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Mientras esperaba la lluvia, este viernes, la treintena de pescadores en la cantina del puerto de Barbate ya tenía cara de tormenta. Llevan más de dos décadas bajo un chaparrón profesional que no escampa.
El anuncio de la Unión Europea para recortar la captura del boquerón en un 54% en la próxima campaña es la última gota, fría, en la espalda de un sector desollado.
Son demasiados años de recortes similares, incremento de costes, bajada de rentabilidad y pérdida de manos. "Mira, mira, ocho barcos habrá ahí amarrados, y dos que han descargado hoy en Cádiz, eso es lo que queda", dice Juan Gómez Relinque señalando al cantil.
Hace 25 años, cuenta, en un puerto del mismo tamaño había "más de 120". Hace diez años ya eran "40 o menos". Ahora queda esa docena, o decena, de cascos viejos y acorralados.
"Esto está condenado, para qué vamos a decir nada del boquerón, de la última o de la penúltima puñalada. Qué más dará. Total, da igual, es como acuchillar a un muerto, no lo puedes matar más".
En total, quedarán "unos 120 pescadores" en Barbate. Aunque otras lonjas andaluzas resisten mejor los golpes, como El Puerto de Santa María y Huelva, la tendencia de las flotas locales es de reducción constante, especialmente en la especialidad de traíña.
Las amenazas son, además de permanentes, múltiples. El relevo generacional no existe. Nadie quiere una vida tan dura a cambio de un salario tan corto. Los inmigrantes, la última esperanza hace unos años, también huyen. "Eso es un camelo. Los inmigrantes prefieren buscarse algo mejor pagado tierra adentro, más al Norte", detalla Antonio Vega.
Los barcos más grandes, los de más alcance, lo controlan todo. Se comen a los chicos. "Los de Marruecos y los de Mauritania, esos sí que tienen barcos y gente, vete a preguntar allí, ellos son los que lo cogen todo y lo llevan a las lonjas que más venden, a nosotros no nos queda nada", añade Jesús Gómez.
Los precios de los materiales no dejan de subir desde 2022. Dos ejemplos, entre un centenar, son el gasoil o las piezas que se estropean en los barcos, "mil euros la más pequeña, la más barata". Y la flota está envejecida, 20 años de media cada unidad. Sólo es otro frente de la batalla perdida.
Y el pescado cada vez vale menos, cada vez se consume menos. "Mucho atún en temporada, mucho atún de lujo pero el resto del año, como hoy, tres euros por el kilo de jureles y cinco por el de sardinas", detalla Joaquín García, otro de los pescadores que se acerca al corro para opinar entre aguacero y aguacero.
Uno de los testigos más sorprendentes es Juan Manuel Rendón. A sus 36 años no sólo es uno de los pocos habitantes del puerto de Barbate con menos de 50 años en un sector con una edad media extremadamente alta. Además, es armador. Sus hermanos, licenciada en Matemáticas y funcionario, eligieron otro camino. Él heredó el barco de su padre Siempre Virgen de Regla.
Parece que también recibió como legado un pesimismo justificado: "Esto está condenado. La gente está desesperada. No hay por dónde tirar. Si abrieran una línea de desguace, yo llevaría el barco. Ya no hay forma de vivir de la pesca aquí", admite.
Uno de sus marineros le secunda y detalla la situación en un lenguaje que cualquiera, de cualquier oficio, puede entender. "Las mejores semanas, sacamos 220 euros cada uno. Muchas, 200 como mucho". El cálculo es simple. 800 euros al mes si hay faena suficiente. "Dime tú quién puede vivir con eso hoy en día", resume otro.
Los marineros mayores hacen cuentas para la jubilación, en la pesca no está tan ligada a la edad y sí al tiempo trabajado. "Tengo 53 años y me quedan cinco", detalla Antonio Vega al comentar su "coeficiente". Luego suspira para dejar claro que ese lustro se le puede hacer largo.
La fuerza del último golpe, la reducción de captura del boquerón en 54% por orden de la Unión Europea con justificación biológica, es muy notable: "El boquerón puede ser más del 80% o el 90% de los que pesca la traíña y de lo poco que se paga medio bien. Si nos lo quitan, ya no queda nada", dice casi a coro los pescadores delante de la cafetería del puerto.
