que están rotos no son repuestos y echamos en falta contenedores de papel y vidrio”, expone el alcalde pedáneo.
La mayoría de los jerezanos, tal y como trasladan los portavoces vecinales, se quejan de la falta de civismo en general, especialmente con un mal que cada vez mancha más la imagen de Jerez: el mapa formado por la ingente cantidad de deposiciones de las mascotas. “Tenemos que caminar mirando al suelo, independientemente de la zona o calle de Jerez”, lamenta Sebastián Peña, presidente de Solidaridad. Coincide así con el aspecto peor valorado en materia de limpieza urbana como se desprende del informe de la OCU. Palomo, por su parte, defiende que entre los vecinos de Palos Blancos, “hay mucha solidaridad”. “Si el dueño de alguna mascota se despista otro le avisa, se disculpa y la recoge, sin mayor problema, pero en el centro, sobre todo, olvídate de que los dueños de las mascotas recojan las cacas”.
Para atenuar este mal endémico, las asociaciones vecinales, los ayuntamientos pedáneos y el propio ejecutivo local están realizando campañas de concienciación. Y no sólo eso. Cumpliendo con lo anunciado, José Antonio Díaz, teniente de alcaldesa de Medio Ambiente, afirma que se han iniciado los expedientes sancionadores a los responsables de las mascotas que no recogen los excrementos en la vía pública con hasta 500 euros de multa y, por otro lado, tienen proyectado habilitar ocho parques caninos.
Las pintadas y la cartelería masiva son otros de los problemas que más afecta a la limpieza de la ciudad. No en vano, este es uno de los delitos más comunes cometidos por los menores.
Según el pliego de condiciones del servicio de limpieza viaria, todas las barriadas y distritos se limpian a diario por completo. Sin embargo, explica el delegado municipal de Medio Ambiente, José Antonio Díaz, la realidad no es ésa desde la reorganización del servicio, tras ser aprobado el recorte de 4,5 millones en las cuentas de 2012. Como consecuencia del mismo el personal de Urbaser viene sufriendo una bajada del 10% en los salarios, en los pluses y un 20% menos en la partida destinada a costear este servicio.
Díaz aclara que a los operarios de limpieza no les da tiempo de limpiar cada sector (zona) en una sola jornada como está establecido porque son muy amplios, “de modo que en la siguiente comienzan en el punto en el que se quedaron y por tanto, las barriadas se limpian una sola vez por semana, eso fue lo que planificó el PP”; y añade: “Ese el gran engaño y lo intentamos paliar con maquinarias en la medida de los posible”.
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