Vanessa lleva 18 años como médica de urgencias extrahospitalarias en Jerez. Es uno de tantos rostros que se convirtieron en héroes durante la pandemia de covid, contra su voluntad, y que ahora, tras el desgaste, ya no pueden más. Ella trabaja en Jerez, pero su historia podría ser la de muchos facultativos, tanto en hospitales como en centros de atención primaria, que refieren condiciones precarias y saturación.
"Desde la parte extrahospitalaria, estamos viendo que las Urgencias están sobresaturadas, porque al no haber posibilidad muchas veces de ingreso cuando traemos a los pacientes, no tenemos ni silla para sentarlos, de la cantidad de pacientes que están en la espera de las Urgencias, en observación, en espera de camas… Esto se repite año tras año, y cada vez va a peor", expresa esta profesional.
Ocho horas de espera para una analítica, o cuatro horas de espera de un familiar para tener alguna actualización del estado de la atención al paciente que ha ido a acompañar. Son cifras que, de tan habituales, están casi normalizadas. No parece casual que, justo ahora, se produzca un aumento de las agresiones a profesionales sanitarios, en especial a médicos y médicas (ellas, en particular, sufren el 76% de las agresiones). Ninguna agresión es justificable, como aclaran los propios profesionales, pero surge de un caldo de cultivo particular.
"La gente está más crispada, las horas de espera en las Urgencias son muchísimas, y el atasco que se genera… Es normal, no puedes estar ocho horas esperando para una analítica, y la gente al final lo paga con quienes somos la cara visible. La familia se te acerca, te dice: ¿no le has visto?, ¿y el TAC?, es que llevo esperando cuatro horas… Y ves que los compañeros de Urgencias están desbordados, desesperados, es que lo vemos todos los días", relata Vanessa.
A las puertas del verano, la situación se prevé complicada. En parte, se cierran camas de forma habitual en verano, pues en esta época "desciende la actividad quirúrgica", explica Juan Benjumeda, delegado del Sindicato Médico. Pero entran varios factores: por un lado, la reducción en la renovación de los llamados 'contratos covid'. Así lo explica Vanessa, desde alguien que lo vive en el día a día: "Esa cantidad de profesionales que estaban contratados y que se utilizaban, al fin y al cabo, para cubrir plazas 'normales', los hemos perdido. Hemos perdido a muchos compañeros, y como tienen que darte las vacaciones sí o sí, al final se cierran más camas. Y eso va en detrimento de la población: enfermar en verano es perjudicial".
El déficit de médicos, a examen
Nuria es compañera de Vanessa en las urgencias extrahospitalarias en Jerez, pero ella es enfermera. Ellas no tienen la 'etiqueta' del déficit de médicos, pero también sufren en su carne el desgaste del sistema público. "Todos los años ha habido un deterioro progresivo, pero se ha ido más o menos cubriendo. Este año ya ha sido demencial". El caso de Jerez parece ser, según los propios profesionales y los sindicatos, especialmente sangrante, pero es una reclamación general, incluso a nivel europeo. La propia OMS, a través de Tomás Zapata, experto en recursos humanos, alertó de la "crisis" de profesionales sanitarios en toda Europa.
Paradójicamente, en lo que va de 2024 se marcharon de Andalucía casi 400 enfermeras. "Se está saturando a las personas, saturando las Urgencias, saturando las plantas...", expresa Nuria sobre la situación que viven.
Esta enfermera trabaja codo con codo con los médicos, y es consciente de la situación: "Puede haber falta de médicos, claro, porque se han tenido que ir, porque los contratos que se están dando aquí para nada cumplen las expectativas, ni económicamente ni en estabilidad". Vanessa se expresa en la misma línea: "Hay médicos que buscan a otros compañeros que van saliendo de otras comunidades, que se quieren volver a Andalucía, y cuando tú hablas con el hospital para que lo contraten, te dicen que Sevilla no autoriza la contratación para este verano. Al mismo tiempo, te están diciendo que no pueden contratar a los MIR, porque estos son los MIR del año covid que van a terminar en septiembre. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Faltan médicos o es que no los queremos contratar?".
Los MIR (Médicos Internos Residentes) son otro aspecto controvertido en la discusión sobre la falta de facultativos de medicina de familia y sobre sus condiciones laborales. En este sentido, la Junta de Andalucía, junto a otras comunidades autónomas, ha demandado al Ministerio de Sanidad que plantee soluciones sobre esta promoción de MIR, que comenzó su residencia más tarde de lo habitual debido a la pandemia y que terminará en septiembre. Se estima que son alrededor de 2.000 médicos en esta situación en toda España, y 369 de ellos están en Andalucía, según detalló la consejera de Salud, Catalina García. Por su parte, la ministra de Sanidad, Mónica García, afirmaba sobre el mismo tema en declaraciones a los medios que los residentes en el último año "pueden ejercer más competencias, pero siempre bajo la supervisión" de un adjunto.
La Junta y otras comunidades también demandan la creación de más plazas MIR para médicos de familia, algo a lo que la ministra no se ha cerrado, pero ha recordado a las comunidades autónomas que lo reclamaban "un segundo compromiso": "que esos profesionales sean bien cuidados".
Mientras se mantiene la discusión, los profesionales siguen acudiendo a suplir con su vocación las carencias en el día a día. Los residentes también lo viven en primera persona. "Esto lo pagamos todos: los sanitarios, con una carga que es insostenible, pero también los pacientes y los familiares, porque al final en Urgencias tienen que esperar muchísimo tiempo, se colapsan en observación muchísimas horas de espera para ser atendidos, pero luego también al subir a planta… Y alguien tiene que poner voz a esto", apunta Raquel González, residente de 2º año de Oncología en el Hospital de Jerez, en la concentración contra los recortes convocada este jueves.
Los médicos (y en particular los de familia) son los más mencionados por gobiernos y por partidos de la oposición. Faltan, no se les paga lo suficiente, se van fuera. También son los más expuestos a las agresiones. Pero el sistema sanitario funciona como un todo: cualquier eslabón de la cadena afecta al resto. Un ejemplo claro lo da José Carlos, médico hematólogo en el Hospital de Jerez, haciendo mención a las cinco plazas de técnicos de Farmacia que van a quedar sin cubrir. "Ahora, por ejemplo, pauto una quimioterapia a las 9.00 y no se da hasta las 13.00". Eso antes, explica, no sucedía.
Este profesional, que lleva 17 años trabajando en este centro hospitalario, explica que los llamados contratos covid no eran "un extra", pese a lo que pudiera parecer. "Fueron un alivio, nos permitieron llevar a cabo nuestra actividad en condiciones normales". También aclara que hay "una gran diferencia" entre la actividad del hospital antes y ahora.
Tanto él como Vanessa, como médicos, aluden a otro factor al que quizá no se está prestando la suficiente atención: el envejecimiento de la población, que hará que también aumente la carga asistencial. Las personas vivirán más, y habrá más pacientes que tratar.
Y eso no podrá suplirse con el sobreesfuerzo. Raquel es clara sobre los problemas, a su juicio, de este modelo: "Sobre todo después del covid, la gran carga asistencial se ha intentado compensar con el sobreesfuerzo de los sanitarios. Ese sobreesfuerzo se ha justificado mucho con la vocación, pero llega un punto en que el esfuerzo físico y mental y la carga asistencial no se puede compensar con la vocación".
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