También coinciden, casi a coro, en pedir ayudas públicas: "Si lo que nos piden es que nos quedemos amarrados porque no vamos a poder pescar, que nos ayuden con subvenciones, que nos compensen con dinero por el amarre, como hacen siempre con las flotas del Norte".
Reacciones sin efecto
Las reacciones al anuncio, también en las instituciones, han sido de rechazo unánime pero hasta el momento sin el menor efecto. El diputado del Partido Popular, Manuel Andrés González es uno de los ejemplos: "Recortar un 54% la cuota de boquerón en el Golfo de Cádiz hasta junio de 2025 tendrá graves consecuencias para las familias que dependen de la pesca de cerco en Huelva".
El presidente de la Asociación de Pescadores de Cerco, Javier Fernández, detalla dejará en el Golfo de Cádiz "a 82 barcos de cerco sin actividad. Pone en riesgo el sustento de más de mil familias que viven de la pesca".
La eurodiputada popular Carmen Crespo ha alzado la voz en Bruselas en defensa del sector pesquero de Cádiz y Huelva, especialmente. Su primer paso ha sido pedir explicaciones detalladas sobre los estudios científicos que justifican el recorte para permitir la reproducción del boquerón.
"El impacto es devastador y lucharemos para que la Comisión Europea revise esta decisión", insisten desde el Partido Popular con tono de poca esperanza.
La gran limitación del boquerón no es la única mala noticia en este mes de octubre para el sector gaditano. Los pescadores también lamentan "la mala noticia" que supone que el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) anule definitivamente el acuerdo comercial de pesca entre la Unión Europea (UE) y Marruecos.
Si se suman la cuota del boquerón, el reparto de sardina y el cierre del caladero de Marruecos, el sector resume: "El impacto es devastador"
Considera la resolución que se cerraron sin el consentimiento del pueblo saharaui, del Sáhara Occidental. "Un nuevo varapalo" para el sector, advierte el presidente de la Federación Andaluza de Cofradías de Pescadores (Facope), Manuel Fernández Ríos.
Entre unos anuncios y otros, queda "un panorama nada halagüeño" para el caladero de Barbate según el presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras, José María Gallart.
Aunque ambas decisiones eran previsibles y "se temía que pudiera pasar", el impacto no mengua. La primera medida es hablar con el Ministerio de Pesca "para ver qué camino, qué soluciones podemos buscar a esta flota".
Fernández admite que aunque también haya repercusiones en Huelva y Málaga, la mayor parte de afectados se da en Cádiz, en pesca de cerco y artesanal, como el caso de la traíña barbateña. "Tenían una facturación importante y un desahogo importante. Suponía una salida a una flota con grandes perjuicios". Ahora suma uno más.
La Federación de Asociaciones de Pesca: "A ver cómo salen de ésta los pescadores de Cádiz, la situación es insostenible, la ruina para pueblos como Barbate"
Para el portavoz de los pescadores andaluces, el cierre del caladero marroquí se suma a un reparto "injusto" de la cuota de sardina y al "gran problema" de la brusca reducción del boquerón.
"Si se mantuviera este acuerdo con Marruecos, no tendríamos ningún tipo de problema para ejercer la pesquería con 20 licencias, 20 barcos en este caladero y poder desahogar tanto a ellos como a los que se quedan en el caladero más cercano", detalla.
A la hora de buscar responsables a la situación de limitación triple (Marruecos, sardina y boquerón), Fernández Ríos pregunta al PSOE "por qué no ordenó que se hiciera una evaluación completa y rigurosa, pidiéndole a los científicos españoles que rebatieran estas absurda propuestas".
"Ahora ya es tarde. Bruselas nos ha machacado la cuota y ahora a ver cómo salen de ésta los pescadores de Cádiz. El cierre inmediato de la captura del boquerón hasta el 1 de julio de 2025 generará una situación insostenible y supondrá el cierre de las pesquerías, la ruina para pueblos como Isla Cristina, Punta Umbría o Barbate", concluye.