Amor a primera vista con 6 años y desde la televisión
Desde pequeña ha mostrado una gran pasión y amor por el caballo. No en vano, su padre fue jinete e iba con él de la mano con cuatro años empezando a visualizar el mundo ecuestre. Ella es Belén Bautista, 40 años de edad y sanluqueña residiendo en Jerez, que recibirá en la próxima Feria del Caballo el galardón Caballo de Oro 2022. Es jinete profesional en la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre (REAAE) donde lleva dos décadas dedicada a la monta, doma, espectáculo, la formación de nuevos jinetes y la única mujer que forma parte del cuadro de profesores de la institución.
La REAAE presentó su candidatura al premio destacando que “con su ejemplo ha abierto el camino a muchas mujeres a luchar por labrarse un futuro profesional en torno al mundo del caballo, convirtiéndose en un referente nacional e internacional con su trabajo y constancia”.
Belén, tras sus años de formación académica y con 16 años, se presenta a las pruebas de acceso como alumna de equitación en la Real Escuela, en la que se forma durante cuatro años, de septiembre de 1999 a junio de 2003. Dado su alto nivel ecuestre, participa en los diferentes espectáculos que realiza la entidad. En mayo de 2005 consigue plaza de jinete y desde entonces forma parte de la plantilla de la Real Escuela. Además se ha preocupado por su formación en todo lo relacionado con el caballo, su crianza, la doma…
Fue un flechazo, amor a primera vista. Belén se enamoró de la Escuela viendo el espectáculo por televisión con seis años. Desde ese momento se trazó un objetivo en su vida, entrar como jinete. Ya integrada, ha participado en numerosos espectáculos de relevancia internacional: Alemania, Cannes, Gales, Toulouse, Madrid, Palau San Jordi (Barcelona), Paris Bercy, Moscú, Real Club de Polo de Barcelona… Además ha participado en concursos nacionales e internacionales de doma clásica con caballos de pura raza española. El jinete británico Carl Hester es un referente para ella junto al jerezano Rafael Soto que tuvo un papel importante en su desarrollo deportivo.
Cuando yo empezaba el papel de la mujer se limitaba solamente al espectáculo y a un solo número, la fantasía a caballo que salía solo yo, no tenía más cabida en otros números. Con el paso del tiempo todo ha cambiado. Entiendo que entonces aquello sucedía quizás por costumbre. La mujer solamente podía salir sola y no podía salir en otro número con hombres. Pero gracias a Dios todo eso ha ido cambiando con el tiempo.
Sí, claro que sí, que hay mucho más talento femenino. Lo que pasa es que las plazas como jinetes son limitadas. Somos 14 y para que se abra una plaza tiene que ser con las jubilaciones, es una cuestión de tiempo. En dos o tres años, se van a jubilar varios jinetes y seguro que se presentará alguna chica y probablemente tengamos otra otra mujer en la plantilla. Ojalá sea así.
La verdad es que es una satisfacción muy grande, un agradecimiento a la labor que llevo desempeñando desde que soy pequeña. Y la verdad es que pesa mucho cuando ves las otras personas e instituciones que lo han ido recibiendo a lo largo de todos estos años. Soy bastante joven y la verdad que estoy sorprendida y abrumada por todo lo que este galardón significa. Es un subidón y me da mucha felicidad y me motiva a seguir haciendo lo que hago.
Claro que sí, la sabiduría de la experiencia de todos los años que lleva dedicándose a este mundo. Así que para mí es una ventaja.
Es una historia un poco larga. La primera vez que vi a la escuela actuando fue en televisión cuando los reyes de España le concedieron el título de Real. Era pequeña, tendría unos seis años o siete. Viendo el espectáculo estaba totalmente hipnotizada. En ese momento le dije a mi madre que me encantaría formar parte de esa escuela o ir a aprender a ella cuando fuera mayor. Aquello se me quedó y con el paso del tiempo me informé lo que tenía que hacer. Con 16 años hice el examen teórico y práctico. Entré como alumna de la escuela en el año 99. Así que fue un sueño desde pequeñita.
"Con seis años le dije a mi madre que quería entrar en la Escuela"
Bueno, la competencia es dura, pero ya no es por la competencia, sino por el tiempo, la dedicación y los sacrificios que conlleva dedicarte a ese mundo. Es sacrificado en el sentido de que se necesita mucha dedicación y por supuesto, prepararte y practicar mucho; pero bueno, como es algo que siempre me ha gustado, que es vocacional y que me encanta, nunca me ha costado trabajo. La competencia, quizás sea la que tú te creas con tu propio caballo para poder sacar el máximo de ellos.
Para mí, amazona lo entiendo más como cuando la mujer va montada de lado. La verdad es que no me importa. Amazona, jinete… al final es casi lo mismo.
La verdad es que es complicado y se necesita mucho tiempo, mucha disciplina y mucho entrenamiento.
"Las mejores del mundo suelen ser mujeres. Le dedicamos más tiempo a crear lazos de unión con los caballos"
La parte que más me gusta es la de del trabajo con ellos, el crear ese vínculo, conectar. El espectáculo es muy bonito, el aplauso del público siempre se agradece. También me gusta mucho la competición, me encanta la competición, pero quizá me quedo con el trabajo, con el día a día.
Muchísimos, casi todos los que han pasado por mis manos y les he dedicado muchísimo tiempo, como por ejemplo los de la Escuela, que se llevan toda la vida con nosotros. Siempre les guardamos un huequito en nuestro corazón porque son nuestros compañeros, son con los que compartimos el día a día, cada espectáculo, los malos y los buenos momentos.
Pues sí hay caballos con lo que tienes más feeling. Con algunos hay más vínculo porque es diferente. Es como con las personas.
"Ojalá pueda llegar a unos Juegos Olímpicos. Soñar es gratis"
Pues mira, ojalá. Lo que pasa es que hay que ser realista, es difícil porque hay que tener un buen caballo, hay que tener un buen equipo de trabajadores, veterinarios y eso es bastante complicado. Pero nunca se sabe. Soñar es gratis, no nos cuesta, así que seguiremos trabajando.
Es verdad que los caballos de allí son más duros, es un caballo que está hecho para el deporte, para la competición. Y es verdad que nuestro caballo español es un buen caballo, pero quizá es más complicado encontrar ese caballo con todas esas cualidades que necesita para la doma. Pero bueno, tampoco es imposible.